Nuevas protestas en las calles de Francia de los contrarios al matrimonio igualitario
Siguen las manifestaciones contra el matrimonio igualitario por parte de los sectores más conservadores de la sociedad francesa, que han elaborado un calendario escalonado de protestas que mantenga viva la tensión contra los planes del Gobierno socialista de permitir a las parejas del mismo sexo contraer matrimonio. Este sábado miles de manifestantes han salido a las calles de varias capitales de provincia.
Si el pasado 17 de noviembre eran Paris, Lyon, Marsella, Toulouse, Nantes o Rennes, en esta ocasión ha sido el turno de Burdeos, Lille, Nancy, Mans o Reims. El esquema, el mismo que en aquella ocasión: manifestaciones en línea con la tradición laica que tanto enorgullece a franceses de izquierda y derecha, diseñadas para que no parezcan solo protagonizadas por sectores afines a la iglesia católica (aunque a pocos se les escapa que es lo que fundamentalmente son). En la manifestación de París del 17, recordemos, había grupos que decían representar a “la izquierda a favor del matrimonio republicano”, a “musulmanes patriotas” e incluso un grupo denominado “Plus gay sans mariage” de homosexuales opuestos al matrimonio igualitario.
Poco que ver con la manifestación que, también en París, protagonizaba el 18 de noviembre el Instituto Civitas, organización católica ultraconservadora, y que generó una gran polémica debido a la reacción violenta de algunos de los manifestantes contra las participantes en una provocadora performance feminista. Una imagen intolerante de la que los manifestantes contra el matrimonio igualitario intentan distanciarse a través de una escenografía amable (familias tradicionales con niños, eslóganes positivos en defensa del derecho de los niños a «un papá y una mamá», globos azules, blancos y rosas) y consignas transmitidas a lo largo de los últimos días instando a los manifestantes no responder «ni a las provocaciones, ni a los periodistas, salvo con grandes sonrisas».
Oposición cada vez más frontal de la derecha política
Ante la fuerte oposición de derecha y sectores religiosos, y con el objetivo de que la propuesta fuera discutida con calma, el Gobierno francés programó hace varias semanas una tramitación parlamentaria más prolongada de lo inicialmente previsto. De hecho, ya han intervenido ante la Asamblea Nacional los representantes de las confesiones religiosas más importantes del país, como recogíamos hace pocos días. No parece, sin embargo, que el gesto del Gobierno haya calmado los ánimos ni de la iglesia católica, la que con más fuerza se opone al proyecto, ni de la oposición política, y más aún después de la «ajustada» elección como nuevo líder de la UMP (el gran partido de la derecha francesa) del populista Jean-François Copé, que hace pocos días hacía un llamamiento a los seguidores de su partido a unirse a las protestas callejeras «contra el sectarismo de la izquierda» por querer aprobar un proyecto que a su juicio ataca «los fundamentos de la familia».
Cabe recordar, como hicimos hace varios días, que ya hay convocadas dos grandes manifestaciones para los próximos días 16 de diciembre y 13 de enero en relación al proyecto de matrimonio igualitario. La primera, favorable, la convoca Inter-LGBT, la más importante federación de asociaciones francesa, y ha sido respaldada por los principales sindicatos y los partidos de izquierda. La segunda está convocada por los opositores a la ley, como culminación de sus protestas.
La «izquierda» moderada es igual de borrega en todas partes y no entiene que por muchas concesiones que haga, la talibanería religiosa solo acepta la sumisión absoluta.
En vez de tanto retrasar, prolongar y divagar, esto se tendría que resolver lo más rápidamente posible para evitar desgastes.
Es de las pocas cosas en que acertó zapatero.
¿Odio endulzado? ¿Intolerancia con «sonrisas»? Bueno, podemos jugar a ese juego también. Asi que también hay que contestar «laicamente» y con una sonrisa…
– Existe el derecho del niño a tener un hogar y una familia, pero no a tener «una mamá y un papá».
– Que haya gays opuestos al matrimonio igualitario es irrelevante, en todos lados los hay. Ellos lo tienen fácil, que no se casen y punto (y, si quieren ir a «curarse», adelante, no es mi vida la que será estrujada), pero no porque ellos quieran casarse significa que me van a quitar mi derecho a poder hacerlo. Tan simple, como eso.
– E igualmente nada me vale que también haya musulmanes e «izquierdistas republicanos», de los primeros cuando tengan algún criterio propio, y no del imán de su congregación, hablamos. De los segundos, también hay izquierdistas atrasados en todas partes, nada nuevo, pero es igual que con los «gays antigays».
– Y ya que hablamos del sectarismo de la izquierda, conviene recordar que todo este barullo homófobo viene de un sectarismo de la derecha, solo que entre extremos no se reconocen, claro..
Claro, todo con mi mejor sonrisa 😀 Un besito en el culo a todos ustedes, neo-fachistas.
Errata, que «no quieran casarse», coño…
Espero que Hollande no se deje amedrentar más por esta gente.
La tienen adentro. El Matrimonio Igualitario en Francia sale o sale.