Se reanudan las bodas entre personas del mismo sexo en California
Tal y como aventurábamos el miércoles, la reanudación de las bodas entre personas del mismo sexo en el estado de California era cuestión de pocos días tras los recientes fallos del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Entre las primeras parejas casadas, dos de las litigantes en el caso de la Proposición 8: Kristin Perry y Sandra Stier, a quien ha casado la fiscal general de California, Kamala Harris, y Paul Katami y Jeffrey Zarrillo, a quienes ha casado el alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa.
El Circuito de Apelaciones ha oficializado en un tiempo récord la suspensión definitiva de la orden que a su vez dejaba en suspenso su propia sentencia de febrero de 2012, en la que confirmaba la inconstitucionalidad de la Proposición 8 (que ya antes había dictaminado el juez federal de California (Vaughn Walker). Los defensores de la Proposición 8 había recurrido ante el Supremo, pero esta semana la alta corte fallaba que estos carecían de capacidad legal para apelar. Dicha capacidad correspondía en realidad a la parte demandada, en este caso el estado de California, que ya en su momento tomó la decisión de mantenerse alejado de los tribunales y dar por buena la inconstitucionalidad de la discriminatoria Proposición 8.
Una vez conocida la suspensión de la orden, entraba automáticamente en vigor la circular en la que el gobernador Jerry Brown recordaba a los funcionarios de todos los condados del estado la obligación legal de emitir las correspondientes licencias de matrimonio. Las bodas se reanudaban en California cuatro años y medio después del referéndum que en su momento las interrumpió, después de que aproximadamente unas 18.000 parejas del mismo sexo hubieran contraído ya matrimonio (matrimonios que durante todo este tiempo han seguido siendo válidos). Ese fue precisamente el argumento principal de la Corte de Apelaciones: es inconstitucional que un estado retire a una minoría un derecho fundamental que ese mismo estado le había reconocido previamente sin que medie una razón legítima para ello.
Epi y Blas, contentos
Y aprovechamos con sumo gusto esta entrada para hacernos eco del que ya se ha convertido en todo un fenómeno viral en internet, la portada de la prestigiosa revista The New Yorker sobre los recientes fallos de Supremo. Un simpático montaje que muestra a Epi y Blas (dos iconos sobre cuya posible homosexualidad han corrido ríos de tinta) recostados sobre el sillón de su casa, tiernamente abrazados, mientras escuchan por la televisión la noticia…