Tras meses de incertidumbre jurídica se celebran los dos primeros matrimonios entre personas del mismo sexo en Colombia
Buenas noticias desde Colombia. El viernes 20 de septiembre se celebró en Bogotá el que, esta vez sí, puede calificarse como primer matrimonio entre personas del mismo sexo, una pareja de hombres. Pocos días después, el pasado miércoles 25, se celebró una segunda boda, esta vez entre dos mujeres, en una localidad cercana a Bogotá. Grupos religiosos han mostrado su malestar, mientras desde la Procuraduría General de la Nación ya se ha iniciado el contraataque jurídico.
El juez 48 civil de Bogotá, Juan Carlos Andrés Cerón, fue el que celebró el primer matrimonio civil de una pareja del mismo sexo en Colombia. En el acta número 2013-0948, y “administrando justicia en nombre de la República de Colombia, por autoridad de la ley y conforme a lo ordenado por la honorable Corte Constitucional”, el juez declaró “legalmente unidos en matrimonio civil, con todas las prerrogativas que nuestro ordenamiento jurídico otorga”, a una pareja gay, cuyo nombre no se ha dado a conocer.
Ya el pasado julio se había celebrado la primera unión entre personas del mismo sexo, pero en aquella ocasión la jueza Carmen Lucía Rodríguez, aunque reconoció a los miembros de la pareja el estado civil de «casados», evitó definir la unión celebrada como «matrimonio». La jueza pretendía dar así cumplimiento al mandato de la Corte Constitucional de Colombia, que en una histórica sentencia ratificó en 2011 que las parejas del mismo sexo constituyen familia y dio un plazo de dos años al Congreso para que legislara su reconocimiento jurídico con los mismos derechos que el matrimonio civil. Pasado ese plazo sin que se aprobara una ley, estas parejas podrían legalizar su unión. Un plazo que venció el 20 de junio, después de que el intentó de aprobar una ley de matrimonio igualitario fracasara en el Congreso.
Ello generó una situación de incertidumbre que no se ha acabado de resolver. Por un lado, la Unión Colegiada del Notariado de Colombia elaboró, para intentar responder a la exigencia de la Corte Constitucional, un modelo de contrato denominado “formalización y solemnización del vínculo”, una institución jurídica inexistente en las leyes de Colombia, y que los colectivos LGTB rechazaron. La clave pasaron a ser entonces los jueces. De ahí la gran expectación que en su momento despertó la aceptación de una solicitud de matrimonio por parte de la jueza Carmen Lucía Rodríguez, que acabó dando la sorpresa con su solución salomónica. De ahí que sea ahora, cuando otros jueces han interpretado el fallo del Constitucional de una forma más garantista y han celebrado, esta vez sí, un matrimonio civil entre personas del mismo sexo, cuando puede afirmarse que el matrimonio igualitario ha llegado a Colombia.
De hecho, ya se ha celebrado al menos una segunda ceremonia de matrimonio civil con todas las de la ley. Ha sido la boda de Claudia Zea y Elizabeth Castillo, que se casaron en Gachetá, a 99 kilómetros de Bogotá, cuyo juez Julio González aceptó la solicitud de matrimonio sin poner trabas. “Un juez puede hacer interpretación de las normas, cuando hay algunos vacíos hay analogías y hay técnicas que pueden usarse. En este caso, la analogía no se hace solamente tomando en cuenta normas del Código Civil, sino que ya tenemos una sentencia de la Corte Constitucional que está rigiendo plenamente, donde se explica a los funcionarios judiciales que en el evento de que no existiera una regulación legal de las uniones de parejas del mismo sexo se debían aplicar las normas del Código Civil. Esto sucede porque la Corte no puede asumir la función de crear nuevas leyes, y ya que el Congreso no lo hizo, los jueces podemos interpretar que según la Constitución y el Código Civil se pueden practicar matrimonios”, explicó a la prensa el juez González.
“En el futuro recordaremos cómo nos tocó venir, atravesar un páramo, tener que planear toda una estrategia para que a dos personas que se aman les sea reconocido un estatus legal por parte del Estado”, declaró por su parte Marcela Sánchez, de Colombia Diversa, una de las activistas presentes en la boda de Claudia y Elizabeth.
Procuradoría responde con acción de tutela
Pero la batalla jurídica dista mucho de haber concluido. Es ya seguro que desde la Procuradoría General de la Nación, institución que encabeza el homófobo Alejandro Ordoñez, se interpondrán las correspondientes acciones de tutela para declarar inválidos dichos matrimonios, como por otra parte ya hizo en contra de la jueza que celebró la primera unión en julio (y eso que entonces ni siquiera se utilizó el término «matrimonio»). «Es la primera vez en la historia de Colombia que se está interfiriendo en la decisión de un juez para anular un matrimonio”, ha afirmado Mauricio Albarracín, abogado de Colombia Diversa. «El procurador está amenazando la democracia”, ha declarado por su parte el abogado y activista LGBTI Germán Rincón Perfetti. “La democracia no es el poder de las mayorías sino el reconocimiento y el respeto de toda clase de minorías amenazadas por el poder”, ha explicado.
Nada sorprendente, por otra parte, dado que desde esta institución, que ya desempeñó un papel político determinante en el fracaso del proyecto de ley de matrimonio igualitario, no se hace otra cosa que promover acciones para oponerse al reconocimiento de derechos a las parejas del mismo sexo.
Las iglesias se muestran contrarias
La Iglesia católica colombiana, que siempre se ha opuesto al reconocimiento de derechos a las parejas del mismo sexo, ya ha dado a conocer su posición a través de Pedro Mercado, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal y encargado de las relaciones Iglesia-Estado. Para el prelado el matrimonio entre personas del mismo sexo «es un acto jurídicamente nulo. En nuestro marco legal no existe otro matrimonio que el de hombre y mujer. Así lo ratificó, incluso, la Corte Constitucional”.
En la misma línea se ha expresado el pastor evangélico y concejal de Bogotá Marco Fidel Ramírez. “Los cristianos católicos y evangélicos defenderemos el matrimonio normal, natural y constitucional de hombre y mujer, como Dios manda» afirmó Ramírez, bien conocido por su militancia homófoba.
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Entonces que hacemos, ¿Anotamos a Colombia entre los países que permiten el matrimonio igualitario, o esperamos?.
Aquí en Colombia hay optimismo frente a la celebración de los primeros matrimonios igualitarios. De hecho, ya se sabe que van 4 hasta la fecha.
La Procuraduría sigue oponiéndose y colocando cuanto tropiezo le sea posible, lo cual, desde mi punto de vista, desembocaría en que la misma Corte Constitucional tendrá que volver a hacer un pronunciamiento claro respecto al matrimonio.
Cuando ese pronunciamiento se presente (creo que en alrededor de un año se podría dar), oficialmente podríamos anotar a Colombia entre los países que han reivindicado el matrimonio igualitario.
#2
Gracias por las aclaraciones, Jorge Daniel. Creo que has descrito bastante bien el proceso previsible, ahora bien, yo tengo alguna duda al respecto. ¿La composición de la Corte Suprema para cuando el caso tenga que ser de nuevo resulto, sería entonces favorable al matrimonio igualitario?
Nazareno:
Hay un plan de Alejandro Ordoñez de poner sus fichas en la Corte Constitucional. El último integrante es un conservador.
Respondiendo al comentario #3:
Si bien es cierto que lo dicho en el comentario #4 es un plan que el Procurador General está implementando, los fallos de la Corte Constitucional no pueden contradecirse a sí mismos.
En Colombia ha sido la Corte Constitucional la que paulatinamente ha logrado equiparar los derechos de la población LGBTI con los de la ciudadanía en general. La Sentencia C-577 de 2011 instaba al Congreso a legislar en cuanto a la formalización de las uniones entre personas del mismo sexo, y en ella se dice que si ése órgano no regulaba al respecto (le dio un plazo de dos años que se cumplieron el pasado 20 de junio) para cubrir el déficit de protección jurídica, las parejas podrían acudir ante notarios o jueces para solemnizar su vínculo con las mismas garantías y deberes que una pareja heterosexual.
Siendo consecuentes con lo establecido en esa sentencia y teniendo en cuenta decisiones anteriores, es muy difícil que a pesar de las pretensiones sobre incorporar más personal conservador a la Corte, se pueda cambiar el rumbo de lo ya establecido previamente. Además, una figura jurídica distinta al matrimonio sería en sí misma discriminatoria, y podría caerse por su propio peso.
El congreso corrupto de colombia es cómplice de ordoñez y lo reeligió.
Gracias Yesyd y Jorge Daniel. Me temo que tendremos que esperar a la que la Corte Constitucional se pronuncie para ver el desenlace final del proceso…
Parece que no pudo ser
http://www.rcnradio.com/noticias/tutela-tumba-primer-matrimonio-del-mismo-sexo-92876
#8
Se ha anulado el primero, pero van cuatro. Además, es una sentencia de primera instancia.
Los pasos a seguir son los siguientes:
1. Pronunciamiento de segunda instancia tras apelación.
2. Revisión del caso por la Corte Constitucional.
Aún no se ha perdido nada.
Un asunto en la sentencia C-577/2011 la corte de Colombia indica que en algunos países se dan otras formas de unión que no son necesariamente el matrimonio, pero en ese momento Uruguay o Reino Unido no habían cambiado sus uniones civiles a matrimonio y lo hicieron precisamente por considerarlas discriminatorias y tampoco la parte de la ley de defensa del matrimonio en EUA había sido derogada y mas aun que en EUA no se reconoce a nivel federal otra cosa que no se llame matrimonio. Pienso yo que hay mas a favor que en contra para el voto favorable en el TC de Colombia. Suerte que falta menos!
#10 Muy buen análisis, Yoclaudio. En efecto muchas cosas han pasado en los más de tres años que han pasado desde la primera redacción de la sentencia. Yo añadiría alguna cosa más, especialmente en América Latina, en junio de 2010 el Senado argentino aún no había dado su aprobación al matrimonio igualitario en aquel país, ni se había producido la cascada de amparos en diversos estados de México, ni era previsible que en Brasil la justicia hiciese realidad esa misma figura en todo su territorio. Resultaba también inimaginable que en Chile una candidata presidencial apostase en campaña por un avance social tan relevante.
Estoy seguro que, incluso entre los más conservadores en Colombia, toda esta evolución estará muy presente, ya que el giro que tome la cuestión del matrimonio igualitario servirá, en buena parte, para situar ese país dentro del bloque continental, todo parece indicar que por lo menos para una década o más…