«A escondidas», una historia de amor gay adolescente, compite en el Festival de Cine de Málaga
El largometraje A escondidas, de temática gay y dirigido por el vasco Mikel Rueda, está teniendo una buena acogida en el XVII Festival de Cine Español de Málaga. La cinta, un drama romántico protagonizado por los jóvenes actores Germán Alcarazu y Adil Koukouh, así como por los veteranos Álex Angulo y Ana Wagener, aborda temas como la homosexualidad, el amor adolescente, la inmigración o la necesidad de encontrarse a uno mismo. El director de la película asegura que ha necesitado siete años para poder sacarla adelante, ya que ese es el tiempo que tardó en conseguir la financiación necesaria para su rodaje. «Aunque haya sido una montaña emocional, tirar la toalla no ha estado en mente«, comenta Rueda.
La película cuenta la historia de Ibrahim, un joven marroquí de 16 años que vive en un centro de menores para inmigrantes y al que comunican desde Extranjería que debe abandonar el país en el plazo de dos días, y de Rafa, de 15 años, que empieza a cansarse de la presión a la que se ve sometido por su grupo de amigos del colegio, con los que siente que cada vez tiene menos en común. Las vidas de ambos se cruzarán sin esperarlo, y de ahí nacerá una relación que pondrá a prueba su capacidad de lealtad hacia los demás, pero también hacia ellos mismos.
El director cuenta que para la elección de los protagonistas adolescentes se convocó un casting para localizar en multitud de institutos “del País Vasco, e incluso por Barcelona y Madrid” actores de 15 años. El resultado fue mejor de lo esperado y “más de 3.500 chavales” se presentaron al proceso de selección. Lo curioso es que solo se le facilitó el guión a los dos protagonistas cuando fueron escogidos. “De primeras no podemos hacer un casting diciendo que la película va de esto porque entonces de 3.000 personas, se presentan 100«, dice Rueda tratando de mostrar el importante papel que aún juega la presión de grupo, especialmente a ciertas edades. “Les han metido tanto ruido en sus cabezas unos y otros que son incapaces de darse un beso”, afirma en relación a los personajes protagonistas y su miedo a reconocer sus propios sentimientos.
Rueda admite que su pretensión no era otra que hacer una película que mostrase “los primeros pasos del amor, las primeras señales, en lugar de reflejar el sexo”, de ahí la contención narrativa de la cinta. Se trata, en sus propias palabras, de una película “tierna, a base de amor inocente, en un momento en el que todo queda por delante”. Cabe destacar la frescura y veracidad que transmiten los jóvenes protagonistas, el acierto en la elección de la música o la ausencia de grandilocuencia, entre otros.
La acogida del largometraje por parte del público, a juzgar por sus aplausos a la conclusión del visionado en los principales pases de la película durante el Festival, parece augurarle un buen futuro de cara a su próximo estreno en salas comerciales. A falta de conocer el nombre de los premiados, el trabajo de Rueda podría dar la sorpresa y hacerse con alguno de los galardones.
Asimismo, en la rueda de prensa de presentación de la película, una de las periodistas consiguió emocionar a Rueda, al darle las gracias por su valentía a la hora de abordar en su trabajo un tema siempre polémico como es el de la homosexualidad adolescente. Sin duda, su determinación contribuirá a normalizar este tipo de cuestiones y a que se traten sin tapujos tanto en el cine como en el resto de ámbitos.
En el Festival de cine de Málaga también a participado el corto de animación Orbitas, que también tiene un transfondo de temática lgtb, el cual se ha llevado el premio del jurado. Este a sido producido por Primer frame con la direccion de Jaime Maestro. Este corto también estuvo presenciado para los Goya de este año.
Preseleccionado para los Goya, quise decir