Lectura con calor: críticas de las novelas gais «Sudor» y «Un baile de muerte»
Marcado por el tembloroso panorama político del “donde dije digo, digo diego” y el inesperado éxito del Pokémon Go (elementos ambos a la par en lo que a atención mediática y popular se refiere), este verano exige lecturas acordes al peliagudo calor. Mientras me planteo si instalarme yo también tan tontamente atractiva aplicación, voy a hablaros de dos novelas perfectas para leer entre chapuzón y chapuzón, obra ambas de dos autores LGTB de referencia: Sudor, de Alberto Fuguet, y Un baile de muerte, de Abel Arana, dos retratos de los tiempos que corren que resultan polémicos, exagerados, destartalados… y más verídicos de lo que algunos desearían pensar.
“La novela más ambiciosa de una de las voces más importantes de la literatura chilena”. Así vende Penguin Random House una obra que trata, en parte, sobre ella misma: la última de Alberto Fuguet, a quien debemos, entre otras muchas creaciones, las novelas Tinta roja (1996) y Missing (2009, Premio de la Crítica de Chile) y las películas Se arrienda (2005) y Velódromo (2010). Y es que Sudor (2016) es una desprejuiciada sátira del mundo editorial en la que un editor maduro y acalorado describe su agitada relación con el vivaracho hijo de un autor estrella en un momento marcado por los encuentros fortuitos generados por Grindr (retratados con escabrosos detalles con los que, como sucedía con Grinder El Musical [crítica], se identificará más de uno) y el recuerdo de un ex que dejó imborrable huella en él. Muchos sentimientos se concentran, de forma irritantemente desordenada y algo monótona, en apenas cuatro días de narración, los cuales ocupan 600 páginas que resultan tan exageradas como los 291 minutos de la última producción cinematográfica de Fuguet (Invierno, 2015). Pero el veterano autor chileno no acumula años de experiencia en vano, con lo que la escritura es tan correcta como arriesgada, alcanzando por momentos verdadera genialidad. Por otro lado, como es habitual en él, la ficción y la realidad se entrelazan intrigantemente, relacionándose los Restrepo (el padre y el hijo cuyo ego literario lo revoluciona todo) con Carlos Fuentes y Carlos Fuentes Lemus, así como todo el contexto con el atravesado actualmente por un mundo mucho menos idílico de lo que queremos creer. Y es que, al final, en lo que a las grandes editoriales respecta, la literatura es a menudo lo de menos.
El escenario actual, aunque en este caso el español, es también el protagonista de la otra novela que nos ocupa: la impetuosa Un baile de muerte (2016), del popular productor musical, bloguero y comunicador Abel Arana, a quien debemos también la simpática «trilogía de Chueca» que conforman Historias de Chueca (2008), Más (2009) y Telón (2010). Nos encontramos ante la que probablemente sea la apuesta más alocada y entretenida de la editorial Egales este año. En ella, el día (ficticio, mas no del todo fantasioso) que se celebran las elecciones en que Cataluña se separa de España, un cura esquizofrénico planea una masacre en un festival musical convertido en la fiesta gay por antonomasia. Todo el mundo está invitado a esta mortal danza, entre ellos, una peculiar pareja de inspectores de policía, una presuntuosa bloguera de moda, un diputado del PP en el armario, una pareja provinciana obsesionada con la fama, dos despampanantes drag queens, el reparto de la película más famosa del momento y otro cura poseedor de un oscuro secreto. Y, mientras se desarrolla el sangriento misterio, todos los alocados personajes viven sus propias aventuras, relacionadas a menudo con la aceptación de uno mismo y la siempre ardua búsqueda de la felicidad (bueno, y con las drogas). La irreverente narración no podría ser más disparatada, pero, ya que la realidad supera siempre a la ficción, no resulta del todo imposible aceptarla tal y como se presenta. De hecho, nos encontramos ante una divertida e interesante (aunque innegablemente superficial) reflexión sobre la convulsiva situación atravesada por un país en perenne crisis —económica, pero también de valores— donde no hay nada más dañino que los prejuicios.
Por su contenido erótico-festivo, tanto Sudor como Un baile de muerte son ideales para dar vida literaria a los meses de verano de la mano de dos autores icónicos para la comunidad LGTB. La primera es más elaborada, elitista y ardua; la segunda, más sencilla, amena e intrigante, pero ambas comparten un innegable carácter excesivo que se tornará en virtud o defecto en función del paladar de cada lector. Dicho esto, ¡a leer y a disfrutar del verano!