En Italia no hay homosexuales (I)
Con su muerte súbita y inesperada el cantante Lucio Dalla ha desatado, sin quererlo, un enorme debate sobre el lugar de la homosexualidad en la sociedad italiana. Lo que había que decir sobre Dalla como persona y sobre su música ya lo ha dicho, y muy bien, el escritor Aldo Busi en un reciente artículo. Lo que me interesa aquí es analizar como el paradigma dominante italiano ha gestionado la orientación sexual del cantante y, más en general, la manera en que los medios de comunicación y la sociedad italiana se relacionan con la homosexualidad.
En Italia todos son machos
Hay una historia muy conocida sobre la homosexualidad bajo el fascismo que me parece muy útil para comenzar a situar la difícil relación que muchos italianos mantienen con la homosexualidad: el Código Penal actualmente en vigor en Italia es el llamado «Codice Rocco», el Código Penal fascista elaborado en 1930 por el Ministro de «Justicia» del régimen de Mussolini, Alfredo Rocco. La historia cuenta que Rocco incluyó en su código un artículo en el que se sancionaba la homosexualidad como delito penal pero Mussolini le ordenó retirarlo afirmando que «los italianos son demasiado machos para que haya homosexuales«.
El régimen fascista consideraba la homosexualidad un vicio extranjero (el mismo argumento es utilizado hoy en día por Mugabe, por ejemplo). La idea era no hacer nada que pudiera «promocionar» la homosexualidad poniendo en duda el mito de la «virilidad» de los italianos. Sin embargo, al mismo tiempo que negaba públicamente que existieran homosexuales en Italia, el régimen consagraba grandes energías en perseguirlos sin piedad. Al fin y al cabo, las cosas no parecen haber evolucionado mucho.
La censura homófoba
Tras la muerte de Dalla la primera reacción -yo diría que instintiva- de muchos medios italianos ha sido hacer lo que se ha hecho siempre: censurar, borrar cualquier rastro de homosexualidad, eliminar cualquier mención o referencia a la orientación sexual del fallecido en sus informaciones. Así, por ejemplo, el novio de Dalla ha sido presentado en los medios como un simple “amigo” o “colaborador” del cantante.
En los últimos decenios la cultura italiana ha sido confrontada con dos grandes fenómenos socioculturales. De un lado, el nacimiento del movimiento internacional de liberación LGTB y la presencia cada vez más importante de la cultura LGTB en el mainstream cultural de muchos países. Del otro, la salida masiva del armario de miles de LGTB italianos que, inspirados por lo que ocurría en el extranjero, han decidido vivir su vida y su sexualidad abiertamente. Hay que subrayar que en Italia este proceso de liberación, además de enfrentarse a una reacción muy violenta por parte del paradigma heteronormativo dominante, se ha hecho sin el apoyo de un movimiento gay digno de este nombre y a pesar de la hostilidad de la llamada «izquierda».
Pese a estos cambios, la primera reacción de la «cultura» italiana sigue siendo la de censurar la homosexualidad y presentar a los gays como delincuentes u marginales. La censura homófoba no es, ni mucho menos, exclusividad italiana, pero aquí ha llegado hasta extremos inusitados. La sociedad italiana es profundamente homófoba y (como todas las sociedades y/o individuos homófobos) está obsesionada con la homosexualidad. La censura y supresión de la cultura homosexual han sido tan abrumadoras que han llegado a la desaparición de los homosexuales del relato histórico, de las biografías y de la literatura. Hasta hace pocos años, en Italia los homosexuales no existían y si alguien hablaba de ellos era para presentarlos como pobres marginales, enfermos o delincuentes cuyo único destino era vivir una vida trágica, triste y infeliz. Además, el control social ha sido tan fuerte que en este país no ha existido nunca una verdadera cultura LGTB. En su libro City Boy, Edmund White califica de “patética” la gay life en Italia en los años 70. Otro escritor gay norteamericano, David Leavitt, decía lo mismo cuando vivía en Florencia en los años 90. Las cosas no parecen haber cambiado mucho desde entonces.
La propaganda nacionalcatólica
En el caso de Dalla, a esta censura homófoba se ha sumado inmediatamente otro sistema de representación: El fallecido ha sido presentado como un fúlgido ejemplo de virtud católica y de buena italianidad (la italianidad siendo, naturalmente, sinónimo de catolicidad). La prensa, las revistas y programas de televisión de cotilleo se han llenado de entrevistas con curas amigos del cantante y de imágenes del fallecido junto al Papa, en visita a monasterios, junto a una estatua del Padre Pío, etc…
Esto no ha sido una novedad. La conversión de cualquier “famoso” fallecido en una Image d’Épinal al servicio de la propaganda católica y de la ideología nacionalcatólica dominante es habitual en Italia. Hace unos años el gran intelectual anglo estadounidense Christopher Hitchens dijo en uno de sus artículos que los Mullah iraníes consideran el pueblo iraní su propiedad privada. Lo mismo pasa, hoy más que nunca, con la iglesia católica en Italia.
La conversión de «T»*
El caso más dramático y extremo de conversión de un gay fallecido en instrumento de la propaganda católica es sin duda el de uno de los escritores más conocidos e importantes de la nueva generación narrativa italiana de los años 80,»T». Aunque yo considero a «T» como un autor fallido, que no logró nunca expresar plenamente su talento literario, es indudable que ha sido uno de los escritores contemporáneos más importantes en Italia. Sus libros, que en su día fueron muy polémicos (algunos fueron incluso retirados de las librerías y se les iniciaron juicios por obscenidad y ultraje a la moral pública), han tenido una influencia muy amplia y profunda sobre las nuevas generaciones de escritores. Además «T» acabó siendo, sin quererlo, uno de los símbolos de la Italia de los 80. Fue uno de los símbolos de una Italia abierta, laica, que quería modernizarse y ser, por fin, un país “normal”.
Esta es probablemente la razón por la que la propaganda católica se lanzó con saña sobre su cadáver. Su familia mantuvo secreta la causa de su muerte (el sida) y, después de su muerte, anunció que durante los últimos meses de vida el autor había regresado a la «fe» católica. Hoy en día el legado de la obra del escritor gay italiano más importante de los años 80 está en mano de curas y católicos. La homosexualidad ha sido borrada de su biografia. Se han publicado incluso libros para demostrar que «T» en realidad era heterosexual. Pero lo más grave es sin duda que sus libros han sido censurados. Hoy la mayoría de los lectores italianos de «T» leen sus libros en ediciones censuradas. Y lo más indignante es que no ha habido resistencia. Nadie ha protestado. Los “amigos” “progresistas” de «T» han dejado que se le transformara en un autor católico heterosexual y, en algunos casos, han publicado artículos llenos de elogios de las ediciones censuradas. Peor aún, una parte del movimiento gay no solo ha callado sino que ha colaborado con los nuevos dueños católicos de la memoria de «T».
continuará
Nicola
*»T» es un seudónimo. La situación en Italia hace aconsejable no utilizar el verdadero nombre del escritor identificándolo como homosexual.
Por deseo del autor, se prohíbe la reproducción total o parcial de este texto sin permiso expreso.
Me parece muy interesante el artículo aunque creo que el artículo generaliza, supongo que en Milán o Turín la situación será algo mejor que en el resto de Italia. Si alguien viene a España y se va a Albacete, Oviedo o cualquier lugar fuera de las dos grandes ciudades y los tres sitios turísticos gays también pueden pensar que es un país inhóspito para los homosexuales. Quizá estamos algo mejor pero tampoco demasiado, eso sí, la influencia religiosa no es tan fuerte como allí.
Me quedo con la intriga de saber quién es T. Si está muerto ¿qué más da decir su nombre? No entiendo tanto secreto.
Creo que la gran paradoja de Italia es que una gran parte de los mayores genios de su historia han sido homosexuales: Leonardo Da Vinci, Miguel Angel Buonarroti, Caravaggio, Pasolini, Visconti,…
Muy buen articulo e interesante informacion sobre Italia.
#1
Estoy de acuerdo con lo que dices sobre España, pero creo que con respecto a la religiosidad, te equivocas. Pues tambien varia en funcion de la zona española a la que te refieras. Tu ves a una provincia del interior y veras la fuerza que tiene ahi la iglesia. Para muestra la terrible historia que estamos viviendo con el tipejo ese de la Alcala.
Hablas de dos ciudades grandes que si tienen vida para nosotros, pero he vivido suficientes años en las dos para decirte que tambien depende del barrio.
Aunque evidentemente la situacion en Italia es infinitamente peor que en España, por ahora. Tal como van las cosas aqui, en cuatro años podemos haber perdido todo, cuanto ganamos en cuarenta años.
Porque no olvidemos que en España tambien se habla del macho iberico, como si todos fueran toros, no somos muy diferentes a los italianos. Mal que nos pese.
La diferencia esta en la epoca en que aqui se comenzo a luchar por nuestros derechos. Un momento historico propicio y que fue imparable. Estoy segura, que hoy nos sera mucho mas dificil recuperar lo que se pierda, que en aquel momento conquistarlo.
No olvidemos que en España tambien hay censura homofoba. Solo que es mas sutil algunas veces y otras es tan terrible como la presentada en television.
@testigo: No. No. por favor, no he hecho un discurso tan simplista.
Si tienes tiempo y ganas léete la carta otra vez
Gracias 🙂
Según he leído en meneame, T posiblemente sea Pier Vittorio Tondelli. En la wikipedia en italiano es cierto que no aparece su homosexualidad ni que murió de sida.
Que asco, esto me recuerda a como se oculto, tras su muerte, que Susan Sontag era lesbiana. Terrible.
¿Tondelli?.
¿es un secreto?
No tienes mas que mirar en la wikipedia.
Thanks
Es evidente que lo he comentado,
a la vez que #4,
mientras consultaba la Wiki.
Thanky
En Italia,toda Italia es idem,y Milano es homofoba aunque sea cuda de moda y un mundo fashion aparentemente liberal y gay a rabiar.No te olvides que ademas esta el peso GIGANTE de la iglesia catolica que pesa sobre cada acto de la gran familia italiana.Italia es tan pura que jamas,por ejemplo,existio la prostitucion masculina,ningun periodico ni noticia habla de ello.Eso si es el gran escaparate de chaperos la estacion de trenes de Milano.Pero alli es todo un mundo de «machos»,en donde lo gay se lleva a discrecion y depende en que mundo te muevas.Para ser gay hay que ser rico,obispo o un pobre chapero.-
Bueno, en España hace no tanto tiempo conocer la orientación sexual de algunos personajes de la cultura del pasado estaba limitado a círculos muy restringidos, incluso hoy la inmensa mayoría de la población desconoce que celebres literatos, pintores o cineastas son homosexuales…
Y los familiares de muchos de los fallecidos no son nada favorables a que se divulgue ese dato.
Milán es una ciudad homófoba, al menos por lo que yo he visto. Milán no es comparable a Madrid, aun así es cierto lo que han comentado sobre los barrios, vete tú en Madrid a ciertas zonas de la mano con otro varón a ver qué pasa….
Bueno, dejo aquí un enlace sobre un destacado político italiano que niega tuviera lugar el asesinato sistemático de homosexuales durante el nazismo.
http://www.gaystarnews.com/article/italian-politician-gay-men-did-not-experience-holocaust260412
Podéis escuchar el vídeo, es obvio que es urgente una legislación europea que persiga el falseamiento de los acontecimientos europeos de los años 30 y 40, como ya existe respecto a los que niegan el asesinato masivo de judíos durante ese período, por poner un ejemplo.