Un tribunal de Nueva York decreta que llamar a alguien «gay» no es calumniar
Una noticia interesante que nos llega desde el ámbito judicial de Estados Unidos. Un tribunal de apelación de Albany, la capital del estado de Nueva York, dictaminó el jueves pasado que llamar falsamente a alguien gay, lesbiana o bisexual no es una difamación y, por tanto, no constituye un delito de calumnias. La sentencia cierra un proceso de décadas de pleitos y corrige incluso anteriores fallos del mismo tribunal en dirección contraria.
El dictamen, que todavía está sujeto a revisión por el tribunal superior del estado, se aprobó de manera unánime. En su formulación se puede leer que la jurisprudencia actual sobre el asunto «se basa en la premisa falsa de que es vergonzante ser descrito como lesbiana, gay o bisexual«. El profesor de derecho y ciencias políticas Jonathan L. Entin comparó la decisión con el hecho de que tampoco constituya difamación llamar a alguien «negro» («black«). El juez Thomas Mercure alega además la «inmensa evolución de las actitudes sociales« sobre la homosexualidad que se ha producido en los últimos años.
El origen de la sentencia se halla en un el caso de Mark Yonaty, un ciudadano de la localidad de Binghamton que demandó a una mujer aduciendo que esta había difundido el rumor de la homosexualidad de Yonaty para intentar que su novia rompiera con él. La relación efectivamente se terminó, pero no se conocen muchos más detalles de la historia.
El activista Jay Blotcher, por su parte, advirtió de que si bien en las zonas urbanas existen espacios de tolerancia, ser percibido como gay puede conllevar «algo similar a una pandilla de linchamiento» en otras partes de Estados Unidos. «Es un asunto espinoso«, añadió Blotcher. «Solo porque haya personajes gays en la televisión que hacen reír a todo el mundo, no quiere decir que el país entero acepte todavía a gays y lesbianas como ciudadanos iguales«.
La situación, por cierto, parece ser muy distinta en el caso de España. El caso más parecido que hemos encontrado recientemente es el del periodista Javier Mariñas, condenado el pasado mes de abril a pagar una multa de 20.000 euros al conocido en el mundo de la prensa rosa Javier Rigau, por insinuar que este era gay. El magistrado de un juzgado de Madrid ha condenado al periodista por haberse entrometido en el derecho al honor y a la intimidad de Rigau, «haciendo valoraciones de su vida sexual e insinuando que era homosexual«, según la sentencia.