Uganda prohíbe 38 ONG de defensa de los derechos de las minorías a las que acusa de «promover la homosexualidad»
La situación de la comunidad LGTB en Uganda se hace cada vez más difícil. Al anunciado proyecto de ley de endurecimiento del castigo penal a la homosexualidad se une ahora el anuncio de ilegalización de 38 ONG que de una forma u otra luchan por los derechos de las personas LGTB. Así lo ha anunciado el ministro de Ética e Integridad, Simon Lokodo.
Lokodo acusa a estas ONG de recibir apoyo exterior para «reclutar» niños y jóvenes, convertirlos a un supuesto estilo de vida homosexual y así acabar con la «tradición y la cultura» del país. Frank Mugisha, líder de la organización Sexual Minorities Uganda, una de las organización prohibidas, ya ha anunciado que no renunciarán a seguir actuando en favor de los derechos de las minorías sexuales, y ha situado la prohibición en el contexto de una estrategia general del Gobierno ugandés de impedir el desarrollo de una sociedad civil organizada. «El Gobierno usa la homosexualidad como una forma de atacar la libertad de expresión y de asamblea», ha declarado.
No es la primera vez que Lokodo, exsacerdote católico, hace gala de su homofobia. Hace unos meses el ministro de «Ética e Integridad» ugandés ordenó que se impidiera la celebración de una reunión organizada por Freedom and Roam Uganda (FARUG), entidad presidida por la activista Kasha Nabagesera, de quien hemos hablado en varias ocasiones. Lokodo también ordenó el arresto de la propia Nabagesera, que afortunadamente pudo abandonar el lugar antes de ser detenida.
Un episodio, por cierto, que se ha repetido esta misma semana, cuando las autoridades ugandesas han impedido la celebración de un taller organizado por la organización East and Horn of Africa Human Rights Defenders Project (EHAHRDP) para dar formación y apoyo a activistas LGTB de la región (Ruanda, Tanzania, Kenia y la propia Uganda). La Policía ugandesa interrumpió el evento en su primera jornada y llegó a hacer varias detenciones. Parece que todos los detenidos han sido, afortunadamente, ya liberados. El director ejecutivo de EHAHRDP, Hassan Shire Sheikh, ha calificado de arbitrario e ilegal lo sucedido -la Policía bloqueó las salidas del hotel en el que se celebraba el evento y llegó a registrar algunas habitaciones de los asistentes- y Amnistía Internacional lo ha condenado duramente.
Ser activista en Uganda, un acto de valentía
Ser activista LGTB en Uganda supone, a día de hoy, una demostración de gran valentía. En ese país las relaciones homosexuales son ya ilegales, pero además su Parlamento ha resucitado la tramitación del ya conocido proyecto de ley que persigue endurecer todavía más las penas -llegando a la pena de muerte en ciertos casos- así como perseguir a aquellas personas u organizaciones que de cobertura a las personas LGTB.
Precisamente en Uganda fue asesinado en enero de 2011 el activista gay David Kato (su asesino fue condenado a 30 años de cárcel, una de las pocas noticias positivas que nos han llegado de aquel país). Kato era uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por Rolling Stone (una publicación local), acompañados de la leyenda “Hang Them” (“a la Horca”). Y en agosto de 2011, la oficina de FARUG fue víctima de un asalto. Entre el material desaparecido figuraba un listado electrónico de los miembros de la organización.
Y pese a todo, los activistas LGTB siguen al pie del cañón, como han demostrado hace pocos días, cuando miembros de Ice Breakers Uganda inauguraron en la capital, Kampala, la primera clínica del país dedicada a las necesidades del colectivo, con un enfoque especial sobre VIH/sida y otras infecciones de transmisión sexual.
Kenia: prohíben entrada a los bares a personas LGTB
El caso de Uganda, pese a ser paradigmático, no es desgraciadamente el único en África. Recientemente nos han llegado varias noticias que ponen de manifiesto la homofobia social existente en la vecina Kenia: el suicidio de una chica lesbiana retenida por su familia, el apedreamiento hasta la muerte de un hombre que fue descubierto manteniendo relaciones homosexuales o el chantaje a personas LGTB por parte de grupos organizados. Una nueva noticia engrosa la lista: la prohibición de entrar a numerosos bares del país de «hombres demasiado afeminados» y de «mujeres masculinas». La iniciativa ha partido de los propietarios de los locales, que no quieren verlos convertidos en lugares de encuentro y socialización de las personas LGTB.
Etiopía: denuncian una supuesta «infestación» gay
En otro país de la región, Etiopía, esta misma semana nos hacíamos eco del cónclave que líderes políticos y religiosos habían mantenido para tratar las “desastrosas consecuencias” de las relaciones homosexuales, en el que un portavoz del Gobierno llegó a sostener que su país «será el cementerio de la homosexualidad“. Este jueves hemos sabido que además un popular diario etíope ha alertado de la existencia de una supuesta «infestación» gay que estaría contagiando la homosexualidad entre los jóvenes del país. En concreto, el diario acusa a los estudiantes etíopes que reciben becas para estudiar en Estados Unidos y Europa, que en su opinión estarían siendo utilizados como vehículo de transmisión. También denuncia el supuesto afán homosexualizador de organismos como Naciones Unidas, las embajadas occidentales o las ONG.
La pobreza y la falta de acceso a la educación los tiene así a los africanos… con unos políticos y pastores que dan ganas de mandarles un asno que se los folle…
Hombre, Adrián, yo creo que no se les debe dar un premio. Mejor darles un castigo: que el asno los cocee.
Oye, y que luego los veis aquí en plan «heroico inmigrante que me juego la vida en busca de una vida mejor», y hasta logran convenceros, los «héroes»…..
Pero en el fondo del cerebro hay un impulso que os acaba recordando, que el Mamadú de turno que tenéis delante posiblemente sea en su país un perfecto cabronazo (por acción o por omisión) para todas las personas LGTB que tengan la mala suerte de toparse con él; en un continente repleto de países que hacen de la LGTBfobia, llevada al paroxismo, uno de los principios básicos de ordenación de la sociedad, principio asumido e interiorizado de tal forma tanto por dirigentes como por población, que la comunión entre ambos es completa.
Esa comunión se traduce en la ley del terror (ejercida con total normalidad por los dirigentes, y aceptada por la población sin dudarlo lo más mínimo) para los LGTB africanos, los cuales también «gozan», por añadidura, del resto de las penurias y miserias de las que vienen escapando los Mamadú cuando aquí vienen.
Y la triste pena es que en este estercolero de país, que suelta un buen pico de millones de sus presupuestos en engordar la barriga de las sotanas, nadie se preocupa de hacer una política de inmigración destinada prioritariamente a personas LGTB que las pasan putas en sus países.
¿Y qué pasa con la demás inmigración? Pues que se vaya a otros países con sus cuentos de héroes, que hay más países a donde emigrar.
Llamadme xenófobo y racista, no os lo voy a negar…. Como tampoco niego la impotencia que siento cuando leo las terribles noticias en DM sobre los LGTB africanos, sin posibilidad de sacarlos de allí, teniendo, en cambio, que tragarme los cuentos de «héroes» de los africanos no LGTB que vienen aquí, so pena de que me tachen de xenófobo y racista, cuando los verdaderos héroes son todos esos LGTB que no pueden salir de allí…
Qué atrevida es la ignorancia.
Y eso, que los coceen.