Honduras: cuatro detenidos por el asesinato de una chica trans de 22 años
Cuatro personas han sido detenidas en Honduras acusadas de la muerte de Marlon Javier Jiménez Alemán, de 22 años, joven trans secuestrada el pasado 2 de agosto. Un días después aparecía su cuerpo sin vida. Un terrible crímen cuya resolución, de la que nos felicitamos, aparece como una gota de agua en un desierto ante la situación de completa indefensión que vive la comunidad LGTB hondureña.
Los detenidos (tres de los cuales son hermanos) llegaron al domicilio de Marlon Javier, también conocido como La Barbarita, haciéndose pasar por agentes de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), equipados con chalecos antibalas y con sus sus rostros cubiertos por pasamontañas. Mostraron a los familiares placas policiales y les dijeron que la víctima sería llevada a comisaría para una investigacion. A la mañana siguiente su cadáver fue encontrado en la carretera que comunica la colonia San Martín con el sector López Arellano de Choloma, en el área de la castigada San Pedro Sula. La víctima estaba tendida boca arriba, con las manos atadas, y presentaba varios balazos en la cabeza. Se sospecha que los detenidos son integrantes de una mara responsable de más asesinatos de personas LGTB.
Como recogíamos hace pocas semanas, según datos del Observatorio de Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) serían 101 las víctimas de crímenes de odio por motivos de orientación sexual o identidad de género registradas en el país desde enero de 2010 hasta mayo de 2012. Un dato que coincide con el ofrecido por las organizaciones LGTB. Semanas antes recogíamos por ejemplo un estudio realizado por la Red Lésbica Cattrachas, que recopilaba un total de 71 asesinatos desde septiembre de 2008 a febrero de 2012. Cifras en cualquier caso terribles, que reflejan los altos niveles de odio, estigma y discriminación que persisten en la sociedad hondureña y el gran número de grupos que actúan todavía persiguiendo, torturando y asesinando a las personas LGTB, agresiones que además se multiplicaron a raíz del golpe de Estado de 2009.
Aunque la mayoría de los casos ni siquiera nos llegan, de tiempo en tiempo en dosmanzanas nos hacemos eco de algunas de esas muertes. El junio recogíamos el caso de Walter Alexander Pacheco Martínez, joven transgénero de 19 años cuyo cuerpo fue hallado sin vida y con evidentes signos de violencia en un barranco cercano a Tegucigalpa, la capital. Semanas antes fue asesinado Erick Martínez Ávila, de 32 años, periodista, activista de la organización LGTB Kukulcán y militante del opositor partido LIBRE (Libertad y Refundación). Antes recogíamos otros casos, como el de José Enrique Castro, de 22 años, que apareció asesinado a balazos, o el de Jonathan José Pineda, también de 22 años, al que un guardia de seguridad homófobo disparó a plena luz del día.
A pesar de ello, el Estado hondureño no ha actuado con la diligencia debida para investigar unos crímenes de odio que gozan de impunidad en la mayoría de los casos. Incluso Estados Unidos, aliado del actual Gobierno hondureño, le pidió investigar dichos crímenes y equipó a una unidad policial creada con ese fin. Ojalá la resolución del asesinato de La Barbarita sea el inicio de un cambio de tendencia en este sentido.
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Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Impotencia…
No creo que haya sido ninguna Mara, esos metodos los conocemos de sobra en Colombia y solo hay un grupo capaz de hacer eso: LOS PARAMILITARES, que son importados desde Colombia a Honduras paras que cometan todo este tipo de fechorias y asesinatos contra gays,trans, campesinos, luchadores sociales, ONG….etc etc
esto es politica de estado, el estado hondureño es complice e instigador de asesinatos politico y sexuales como este.