Reacciones al veto del Orgullo de Belgrado
El veto a la celebración de la marcha del Orgullo LGTB de Belgrado por parte del Gobierno de Serbia anunciado hace dos semanas y confirmado el miércoles por motivos “de seguridad” ha provocado una rotunda condena de representantes de ONG y de la comunidad internacional.
Desde Naciones Unidas, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos Navy Pillay ha instado a las autoridades serbias a reconsiderar su decisión. Pillay, una reconocida defensora de los derechos LGTB, ha calificado de violación de derechos humanos fundamentales el “responder a ataques violentos contra una comunidad vulnerable mediante la prohibición de reunirse pacíficamente y expresarse”. “Los Estados deberían enfrentarse a los prejuicios, no rendirse ante ellos”, remachó.
Desde el Parlamento Europeo, la diputada británica Sarah Ludford (liberal-demócratas) se mostró “extremadamente decepcionada”. “La voz del odio y la discriminación ha vuelto a ganar sobre aquellos que desean hacer uso de su derecho europeo a la libertad de expresión”. Otros parlamentarios europeos, como el verde Keith Taylor, tenían previsto asistir a la marcha y han lamentado igualmente su anulación.
Taylor emplazó a Serbia a mejorar el respeto a los derechos humanos como condición previa a ingresar en la Unión Europea. “El tema del Orgullo de Belgrado de este año son los tres valores universales de amor, fe y esperanza. Pero estos tienen que ser más que palabras. Hace falta más comprensión y respeto para las personas LGTB en Serbia”, declaró. Jelko Kacin, relator del Parlamento Europeo para Serbia, calificó la prohibición de “política” y se mostró convencido de que “las autoridades podrían haber garantizado la seguridad si hubieran querido”.
Por su parte, organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnistía Internacional han mostrado su decepción por lo que consideran una “victoria de los prejuicios”. La ONG ha puesto en marcha una acción urgente de envío de cartas para pedir a las autoridades serbias que se respete la celebración de la marcha. Un portavoz de ILGA-Europa ha declarado que, si bien “nadie discute que este evento por degracia atrae a manifestantes violentos”, es el deber de un Estado “dotar de protección a todo el que quiera ejercer su derecho de manifestación pacífica”.
La marcha del Orgullo LGTB de la capital de Serbia, país candidato a ingresar en la Unión Europea, fue prohibida por los mismos motivos el año pasado. El veto generó igualmente numerosas reacciones de condena. El evento sí pudo celebrarse hace dos años, como informamos en dosmanzanas, a pesar de que entonces estuvo marcada por los graves incidentes protagonizados por contramanifestantes.
Otro de esos paises que quiere pertenecer a la U.E. pero que no cumple con las obligaciones establecidas en la Carta Magna de la Unión, no en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.Son paises de larga tradicción, donde se condena la homosexualidad por así estasr establecido en su religión.
Aunque hoy asistimos a una apertura en cuestiones morales, distintas de las predicas por las iglesias, quedan todavia paises de la Unión de tradición católica u ortodoxa, que mantienen el obscurantismo y rechazan la evolución social de nuestro tiempo para seguir discriminando y atacando la homoxesualidad en nombre de Dios.
Por tanto, desde la aparición del homo-sapiens, la sexualidad en todas sus manifestaciones eran aceptadas como naturales por los hombres de entonces. Fue necesario, que mucho más tarde que la humanidad existiera,
que unos personajes dijeran que hablaban con Dios y recibieran sus ordenes de condenacioón y castigos hacia los homosexuales.
La Unión europea, pena en muchos paises de fuerte influencia religiosa, a hacer reconocer los derechos esenciales de todo individuo, cuando estos son homosexuales.
A pesar de la Carta Magna y la Declaración de los Derechos Humanos, algunos paises continuan con la discriminación de individuos minotarios de la sociedad europea por el mero hecho de haber nacido con una orientación sexual diferente a la de la mayoria de los ciudadanos.