Un libro sobre la monarquía belga afirma que el rey Alberto obligó al príncipe heredero a cortar una relación «íntima» con otro hombre
El libro Cuestiones Reales, del periodista Frédéric Deborsu, asegura -entre otras muchas revelaciones sobre la familia real belga- que el rey Alberto II amenazó al príncipe heredero Felipe con retirarle de la línea de sucesión al trono si no ponía fin a la relación «íntima» que mantenía con un aristócrata. Deborsu califica además el matrimonio de Felipe con su actual esposa como un «matrimonio forzado».
Según filtró la prensa belga días antes de ponerse a la venta el libro, Deborsu desvela una supuesta conversación que el rey Alberto mantuvo en 1994 con un periodista, en la que le contaba los hechos, y de la cual afirma que hay varios testigos. A partir de ahí, Deborsu califica de «matrimonio forzado» la boda de Felipe con la princesa Matilde, con la que tiene cuatro hijos, y hace mención a sus supuestos problemas para relacionarse con mujeres. El periodista afirma también que Matilde cedió a la presión de su propio padre, que veía en el matrimonio una oportunidad única. Desde la Casa Real belga se califican las afirmaciones de Deborsu de “injurias”, aunque esperarán a examinar el contenido completo del libro (puesto a la venta este martes) para decidir qué hacer. Por lo pronto el autor ya ha asegurado que las informaciones adelantadas por la prensa belga son fragmentos aislados y descontextualizados que desvirtúan el contenido del libro.
Pese a que su autor se declara monárquico, Cuestiones Reales no llega precisamente en el mejor momento de la Casa Real belga, no muy popular en su país y salpicada de escándalos. El rey Alberto II, por ejemplo, es padre de una hija nacida de una relación extramatrimonial que se vio obligado a reconocer hace varios años. De hecho todavía no se han apagado los ecos de la reciente biografía no autorizada del príncipe Lorenzo, hermano menor de Felipe, hasta ahora el personaje más polémico de la familia, que el libro presenta como un infeliz despreciado por sus propios padres.
Con independencia de que la orientación sexual de Felipe de Bélgica sea heterosexual, homosexual o bisexual, algo que probablemente importe poco a sus conciudadanos -Bélgica fue el segundo país del mundo en reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo y cuenta en la actualidad con un primer ministro abiertamente gay, el socialista valón Elio Di Rupo– la noticia nos hace reflexionar sobre un aspecto sobre el que todavía se ha discutido poco, dada la tradicional hipocresía de la realeza europea (recordamos, por ejemplo, que Pablo de Grecia, padre de la reina Sofía, mantuvo una relación amorosa con un prostituto de la época) ¿Qué sucedería si un heredero saliera del armario? ¿Está preparada la realeza europea para admitir a un rey abiertamente gay o a una reina abiertamente lesbiana?
Lamentable, el rey Alberto habrá hecho de su hijo un desgraciado.
Ninguna realeza europea está preparada para dar ese paso, es una institución caduca y esta noticia no hace otra cosa que reafirmarlo.
La monarquía, por definición, es un anacronismo ridículo, un parche, un remendón que no pinta nada salvo como figura decorativa y tradicional, mas allá de que en otros paises tengan mas funciones reales que el de nuestro país (que la nuestra sí que no pinta absolutamente nada)
Me cuesta creer que el rey lo contara a un periodista.
Si el principe es gay seguro que por las puertas se servicio entra y sale quién el desea.
En España el marido de la reina Isabel II era conocido como Doña Paquita. Imaginaros lo modernos que son los Borbones. je,je,je,