Tensiones en el seno de la iglesia católica estadounidense a cuenta del matrimonio entre personas del mismo sexo
Tina Beattie, profesora de Teología en la Universidad de Roehampton (Reino Unido), ha visto como la Universidad de San Diego, un centro católico, le ha retirado el permiso para realizar una estancia tras conocer que había firmado una carta a favor del derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio civil. Mientras tanto en Maryland, al otro extremo del país, un sacerdote ha defendido el matrimonio igualitario en plena homilía.
Beattie ha hecho pública la notificación recibida de parte del presidente de la Universidad de San Diego, en la que le comunica la retirada de la invitación por «disentir de las enseñanzas de la iglesia». La teóloga británica firmó hace varias semanas, junto a otros 26 católicos, una carta dirigida al diario The Times, en la que defendía que es perfectamente lícito para un católico, haciendo uso de su libertad de conciencia, apoyar la extensión legal del matrimonio civil a las parejas del mismo sexo.
La profesora de Teología tenía previsto hacer una estancia en el Centro de Cultura y Pensamiento Católicos Frances G. Harpst, dependiente de la Universidad de San Diego, a la que ahora se ve obligada a renunciar. Beattie ha acusado a «una minoría hostil de blogueros» de desacreditar sus puntos de vista y ha negado que tuviera intención alguna de crear polémica o de causar problema alguno al centro que la iba a acoger. El director de este, Gerard Mannion, se ha mostrado de hecho «sorprendido y profundamente disgustado» por la decisión de la universidad y ha anunciado protestas.
Sacerdote de Baltimore defiende el matrimonio igualitario
Más reconfortante es la noticia que se producía en Maryland, al otro extremo del país. El sacerdote Richard T. Lawrence, párroco de la iglesia de San Vicente de Paul, en Baltimore, defendió el matrimonio entre personas del mismo sexo, consiguiendo por cierto la ovación de sus feligreses.
Ocurrió el pasado fin de semana. Lawrence estaba obligado a leer en misa una carta del arzobispo llamando a votar contra el matrimonio entre personas del mismo sexo en el referéndum que se celebra el próximo martes en Maryland. Así lo hizo, pero una vez finalizada la lectura añadió sus propias reflexiones personales. «A mí me parece que incluso si creemos que la iglesia no debe permitir el matrimonio gay, podríamos convivir con una norma que permita el matrimonio civil de las parejas de gays y lesbianas. Yo personalmente, sin embargo, iría incluso más lejos», expresó Lawrence, conocido por su compromiso con las causas sociales. «Podríamos reconocer la total, exclusiva y permanente unión de las parejas de gays y lesbianas como parte del sacramento del matrimonio», añadió.
Lawrence reconoció que esta no era, en la actualidad, la doctrina de la iglesia, pero añadió que «personalmente creo que esta es una posible línea de desarrollo teológico en el futuro, y quizá al final forme parte de la enseñanza de la iglesia. ¿Y si esto es posible, por qué no debemos considerar que el matrimonio civil de las parejas de gays y lesbianas debería estar permitido?», reflexionó el sacerdote. Las palabras de Lawrence encontraron un gran eco entre sus parroquianos, que respondieron con una gran ovación. El sacerdote llegó a colgar el texto en la página web de la parroquia, aunque luego lo retiró a requerimiento del arzobispado.
División en el seno de la iglesia católica estadounidense
Si algo ponen de manifiesto los dos episodios, una vez más, es el clima de división que vive en estos momentos la iglesia católica estadounidense, con una base históricamente progresista y una jerarquía cada vez más atada en corto por Roma. Richard T. Lawrence, de hecho, no es el único sacerdote que ha mostrado su disconformidad con la postura oficial de la iglesia sobre los referéndums del próximo martes. Hace pocas semanas nos hacíamos eco del pronunciamiento de decenas de sacerdotes retirados de los estados de Washington y Minnesota a favor del matrimonio igualitario.
En la misma entrada, sin embargo, recogíamos también la toma de posesión como nuevo arzobispo de San Francisco, probablemente el territorio más “progay” de Estados Unidos, de Salvatore Cordioleone, encarnizado enemigo de los derechos LGTB. Y antes recogíamos episodios como la condena vaticana a un libro de la monja y teóloga estadounidense Margaret A. Farley, en el que defiende el matrimonio igualitario. Una condena que coincide con el grave conflicto que enfrenta a la mayor asociación de religiosas de Estados Unidos, considerada demasiado progresista, y el Vaticano.
Asistimos hoy, a que grupos de la Iglesia Católica se mobilizen para defender los derechos al matrimonio egalitario. Aquí, en la España democrática esperamos la decisión del T.C. sobre el recurso del PP, para ver si el matrimonio gay es constitucional o lo contrario.Y…después de años de espera, todavía no se sabe cual será la decisión. Ya que no depende de la constitución, sino de la decisión politica del gobierno de turno. Pués nada tienen que ver la justicia, ni la evolución de la sociedad, ni de las mentalidades. La influencia de la iglesia esta por encima de estas consideraciones y son a la iglesia a la que el PP obedece. no es una casualidad si hay tantos miembros del Opus Dei en el partido y en el gobierno, pués son ellos en definitiva que dictas las leyes morales, según sus dogmas, a todos los españoles. Por esto es importante la mobilización en defensa de los derechos que son los mismos que figuran en la Declaración de los derechos humanos que constituyen la base y la orientación para todas las naciones de la Unión Europea.
En EEUU hay miles de iglesias independientes. Algunas muy progresistas, otras muy conservadoras. El catolicismo no es una de ellas. El catolicismo es una confesión doctrinalmente muy centralizada. No se puede construir un catolicismo a la carta. Esta gente debería plantearse hacer un cisma.
Mañana por la tarde podríamos tener por fin la sentencia del TC:
http://politica.elpais.com/politica/2012/11/05/actualidad/1352117743_682213.html
Con un poco de suerte, se autocumplirán las profecias agoreras de las iglesias sobre la amenaza del matrimonio gay a la religión, y seremos la puntilla de unas cuantas, en cuanto a cercanía con las generaciones jóvenes.
Como me reiria.