Camerún: se confirma la sentencia a tres años de cárcel para el joven gay condenado por declararse por SMS a un conocido
Malas noticias para el camerunés Roger Jean-Claude Mbédé, cuya historia contábamos en octubre de 2011. Se trata de un joven que fue condenado a tres años de prisión por enviar un mensaje de texto a otro hombre declarándole su amor. El propio destinatario fue quien presentó la denuncia que ocasionó la condena y encarcelamiento de Roger, que tras un año de cumplimiento fue puesto en libertad mientras se debatía su apelación.
Lamentablemente, la corte de apelación de Yaoundé ha confirmado el 17 de diciembre la condena de tres años por el delito de “comportamiento homosexual” y ha dictaminado la puesta en prisión del joven hasta que termine de cumplir la pena impuesta. La confirmación de la sentencia ha sido como un jarro de agua fría para los abogados del joven camerunés, que han expresado su pesar por una resolución que ven profundamente injusta. Michel Togué, uno de ellos, ha declarado que “Camerún permanece en la ignorancia. El procurador general estimó que no había elementos de de delito en su expediente, y sin embargo la corte de apelación ha confirmado la sentencia inicial” al mismo tiempo que confirmaba la presentación del correspondiente recurso de casación. Saskia Ditishem, abogada suiza de Roger, aseguraba estar devastada por la resolución, afirmando que “esta decisión no está ajustada a derecho, sino a la ignorancia de la ley y a la homofobia de los jueces”. Otra de las abogadas que ha asistido al camerunés es Alice Nkom, presidenta de ADEFHO (Association pour la défense de l’homosexualité), la cual declaró ante la audiencia que tanto ella como Michel Togúe habían sido amenazados de muerte “únicamente por empeñarnos en defender los derechos humanos”, deplorando que “las leyes homófobas permitan perseguir a los inocentes en vez de protegerlos”.
El caso de Roger Jean-Claude Mbédé suscitó el interés de las principales asociaciones internacionales de defensa de los derechos humanos, que han solicitado repetidamente al presidente camerunés, Paul Biya, tanto el levantamiento de las penas de los condenados por el delito de “comportamiento homosexual” como la desaparición del mismo del código penal de Camerún.
Situación muy complicada
Recientemente, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresaba su preocupación por la situación de las personas LGTB en Camerún. Y es que esta es realmente complicada. Cada poco tiempo se producen noticias de detenciones, algunas de las cuales hemos recogido a lo largo de los últimos años: en febrero de 2012 (cuando informamos de la detención de al menos tres mujeres lesbianas), en enero de 2012, en noviembre de 2011 (tres hombres fueron condenados a cinco años de cárcel acusados de mantener relaciones homosexuales en un coche), en agosto de 2011, en abril de 2011, en marzo de 2011 (el detenido fue condenado a 36 meses de cárcel, motivo por el cual Amnistía Internacional llevó a cabo una acción), en octubre de 2010, en mayo de 2010 (los dos detenidos entonces fueron luego condenados a cinco meses de cárcel), en marzo de 2010 (en este caso la detención se mezcló con un intento de extorsión por parte de la Policía a un ciudadano australiano) o en diciembre de 2009 (en este caso el joven fue finalmente liberado tras permanecer varios días en prisión en condiciones miserables). Y son solo los casos que trascienden internacionalmente.
En Camerún las relaciones homosexuales están penadas con hasta cinco años de cárcel, pero según Alice Nkom solo se puede detener a una persona si se la encuentra en situación de “flagrante delito”. Desgraciadamente, son cada vez más los casos en los que la Policía ignora este requerimiento.
Una desgracia más para mis paisanos. Está claro que lo que prevalece es la homofobia del sector de la judicatura, pero no olvidemos que también de la población en general, que percibe el fenómeno como una cuestión moral-que en realidad puede serlo- que se está intentando imponer desde Occidente.
Soy partidario de que la revolución y los cambios se han de dar desde dentro. Nunca como ahora habían habido tantas detenciones por este motivo que permanecía escondido en la Constitución pendiente de reformar, por cierto.
Paul Biya, como ferviente católico compadre de Ratzinger, no moverá un dedo por nosotros los homosexuales cameruneses, habrá que buscar otras vías que vayan de abajo arriba, desde el pueblo a las leyes. Sólo así se puede empezar… y requiere tiempo.
Me parece lamentable que se castigue con carcel e incluso con muerte la expresión de un sentimiento tan noble como es el amor…no me extraña que el mundo vaya de mal en peor…es como si se incentivara el que solo haya lugar para el odio y cualquier cosa mala de la naturaleza humana…
Camerún: fundamentalistas cristianos en un lado y fundamentalistas musulmanes en el otro. En medio, una población ignorante que no tiene acceso a la educación. ¿A alguien le puede sorprender?