El ‘lobby’ de las madres
Hace unas semanas, mis dos amigas Caro y Rosi se disponían a pasar un domingo tranquilo, descansando del ajetreo del fin de semana. La madre de Caro llamó para invitarlas a comer. Cuando su hija le dijo que preferían quedarse en casa porque el día anterior habían estado cuidando de la madre de Rosi, que estaba mala, la madre de Caro, contrariada y tal vez celosa, respondió: ‘Malas estamos todas’. Ni que decir tiene que al final acabaron las dos comiendo y pasando el día con la madre de Caro.
Algunos que siempre han dicho que el ‘lobby gay’ es un ‘coñazo‘, que no ceja en su empeño hasta conseguir lo que quiere, han vuelto a la carga con motivo del Orgullo. A mí me parece que pretender la igualdad de derechos de todos los LGTB, el cese de cualquier discriminación basada en orientación sexual o identidad de género y la visibilidad como paso imprescindible hacia la normalización es algo bueno, así que bienvenido el ‘lobby gay’, aunque para algunos sea un ‘coñazo’. De hecho, todos y cada uno de los derechos conquistados por cualquier minoría, han venido a base de dar el ‘coñazo’, y luego ha habido que conservarlos ‘dando el coñazo’. Como el derecho de la madre de Caro a pasar los domingos con sus hijas, que bien que lo defiende ella con uñas y dientes.
De hecho el lobby gay tal vez debería inspirarse en las madres. Esa constancia, ese estar alerta al primer despiste para llenarnos un poco más el plato, ese estar atentas al más mínimo cambio, a la última tendencia para cortarla de raíz si es necesario. Seguro que alguna vez vuestra madre os ha dicho algo parecido a: “¿Esto qué va a ser, una moda nueva, ahora?”. Pues bien, una madre habría detectado que doña Sofía, en sus declaraciones sobre el Orgullo en el libro de la Urbano, cerraba 2008 ‘marcando tendencia’ (así es como avanza la moda: un diseñador genial o muy influyente ‘inventa’ un año algo que gusta mucho y que al año siguiente todos copian). En 2009 la moda sería ‘combatir el Orgullo’. El PP había soñado con esto durante años, y ahora podían hacerlo sin perder un ápice de modernidad, porque esta temporada lo que se lleva es ‘atacar al Orgullo’. En Colegas estaban felices, porque ahora ya podrían criticarlo sin ambigüedades. Según se acercaba junio, más y más gente se iba sumando a esta moda. Intereconomía, la COPE. Hasta aquí, sin novedad. Lo que ya indica que estamos ante ‘una moda nueva, ahora’ es que los medios de comunicación progresistas hayan dado por buenas las supuestas quejas de los vecinos de Chueca sin asumir el compromiso de explicar a sus lectores –no sé si por considerarlo obvio, no sé si por no contrariar a los muchos que ya habrán adoptado esta ‘moda’- que ese tipo de molestias y quejas son comunes a muchas otras fiestas en muchas otras ciudades del planeta. Entiendo que quieran moverse con la ‘tendencia’, pero, como diría una madre ‘Si los demás se tiran a un pozo ¿tú también te tiras?’
Bromas aparte, a lo mejor deberíamos hacer un esfuerzo por sacar a nuestras familias del doble armario en el que viven. Uno, el de la invisibilidad, en el que por vergüenza o por pudor están aún encerrados, sin atreverse a decir ‘Mi hija es lesbiana’ o ‘Mi hijo es gay’. Otro, el de la desinformación. Muchos de nuestros padres y madres no saben las situaciones de discriminación y acoso por las que hemos pasado. En parte porque ocultándoselo creemos protegerles, en parte porque ellos mismos parece que no quieren saber, y cambian de canal o quitan la radio cuando se habla del tema. Debemos explicarles en primera persona lo que es la homofobia, lo que ha significado para nosotros y lo que aún significa para muchos otros. Explicarles quiénes están detrás de ella. No estaría mal que conocieran nombres como Aquilino Polaino, hechos como que el Vaticano se negó a firmar una Declaración de la ONU por la despenalización de la homosexualidad. Que supieran de los avances y las victorias LGTB, de las lesbianas, homosexuales y transexuales que ocupan cargos de responsabilidad sin que nada haya podido detenerles. Creo que tendríamos que ayudar a nuestras familias a visibilizarse, no para que luchen por nosotros, sino para darles la oportunidad de acompañarnos (me encantó saber que entre los que desfilaron estaba la asociación de padres y madres de LGTB), uniendo sus voces a las nuestras para decir por qué podemos estar orgullosos de ser como somos.
En un relato que escribí el año pasado, Manuela, una mujer que tiene dos hijos gays, se dirige por carta a la reina Sofía tras hablar esta en contra de los homosexuales. En un momento en que comenta una encuesta sobre el derecho a hablar de la reina, le escribe: ‘Usted dirá que estoy loca, doña Sofía. Loca por mis hijos, que son lo único que tengo. Tan loca que no quiero que nadie me los toque, ni me los miente, y mucho menos una encuesta. Las encuestas son sobre cosas de las que se puede discutir. Mis hijos no se discuten. No se ponen en duda. Mis hijos son, doña Sofía. Son lo que son.’ ¿Os imagináis un buen batallón de ‘Manuelas’ combatiendo la homofobia?
Esta columna va para todas las madres, y muy especialmente para las madres lesbianas de Jorge, el chico discapacitado que desfiló en el Orgullo. Un beso a todas.
Un artículo verdaderamente excepcional, Raúl. Felicidades y muchas gracias.
Pues sí, Raúl, a veces hace falta ser muy madre (a veces madraza y otras incluso madrastra) para seguir luchando por nuestros derechos y los de quienes nos rodean.
Hace falta ser esa madre que aunque no seamos lo que esperaba, nos quiere igual y nos desea lo mejor.
Hace falta ser esa madre que baja las escaleras armada con el palo de la escoba para espantar a esa chiquillería que está metiéndose con nosotros.
Hace falta ser esa madre que, cuando llega el padre cabreado, nos esconde en el cobertizo para que, si se escapa una hostia, no nos la llevemos nosotros.
Hace falta ser esa madre que no nos deja ir a jugar hasta que no hayamos recogido nuestro cuarto y no hayamos hecho los deberes.
Hace falta ser esa madre que nos obliga a comernos las verduras porque son buenas para nosotros pero que luego nos compensa con unas natillas caseras.
Hace falta ser esa madre que nos lleva a esa fiesta y nos dice «que te diviertas».
PD. No cobro comisión pero me apetece hacerle publi a Raúl. Merece la pena leer «Querida Reina, Reina Querida», el relato al que hace referencia en el artículo.
El «lobby de las madres», «homofobia 2.0», muy buenos los conceptos que salen de esta página. Esperemos que en el futuro la tendencia se marque desde Dos Manzanas.
Vaya, la fachipetarda ya ha estado por aquí.
Simplemente genial Raúl.!!!!…. Creo que para el próximo orgullo, todos deberíamos llevar «Manuelas» al estilo de las Damas Blancas cubanas… Además, creo que en la próxima semana sta, deberíamos de pasar directamente de acudir a ella, y esos maricolegas, que dejen de vestir virgenes y muñencos y lo haga la Conferencia episcopal, total, así se entretienen y no dan el coñazo con otra cosa
Felicidades de nuevo Raúl.
A modo de bofetón virtual que quede la multitudinaria manifestación de Madrid el Domingo pasado, con gente de «TODO TIPO», ya esta bien de exclusiones, que cada uno se manifieste a su manera.
Por otro lado, lo de Manuela, ¿a quien no le gusta una madre así?
Estupendo artículo, Raúl, como de costumbre.
Y muy acertada tu reflexión sobre los «medios de comunicación progresistas»…
Qué placer da leer por aquí.
Genial, Raúl, Genial.
Esto me recuerda lo que me contó una vez un amigo: que él tenía que hacer verdaderos esfuerzos para que su madre (ya mayor y con problemas de salud) no se pusiera en la pancarta de cabeza de la manifestación del Orgullo. Cuando, años atrás, se enteró de que su hijo era gay, le costó aceptarlo, pero una vez que lo aceptó se volvió más reivindicativa que nadie.
Me he acordado de las madres de la Plaza de Mayo. Quizás no vendría mal que las personas lgtb tuviéramos unas madres de la Plaza de Mayo.
Un saludo.
Mi padre estuvo callado con el tema durante bastantes años.
El siguiente comentario que le sorprendí, bueno, que me sorprendió, era que sacaramos a uno, él y yo, del armario ….
Felicidades por el texto. Emocionante. Estoy por hacérselo leer a mi amatxu, para que al menos sepa que somos muchos los que les agradecemos su dedicación. Gracias, de verdad.
Muchísimas gracias por el artículo, Raúl. Necesitaba leer algo así para animarme hoy, para seguir al pie del cañón.
Muchas gracias, Raúl, un artículo emocionante y certero.
Respecto a lo que dices de los que se quieren cargar el Orgullo (el pim pam pum de moda), lo que más me repugna es que el ataque parezca que viene desde dentro, de unos grupos que como se demostró el sábado no representan a nadie en el colectivo LGTB, y que son meras comparsas de la Caverna político mediática de este país…
Gracias de nuevo y besos.
No puedo más que daros las gracias a tod@s. Es un placer, una liberación y un orgullo poder expresarme aquí cada semana y compartir mis ideas con vosotros.
Frantic, muchísimas gracias por recomendar mi libro, no sabía que te lo habías leído.
POr cierto, tú eres madre, así que, ya sabes, hoy iba también por tí.
precioso artículo
100% de acuerdo
ya lo agregué a mis favoritos de delicious 🙂
un abrazo
absolutamente maravilloso
¡y casi se me pasa leerlo!
yo también recomiendo el Libro «Querida reina…» fue lo primero que leí de Raul y flipé
Me encanto el artículo, ojala mi madre se sintiera orgullosa por ser lo que soy, como Manuela… Lamentablemente tenemos que pasar demasiadas cosas todavia y lo que me jode realmente es que los heterosexuales cerrados nos recriminen porque tenemos un dia del orgullo,¬¬
En fin, te felicito por el artículo nuevamente
Joder. Tengo que disculparme. Había leído el artículo pero no lo había leído entero. La mejor parte (en la que hablas de Manuela) la acabo de leer ahora mismo. Gracias Raúl. Y como dicen más arriba. Pena que no haya un batallón de Manuelas.
Marga, Jack, Romy y Despotorre, muchas gracias a vosotros también.