La diputada y activista transexual Anna Grodzka no será finalmente vicepresidenta del Parlamento polaco
Anna Grodzka no será finalmente una de las vicepresidentas del Sejm (la Cámara de Diputados polaca). Grodzka había aceptado la candidatura de su partido, el Ruch Palikota (RP), para suceder en el cargo a su compañera, la feminista y activa defensora de los derechos LGTB Wanda Nowicka, contra la que el propio RP había presentado una moción de censura después de que esta se viera involucrada en un escándalo. El Sejm, sin embargo, ha votado por amplia mayoría en contra de la moción y ha mantenido a Nowicka. De haber sido elegida, Grodzka se hubiera convertido en la primera persona transgénero en ocupar un cargo institucional en la historia parlamentaria de Polonia (y posiblemente del mundo).
La candidatura de Anna Grodzka, fundadora del colectivo Trans-Fuzja y diputada por Cracovia, no llegó a ser ni siquiera sometida a votación, ya que como se había venido rumoreando en los últimos días, el Sejm rechazó el viernes la moción de censura contra Nowicka. A favor votaron solo 45 diputados, 245 votaron en contra y 13 se abstuvieron.
El RP había decidido presentar la moción contra Wanda Nowicka en un acto de coherencia política, después de que hace un par de semanas se conociera que en 2012 tanto la presidenta del Sejm Ewa Kopacz como los cinco vicepresidentes se adjudicaron primas de decenas de miles de złoty sin justificación aparente. Nowicka, quien recibió 40.000 złoty (casi 10.000 euros), se defendió argumentando que había donado el dinero a varias organizaciones caritativas, pero su partido, que ha hecho de la lucha contra las primas a los banqueros y el despilfarro en la administración pública una de sus prioridades, la desautorizó y presentó una moción de censura para destituirla. El propio Janusz Palikot, líder del RP, reafirmó su admiración por Nowicka, pero al mismo tiempo declaró que su partido estaba obligado a transmitir la señal de que es intransigente con estas situaciones.
Una decisión coherente, pero que le costó por cierto la ruptura con los colectivos feministas, defensores de Nowicka. Ni siquiera todos los diputados del RP votaron a favor de la moción. Entre los que lo hicieron en contra se encuentran, en particular, Robert Biedroń (activista LGTB, antiguo líder de la organización Campaña contra la Homofobia, KPH) y la propia Anna Grodzka, lo que en realidad no se puede considerar una sorpresa. Grodzka siempre ha afirmado su admiración por Nowicka y ya había anunciado que votaría en contra de la moción y que aceptaría sustituir a Nowicka solo si contaba para ello con su apoyo (que Nowicka de hecho le dio hace unos días).
La gubernamental Plataforma Cívica (PO) votó también en contra de la moción, aunque la viceportavoz de su grupo, Iwona Śledzińska-Katarasińska, señaló que si Nowicka dimitía su grupo sí votaría la candidatura de Grodzka. Sin embargo, Nowicka ha dejado claro que ella no tiene intención alguna de dimitir. En un discurso desde la tribuna la diputada por Varsovia agradeció su voto a los diputados y afirmó sentirse injustamente atacada y víctima de una maniobra política. El resultado de la votación ha sido celebrado por los colectivos feministas que han cargado con dureza contra el RP. También la presidenta del Sejm, Ewa Kopacz, se ha alegrado del éxito de la votación y ha expresado su solidaridad y cariño a Nowicka.
El líder del RP, Janusz Palikot, ha asegurado estar “furioso” por lo ocurrido y ha anunciado que su partido expulsará a Nowicka de su grupo parlamentario. Habrá que ver si finalmente es así, ya que Palikot ha descartado que esto vaya a suceder de forma inmediata, al tiempo que Nowicka ha afirmado querer seguir colaborando con el RP.
Sea como sea, el hecho de que Anna Grodzka no haya sido finalmente elegida vicepreseidenta del Sejm regocijará sin duda a la derecha populista y los sectores católicos que habían expresado su oposición frontal a la candidatura de la diputada transexual, y que hace tan solo unos días lograban tumbar tres propuestas de ley de uniones civiles abiertas a las parejas del mismo sexo. Algunos diputados ultraconservadores, de hecho, no habían dudado en recurrir a la transfobia para desacreditarla.