Italia: dos casos de homofobia escolar respondida valientemente por sus víctimas
Un chico gay se ha negado a dejarse amedrentar después de que apareciera una pintada homófoba en la fachada de su instituto de Roma pidiendo su dimisión como representante estudiantil. Y en Módena una estudiante lesbiana se ha enfrentado a una profesora que calificó la homosexualidad de “enfermedad” durante un debate sobre la homofobia. Dos casos que vuelven a poner de actualidad el debate social sobre el acoso escolar homófobo abierto en Italia por la trágica muerte del adolescente Andrea S., que se ahorcó en su casa en noviembre de 2012. Un elemento sin duda esperanzador es el hecho que esta vez las víctimas han plantado cara a la discriminación.
¡Maricón dimite! fue la pintada, ya eliminada, que unos desconocidos dejaron en uno de los muros exteriores del Instituto Tacito, en el Barrio Trionfale de Roma. La frase se acompañaba de una cruz céltica, símbolo habitualmente utilizado por los neonazis. El objetivo era un chico homosexual de 15 años que en las últimas elecciones estudiantiles fue elegido representante con el voto de 315 de los 400 alumnos que participaron en la votación. Como cabía esperar, este intento de intimidación ha desatado indignación y condenas en la capital italiana. Sus compañeros de instituto le han expresado su solidaridad. También lo ha hecho el alcalde de la capital, Gianni Alemanno, que ha calificado la pintada de “acto cobarde” y varios grupos de defensa de los derechos humanos y LGTB.
Pero el elemento quizá más interesante ha sido la reacción de Giovanni (como lo han bautizado los medios italianos, ya que su verdadera identidad no ha sido revelada), que se ha negado a dejarse amedrentar, ha pedido a los medios que no le presenten como “víctima” y ha agradecido las muestras de solidaridad recibidas. En una entrevista concedida a Il Messaggero, el chaval ha asegurado no tener miedo, ha denunciado la ignorancia que se tiene acerca de la homosexualidad en Italia y ha alertado del crecimiento de las acciones de la extrema derecha en la capital italiana (en línea, por cierto, con las recientes declaraciones del político gay Nichi Vendola). El joven también ha subrayado la importancia de denunciar los casos de homofobia. Sin duda Giovanni demuestra ser muy maduro, pese a sus 15 años.
Cabe mencionar algo que fue destacado por el propio Giovanni en una de sus declaraciones: este episodio es idéntico al ocurrido en noviembre en la isla de Isquia, en el archipiélago napolitano, cuando en los muros exteriores del Instituto Ischia apareció una pintada con la frase ¡No votéis por el maricón! El objetivo fue entonces otro chico de 17 años que había presentado su candidatura a representante de los alumnos.
Chica lesbiana se enfrenta a una profesora homófoba
Una estudiante lesbiana del Instituto Carlo Sidonio de Módena, en Emilia Romaña, se ha enfrentado públicamente a una profesora homófoba que calificó la homosexualidad de “enfermedad”. El incidente se produjo con ocasión de un encuentro organizado por el centro en colaboración con el colectivo LGTB Arcigay, durante el cual los estudiantes asistieron a la proyección de la película Viola di mare (que dirigida por Donatella Maiorca cuenta una historia de amor entre dos chicas en la Sicilia del siglo XIX) y luego participaron en un debate sobre la homofobia. Durante el debate una de las profesoras tomó la palabra para afirmar que la homosexualidad es un ”drama y un trastorno psicológico”. La mujer restó importancia al hecho de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) despatologizara hace años la homosexualidad, ya que en su opinión la OMS podría haberse equivocado como ya pasó “en el caso de la gripe aviar”.
No se trata del primer incidente homófobo protagonizado por un profesor en Italia en las últimas semanas. En una reciente entrada contamos el caso de un profesor de Religión de Venecia que escribió un texto homófobo en el que aseguraba que la homosexualidad puede ser «curada”. El aspecto más interesante de lo ocurrido en Módena, sin embargo, fue la reacción de los estudiantes, indignados ante las afirmaciones de la profesora. Una de las chicas (cuya identidad no ha sido revelada) se puso en pie e hizo una valiente referencia a su propio caso. “Utilizando la palabra enfermedad usted ofende a todas las personas homosexuales aquí presentes que, como yo, han necesitado años para aceptar y entender su condición”, le contestó, entre los aplausos de sus compañeros.
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Vamos los pibes! No puedo creer lo de la profesora, debería ser despedida de su puesto, no por homófoba sino por idiota.
Todos podemos ser de ultraderechas o de ultraizquierdas, católico apostólicos o ateos, homosexuales o heterosexuales, pero, como dice el dicho, «lo que pasa en el terreno de juego, queda en el terreno de juego», hay que educar objetivamente y no subjetivamente, Y AHÍ FALLAN LOS SERVICIOS DE INSPECCIÓN DE EDUCACIÓN 😉