La manifestación contra el matrimonio igualitario en París se salda con cargas policiales y detenciones

Trescientas mil personas, según la Prefectura de Policía, se manifestaron  este domingo 24 de marzo en París para oponerse a la ley de matrimonio igualitario, que comienza su periplo por el Senado el próximo 4 de abril. Los convocantes afirman haber conseguido reunir a 1.400.000 manifestantes. La marcha se saldó con enfrentamientos con la policía cuando los participantes trataron de saltar las barreras y ocupar los Campos Elíseos, lugar expresamente prohibido por la Prefectura de Policía y las autoridades judiciales.

Con sus habituales consignas en contra de la igualdad para los ciudadanos LGTB, la manifestación transcurrió por la avenida de la Grande Armée. Lemas como “el matrimonio es entre un hombre y una mujer” o “los niños tienen un papá y una mamá” eran coreados por los manifestantes, que de forma demagógica quisieron además contraponer derechos LGTB y denuncia de la situación económica con gritos de «queremos trabajo, dejad en paz a las familias». Pero cuando la convocatoria estaba por finalizar, algunos intentaron saltar las barreras policiales y desfilar por la avenida de los Campos Elíseos, itinerario prohibido por la Prefectura de Policía debido al alto nivel de seguridad que debe mantener por la proximidad de distintos organismos y embajadas. Una prohibición corroborada por sentencia judicial tras el recurso presentado por los convocantes.

Las fuerzas policiales presentes trataron de impedir el asalto a la gran avenida parisina, repeliendo a los asaltantes con gases lacrimógenos. Según el ministro de Interior, Manuel Valls, la mayoría de quienes trataron de desbordar la manifestación pertenecían al GUD (Groupe Union Défense, una organización estudiantil de extrema derecha), que de hecho ha reivindicado la acción en Twitter. Casi un centenar de manifestantes fueron detenidos y posteriormente puestos en libertad, aunque uno de ellos ha pasado a disposición judicial y será juzgado próximamente.

Utilización de los niños

Aunque Manuel Valls ha felicitado a las fuerzas policiales por su trabajo, que ha calificado de profesional, miembros de la oposición como la cristianodemócrata Christine Boutin han expresado su protesta, llegando a pedir la dimisión del ministro por la utilización de gases lacrimógenos contra niños y familias. Curiosamente, en uno de los vídeos que se han recogido sobre los sucesos, se puede observar cómo un padre lleva a su hijo sobre los hombros frente a la barrera policial e insta a sus compañeros a «poner a los niños delante» para que la policía no actúe (a partir del minuto 3:50).

Guerra de cifras

Aunque el desbordamiento de la manifestación ha sido calificado por algunos de “espontáneo”, el periodista de Le Monde Samuel Laurent ha dado a conocer un documento que ha sido distribuido por distintas listas de correo parroquiales, en el que se dan instrucciones precisas de cómo saltar las barreras policiales y ocupar los Campos Elíseos. La pretensión del asalto era que la cifra de manifestantes pudiera ser inflada, pues la avenida de la Grande Armée no puede albergar más de 300.000 personas.

Y esta cifra es la que la Prefectura de Policía ha estimado provisionalmente, a la espera de ofrecer este martes datos definitivos. A pesar de las protestas de la líder de los opositores a los derechos LGTB, la cómica Frigide Barjot, que ha calificado la cifra de “grotesca” y de “voluntad deliberada de no decir la verdad”, desde la Prefectura se defiende la profesionalidad de quienes contabilizan los manifestantes. Nicolas de Leffe, director adjunto del departamento de inteligencia de la Prefectura, ha declarado que “no podía haber más de trescientas mil personas en el perímetro” de la manifestación, y que, además, se habían reservado diez veces menos autocares y trenes que en la gran manifestación de 1984 por la escuela libre, que reunió a setecientos mil participantes. El alto funcionario ha afirmado además que su departamento “no es instrumentalizado por nadie” y que multiplicar varias veces las cifras de asistentes es habitual entre los convocantes de las manifestaciones, sean de uno u otro signo.