Entrevista a Guillermo Arróniz
Guillermo Arróniz es el autor del celebrado Pequeños laberintos masculinos, libro de relatos del que dimos cumplida cuenta en un pasado desayuno. Hoy, desayunamos con el autor:
Entramos a saco ¿Por qué escribes? ¿Para quién? ¿Influencias?
Escribo porque no puedo dejar de hacerlo. Como dije en la presentación de “Pequeños laberintos masculinos” en Madrid, escribir es casi para mí como comer. ¿Se puede pasar un día sin comer? Sí, claro, pero… ¡menudo sacrificio! Escribir es encontrar mi paz, mi guerra, mi forma de ser. Escribo, sin duda alguna, para mí. Puedo pensar en alguien o hacer un guiño. Puedo tener una influencia de una historia que me han contado, pero escribo para ser yo mismo, para contar historias que me hubiera gustado leer. Muchas influencias, Terenci Moix, Eduardo Mendicutti, Albert Camus, Oscar Wilde, Amélie Nothomb, Umberto Eco, Álvaro Pombo; Kavafis, Lorca, Quevedo, Rimbaud, Manuel Machado, Luis Cernuda, León Felipe, Gil de Biedma, Reinaldo Arenas, Luis Antonio de Villena… Y un par de centenares más.
¿Hay una literatura LGTB? ¿Hay una literatura LGTB de calidad?
Es una discusión bizantina de esas que me divierten mucho. Yo diría que sí existe una Literatura LGTB, en sentido amplio entiendo por tal aquella que está escrita por autores LGTB, dirigida a un público LGTB o en la que aparece algún referente o personaje de los colectivos contenidos en las siglas LGTB. ¿Demasiado amplio? Es posible, pero creo que contiene elementos LGTB y por lo tanto es de interés y temática LGTB. Por supuesto que hay una literatura LGTB de calidad. Además de todos los autores homosexuales que he citado antes (ojo, no todos los citados lo son) podríamos añadir Marguerite Yourcenar, Walt Whitman, Yukio Mishima, Vicente Aleixandre, Pedro Víllora, Jacinto Benavente, Tennessee Williams, Pier Vittorio Tondelli… y un largo, largo, largo etcétera.
¿Por qué los hombres (gays o heteros) ya no leen libros? ¿Qué tenemos que hacer para que los hombres vuelvan a leer?
Buena pregunta… que quizá habría que hacerle a cada uno de ellos. Pero déjame aventurar (y sacar la bola de cristal en plan bruja) que puede haber una serie de factores. En primer lugar parece que los hombres, en general, tienen un cerebro más tentado por los números y los deportes que por las letras y los libros. Son más materiales y menos espirituales. En segundo lugar el mundo moderno ofrece muchas formas de lectura desde el blog al Facebook, pasando por los periódicos gratuitos. Todos ellos ofrecen lectura rápida que encaja a la perfección con el rápido mundo moderno. La Literatura tuvo un punto de poder y prestigio. Hoy creo que ha perdido mucho de eso. Quizá podríamos seguir trabajando en difundirla. Nos falla mucho la promoción. ¿De qué sirve tener el bombón más rico del mundo patentado si nadie lo conoce?
Veo que estás metido en muchos ajos ¿nos explicas un poco brevemente donde estás colaborando últimamente?
Jejeje. Soy c-lo inquieto. Escribo reseña literaria y de espectáculos, entrevistas a autores en www.ellibrepensador.com un diario online; también escribo artículos de viajes un tanto especiales para www.universogay.com; y por último me he metido a dirigir la sección de Literatura de la nueva revista digital de Empresas Gay Friendly, cuyo primer número salió a finales de enero. Me gusta complicarme la vida. No quiero confesármelo, pero es verdad.
Y Pepa la Pipera, ¿cómo sigue?
(Carcajada monumental). Pepa es un personaje que ha surgido de la promoción de “Pequeños laberintos masculinos” en Facebook. He creado una página para el libro donde ofrezco a los lectores pequeños “premios” o guiños literarios. El último es una nueva novela cómica titulada “En busca de Pepa la Pipera”. La idea es hacer algo completamente diferente al libro anterior y enganchar al público doblemente. Cada “Me gusta” en la página conlleva dos párrafos más… Acaba de empezar pero me está divirtiendo mucho. Es la historia de cinco amigos homosexuales en un pueblo o ciudad pequeña de España y sus peripecias en busca de “Pepa la Pipera”, personaje del que casi nada se sabe aún.
¿Qué crees que está pasando en este país?
¿Así, de golpe? Pues pasan miles de millones de cosas cada minuto… pero si lo que me pides es un análisis social y político te diré que lo que sucede es que hemos digerido regular la democracia y que somos un país mediterráneo con todo lo que ello conlleva de vida artística y espiritual pero también de falta de organización y previsión. Lo que ocurre es que de aquellos polvos, estos lodos. Nos hemos vuelto todos egoístas y pretenciosos. Y no hay un tejido industrial, un sector que levante el país. Vendemos turismo, flamenco, y buenos productos de la tierra, pero no tecnología o innovación, que es lo que lidera el mundo en este momento. Seguimos, en cierta forma, siendo aquellos hidalgos con hambre del siglo XVI, con mucha honra, pero con pocas salidas económicas.
¿Después de “Laberintos”, qué más?
Pues lo primero publicar por fin poesía. Vamos a ver si alguna editorial quiere cometer ese suicidio… Y luego ya veremos, quién sabe si Pepa la Pipera me lleva al estrellato del best-seller y finalmente dejo de soñar y me despierto.
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