El legado LGTB de Margaret Thatcher

Margaret Thatcher ha fallecido a los 87 años de edad, y los obituarios se acumulan. Una figura tan divisiva como profundamente influyente, un análisis de su herencia desde la perspectiva LGTB arroja un resultado claro: la Dama de Hierro impulsó una legislación tan homófoba como la infame “Sección 28” y endureció la persecución de los homosexuales hasta el punto de estimular el activismo LGTB en el Reino Unido.

Se puede decir sin temor a exagerar que Thatcher es una de esas figuras que han cambiado el curso de la Historia. En colaboración con Ronald Reagan, ambos líderes introdujeron las políticas económicas que han venido rigiendo desde hace décadas en las democracias occidentales a ambos lados del Atlántico, y que han acabado engullendo a la casi totalidad del planeta. Mucho se ha escrito sobre el legado económico de Thatcher, sus consecuencias sobre la clase trabajadora, el proceso de desindustrialización del Reino Unido, etc. Sin embargo durante estos días es probable que los medios apenas mencionen las decisiones de Thatcher respecto a las minorías sexuales. Y si bien es posible debatir largamente sobre las bondades y defectos del liberalismo económico, lo cierto es que la política de Thatcher en materia LGTB no admite mucha discusión.

Durante los años 60 Thatcher fue uno de los parlamentarios que votaron a favor de la descriminalización de la homosexualidad, un gesto sin duda loable. No obstante, fue un gobierno de la Dama de Hierro el que en 1988 tuvo el dudoso honor de introducir la primera ley homófoba en el Reino Unido en más de un siglo: la “Sección 28”, que prohibía a las autoridades locales «promocionar intencionadamente la homosexualidad o publicar material con la intención de promocionar la homosexualidad» o «promocionar la enseñanza de la aceptabilidad de la homosexualidad como una supuesta relación familiar en cualquier escuela subvencionada» (una ley que el Gobierno laborista tardó años en poder derogar debido a la oposición de la Cámara de los Lores, y que fue finalmente revocada el 21 de junio de 2000 en Escocia y el 18 de noviembre de 2003 en el resto del Reino Unido). Además durante los mandatos de Thatcher los arrestos y condenas por relaciones homosexuales consentidas se multiplicaron, así como la violencia contra las personas homosexuales. Y en lugar de luchar de manera efectiva contra el VIH, la Sección 28 llegó en plena crisis del sida y contribuyó a demonizar a la minoría homosexual.

Tal persecución acabó por dar alas a los movimientos reivindicativos LGTB británicos, que se vieron obligados más que nunca a luchar por sus derechos desde la visibilidad. Es la época de la salida del armario de figuras como Ian McKellen, el nacimiento de Stonewall, etc. Un activismo que décadas después está desembocando en la equiparación de derechos.

Gracias por tanto, Sra. Thatcher, por ayudarnos a ver que es posible la rebelión y la victoria contra la represión y la intolerancia.