Australia: el líder de la oposición admite que no podrá imponer al resto del partido su postura contraria al matrimonio igualitario
La reciente aprobación del matrimonio igualitario en Nueva Zelanda parece haber reavivado el mismo debate en la vecina Australia. Tony Abbott, el jefe de la oposición de centroderecha, ha reconocido que llegará el momento en el que no podrá forzar a todo su partido a oponerse a la igualdad de gays y lesbianas. Abbott encajaba así la reciente toma de posición a favor del matrimonio igualitario de su compañero de filas el primer ministro de Nueva Gales del Sur.
A la pregunta de si la coalición liberal-conservadora que lidera cambiará de posición con respecto a la apertura del matrimonio a las parejas del mismo sexo, Abbott declaraba que no puede aspirar a “obligar a mi partido para siempre” a seguir su disciplina de voto contraria al mismo. El que según las encuestas muy probablemente se convertirá en primer ministro de Australia tras los comicios del próximo mes de septiembre ha delegado esta decisión a “la visión que adopte el congreso del partido después de las elecciones”.
En la relativa flexibilización de la postura de Abbott ha influido sin duda el reciente anuncio del primer ministro de Nueva Gales del Sur, el estado más poblado de Australia: “Como un liberal que cree que el compromiso y las unidades familiares con una de las mejores maneras en las que se organiza la sociedad, apoyo el concepto de matrimonio entre personas del mismo sexo”, declaraba Barry O’Farrell el pasado viernes, tachando de “completamente ridículas” las advertencias contra supuestos perjuicios al matrimonio tradicional. El político liberal-conservador reconoció la influencia que han tenido los acontecimientos en el país vecino y equiparó la lucha por el matrimonio igualitario a la del sufragio femenino. “Nueva Zelanda le dio el derecho al voto a las mujeres en 1893; nosotros tardamos nueve años más en hacerlo”, recordó. “No deberíamos tardar también nueve años ahora para subirnos al mismo tren que nuestros vecinos al otro lado del estrecho”, remachó O’Farrell.
El fiscal general del Estado australiano, por su parte, ha entrado también en el debate para opinar que el matrimonio igualitario podría ser una realidad en el país próximamente, incluso antes de las votaciones. Mark Dreyfus cree que “el estado de ánimo ha cambiado” al respecto desde la aprobación en Nueva Zelanda y ha criticado la propuesta de Los Verdes de introducir una ley para reconocer los matrimonios entre personas del mismo sexo celebrados en el extranjero como un “desvío del asunto principal”.
Dreyfus ha señalado que “si se miran las cifras más recientes” de legisladores dispuestos a votar a favor o en contra, el resultado de una votación ahora “sería muy reñido, o incluso favorable a la igualdad matrimonial”, por lo que “no hay ninguna razón para esperar hasta después las elecciones” para volver a llevar el asunto al Parlamento australiano. Con la composición actual de la Cámara de Representantes y del Senado, en los que ningún partido o coalición posee la mayoría absoluta, la libertad de voto de la oposición liberal-conservadora sería la clave para que una iniciativa así tuviera posibilidades de éxito.
Australia: una larga lucha por la igualdad
El debate en torno al matrimonio igualitario en Australia ha estado marcado por la división del gobernante Partido Laborista. En su último congreso nacional, celebrado a finales de 2011, el partido decidía incorporar a su ideario la defensa del matrimonio entre personas del mismo sexo pero convertía ese mismo ideario en papel mojado al aceptar la propuesta de la primera ministra de dar libertad de voto a sus legisladores. Una libertad de voto que Abbott les negó entonces a los suyos y que finalmente desembocó en el fracaso de la iniciativa para aprobar el matrimonio igualitario a nivel federal.
Negada la vía federal, el campo de batalla se trasladó inmediatamente a los estados y territorios de Australia (una situación similar a la existente en estos momentos en Estados Unidos). Es el caso por ejemplo de Tasmania, cuya cámara baja aprobó una ley de matrimonio igualitario que contaba con el apoyo del Gobierno estatal laborista, pero que fue tumbado por la cámara alta en la que los independientes son mayoría.
Pero hay más candidatos a aprobar leyes de matrimonio igualitario. Verdes y laboristas se han comprometido a aprobarlo en el Territorio de la Capital Australiana (ACT), en el que se localiza Canberra, la capital federal. El pacto forma parte de un amplio acuerdo de gobernabilidad alcanzado entre ambos grupos políticos tras las elecciones de octubre. Los Verdes también presentaron en febrero un proyecto de ley en Australia Meridional, cuyo jefe de Gobierno laborista le ha dado su apoyo (si bien los diputados laboristas tendrán libertad de voto para decidir).
Los Verdes también han presentado proyectos en Victoria (cuyo Partido Laborista se posicionó a favor del matrimonio igualitario en 2009) y en Australia Occidental, aunque en estos estados la mayoría parlamentaria liberal-conservadora hace complicada su aprobación. También en Nueva Gales del Sur se prepara un proyecto, y aunque también aquí gobierna el centro-derecha, la posición favorable de su primer ministro que mencionábamos anteriormente y el hecho casi seguro de que los diputados liberales dispondrán de libertad de voto aumenta las posibilidades de éxito. En el Territorio del Norte, finalmente, los laboristas (que también controlan el Gobierno) se han comprometido a dar libertad de voto a sus diputados si se presenta un proyecto de ley en ese sentido.
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Humming Albus
Periodista de pega por el compromiso con una causa. La información también es activismo, y por eso participo en dosmanzanas.
Tras Nueva Zelanda, este es el siguiente.