Eurovisión 2013: la final

Nos limitamos finalmente a comentar las canciones que no han pasado por el infierno de las semifinales (aquí los comentarios de la Primera Semifinal y de la Segunda Semifinal):

Alemania: Cascada (Glorious)
Pero ¿esta canción no ganó ya el año pasado? Quedará muy alto de todas formas: entra a la primera. ¿No va a hacerlo si llevamos toda la vida oyéndola? La señora habría encantado a J.L Uribarri (son muchos años conociéndole)

España: ESDM (Contigo hasta el final)
Una canción de tres minutos en un festival como este no puede pasarse 20 segundos haciendo el canelo: la gente huye al baño. Una canción que aspire a ganar esto tiene que empezar como «Eres tú». Lo demás es ir por ir. En su descargo diremos que es el primer tema no disonante que presentamos en años y que hay al menos ocho cosas que deberían, por justicia divina, quedar por debajo de ellos.

Francia: Amandine Bourgeois (L’enfer et moi)
Coqueteando con el abismo, los franceses parecen haberle cogido el gustillo al final de la tabla. No será menos este año. Va de auténtica pero es… puaaaj.

Italia: Marco Mengoni (L’essenziale)
Hala, todo el mundo en pie. Típica canción italiana que le da el toque de calidad suficiente para que podamos seguir viendo el Festival sin remordimientos. Desde que volvió Italia esto es otra cosa.

Reino Unido: Bonnie Tyler (Believe in me)
Si canta bien y no queda entre los 10 primeros, yo me pensaría mucho volver al Festival. Una canción muy decente, que no es poco.

Suecia: Robin Stjernberg (You)
Organizar el festival dos años es un castigo pero ¡que no se note tanto! Probablemente el peor cantante de la noche, e incluso se diría que se ha tragado a Miliki por momentos. Se pone gritona la señora, al final.

Festival extraño que pasará a la historia por la injusticia de haber dejado a Austria y Chipre en las Semifinales y haber colado en su lugar a truños magníficos del calibre de Irlanda o Bélgica. Y porque hay al menos diez canciones con las que nos encontramos muy cómodos. Así, si por nosotros fuera, le dábamos el premio al simpático muchacho de Malta, o a Estonia (la mejor balada de este año), o a Hungría (con una canción espléndida que está a años luz del resto) o a Italia, pero no nos importaría que ganara la elegante propuesta Noruega, o Reino Unido o Grecia. Mucho peor vamos a llevar la más que probable victoria de la pesadísima canción de Dinamarca. ¡Y atentos a Rusia o Azerbayán (con una puesta en escena más que excesiva), que recogerán el voto rabioso de toda esa zona de por allí!. Así que, un poco por fastidiar (y porque nos da miedo que las casas de apuestas acierten todos los años), vamos a decir (desear) que este año la ganadora será Holanda, con esa maravillosa joya cantada por Anouk. Por soñar que no quede.

Hasta el año que viene. Quizá lo mejor de todo sea no tener que volver a escuchar NUNCA MÁS la tortura china de la canción Suiza.

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Actualización

Una breve actualización: la televisión pública de Turquía (país que este año no participa en el Festival) ha decidido al parecer no emitirlo para evitar que su audiencia sea testigo del «beso lésbico» de la actuación de Finlandia (que pretende ser una reivindicación de la aprobación del matrimonio igualitario en su país). Dada además la presión creciente por parte de ciertos sectores para que finalmente dicho «beso reivindicativo» se censure, se ha puesto en marcha una recogida de firmas en la plataforma Allout.org con el objetivo de convencer a la organización de la importancia de no ceder a las presiones y permitir que el beso tenga lugar ante una audiencia potencial de cientos de millones de espectadores.

Estaremos atentos, entre otros muchos aspectos del Festival, a lo que finalmente sucede con este beso…