Primeras reacciones a la entrevista al papa publicada por 16 revistas jesuitas
Como era de esperar, la entrevista al papa Francisco publicada el jueves 19 de septiembre ha generado todo un torrente de reacciones e interpretaciones. Una entrevista en la que hubo una referencia muy significativa a las personas homosexuales que como era de esperar ha causado enorme revuelo. Sin poder ser exhaustivo ante la enorme cantidad de artículos y declaraciones, echamos hoy un vistazo al rosario de reacciones.
En España, por ejemplo, al día siguiente ocupó la portada de los más importantes periódicos, aunque con matices en el lugar más o menos preferente. Buena parte de los titulares se centraron en su afirmación «Jamás fui de derechas» (El País, Público y El Periódico de Catalunya), señalando como titulares secundarios los referidos a las personas LGTB (aunque Francisco habla de «homosexuales»), a las mujeres y al aborto.
La reacción ha sido diferente según la orientación ideológica. El País y El Periódico hablan de una novedad en Francisco y presentan numerosos artículos de opinión. Hoy mismo, El País, en su editorial, habla de «un nuevo liderazgo» y expresa que «tanto por los gestos como por las palabras, cada vez está más claro que el papa Francisco está decidido a abrir las ventanas de la Iglesia y ejercer un nuevo tipo de liderazgo religioso». Los medios conservadores hablan también en términos generalmente positivos de la entrevista, aunque en los artículos de opinión la línea dominante es la de rebajar la novedad de sus declaraciones o la de señalar aquellas partes de la entrevista donde el Papa señala continuidad doctrinal. Pero más llamativo ha sido que ABC o La Gaceta apenas le dedicasen lugar en sus portadas, cuando lo esperable en estas ocasiones hubiera sido un lugar preferente.
En los medios religiosos cristianos hay una diferencia clara entre los más cercanos a ámbitos reformistas y los conservadores. Entre los primeros la entrevista ha sido recibida con indisimulado entusiasmo. Se alaba su tono de confidencia y sinceridad o de su estilo pastoral. Hablan de que se ha acabado el tiempo del miedo a los «tirapiedras», haciendo referencia a un clima en el que ciertos grupos de personas podían boicotear la presencia de alguien en un acto eclesial o denigrar su obra con denuncias por internet (los casos de José Antonio Pagola o Teresa Forcades han sido ejemplos muy claros).
Entre los medios conservadores la reacción ha sido la de esforzarse en interpretarlo todo como si en realidad no se dijera nada nuevo y como su afirmase lo que de su parte han dicho siempre —un intento que se ha repetido varias veces en estos meses—. La Gaceta, diario del grupo Intereconomía, por ejemplo, remarcaba el “sólo” de “No podemos insistir sólo en el matrimonio homosexual y el aborto” para remarcar que, en realidad, sigue manteniendo lo anterior. No obstante, también hay indicios de inquietud, presente en algunos comentarios y reacciones de eclesiásticos que señalan lo impropio de que un Papa hable en primera persona y con voluntad de agradar.
En los medios y colectivos LGTB se han recibido con cautela. Sin ser exhaustivos, podemos señalar algunas reacciones en el país de origen del papa. Esteban Paulón, presidente de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT), interpreta que el cambio viene “porque la Iglesia ha perdido muchos seguidores en los últimos años por la mirada cerrada que tienen sobre la mayoría de los temas”. Señala también lo que a su juicio son contradicciones en el discurso, pues por ejemplo “aboga por una mirada «misericordiosa» o «piadosa» hacia homosexuales pero recuerda que la posición de la iglesia no cambiará y es la contenida en el catecismo (castidad y encuentro en Dios)”. Reclama que, al menos, trabaje contra los crímenes por orientación sexual, “si tuvieran la voluntad cierta, se podrían avanzar en algún tipo de declaración pública y conjunta en el marco de las ONU condenando la persecución”. Desde la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), su presidente César Cigliutti, habla de lo inapropiado del término “misericordia” para definir la actitud hacia las personas LGTB. En España no ha habido, que sepamos, comunicados oficiales de las asociaciones. Sí ha habido declaraciones a La Sexta de Aurelio Lepe, coordinador del Área de Asuntos Religiosos de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), afirmando que “lo que queremos son acciones” poniendo el ejemplo del obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, y su insistencia con la condena de la homosexualidad y la defensa de las peligrosas “terapias” reparativas.
Ya está en marcha la insidiosa máquina de vapor del tren reaccionario conducido por el maquinista Rouco y sus ayudantes, sucios como el carbón que manipulan como carburante que alimenta la caldera generadora del vapor impulsor, contra las declaraciones del Papa Francisco, el de todos, preferencialmente de los más pobres. Heresiarca, Papaflauta, son algunas de las perlas que le dedican, sin apearse del tren, al que, cuando se agote el carbón, seguirán echando leña al grito de: «Más madera que es la guerra».