Un joven jamaicano consigue escapar de un linchamiento homófobo
Según ha denunciado públicamente el activista Maurice Tomlinson, un joven gay escapó milagrosamente este sábado de morir lapidado por un grupo de atacantes en Portmore, una localidad situada al sur de Jamaica. El episodio es una muestra más de la vigencia de las actitudes homófobas en ese país, considerado uno de los más hostiles a las personas LGTB del mundo.
El joven, que ha pedido no ser identificado, regresaba caminando hacia su casa tras visitar a un amigo cuando alrededor de las once de la noche un grupo de hombres se acercaron y comenzaron a arrojarle piedras gritando entre otras consignas «Ketch di battyboy» («Agarra al marica»), «Kill the battyman» («Mata al maricón») o “Hol’ him no mek him get way” («Sujétalo y no lo dejes escapar»). Términos como «battyboy» o «battyman» son insultos homófobos muy usados en Jamaica.
Afortunadamente el joven, que se encuentra en muy buena forma física, pudo correr lo suficientemente rápido para escapar a la agresión hasta llegar a un lugar seguro, no sin recibir el impacto de tres pedradas en su espalda. Sin embargo se niega a denunciar lo sucedido a la policía por miedo a las burlas e incluso a ser objeto de futuros ataques por ello. «Entiendo este miedo», explica Tomlinson, que recuerda como hace un año otro hombre que fue víctima de una agresión muy parecida solo recibió burlas de la policía cuando acudió a contar lo sucedido, y solo tras la intervención del activista la denuncia fue cursada.
Aun así Tomlinson le ha aconsejado denunciar lo sucedido, entre otras cosas porque sus agresores pueden estar planificando un nuevo ataque.
Jamaica, un infierno para las personas LGTB
Las relaciones homosexuales masculinas están castigadas en Jamaica con penas de hasta 10 años de cárcel, y aunque apenas se hace uso de esta legislación el acoso, la violencia y el asesinato de personas LGTB están a la orden del día. A finales de agosto recogíamos por ejemplo como cinco hombres homosexuales tuvieron que ser rescatados por la policía cuando se vieron atrapados en su vivienda por una multitud que los acusaba de intentar volver homosexuales a los jóvenes del pueblo. Afortunadamente en este caso la policía pudo dispersar a la muchedumbre y trasladar a los hombres a un lugar seguro, pero desgraciadamente no siempre es así. Un mes antes nos hacíamos eco de la muerte de una adolescente transgénero brutalmente asesinada por una turba de personas que descubrieron su condición. Y en noviembre dos jóvenes descubiertos manteniendo relaciones sexuales en los baños de la Universidad Tecnológica de Jamaica caían en manos de una muchedumbre enfurecida y uno de ellos era golpeado brutalmente por los guardas de seguridad encargados de mantener en orden en el centro.
En diciembre de 2010 era asesinado un activista gay que según informó entonces J-FLAG había sido previamente amenazado. Y en junio de 2012 eran brutalmente asesinados otros dos hombres gays. De poco ha servido la elección en enero de 2012 como primera ministra de Portia Simpson Miller, que a diferencia de sus predecesores se había manifestado a favor de los derechos LGTB.
Una realidad terrible que ha sido denunciada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que en un informe sobre la situación de los derechos humanos en Jamaica publicado en 2012 puso de manifiesto la extrema vulnerabilidad del colectivo LGTB. El informe (que se puede descargar en castellano aquí) dedicaba quince páginas a la discriminación basada en la orientación sexual e identidad de género (páginas 105 a 120). Como respuesta el Gobierno de Jamaica anunció la futura aprobación de una normativa antidiscriminatoria contra las minorías (aunque sin nombrar expresamente a las personas LGTB) que por el momento no se ha materializado. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene además pendiente de resolución la denuncia de un ciudadano jamaicano que obtuvo asilo político en Canadá debido a la persecución que sufría en su país debido a su orientación sexual.
Menos mal pudo escapar, pero es una muestra de la gran intolerancia del mundo, y el miedo a lo que no entienden. Saludos