Recaen dos de las tres personas que se creían curadas del VIH tras un trasplante de médula
Dos de las tres personas que hasta la fecha habían sido consideradas «curadas» de la infección por VIH tras someterse a un trasplante de médula han recaído. La noticia es obviamente negativa, aunque las enseñanzas para el tratamiento de la infección por VIH que pueden extraerse de la experiencia siguen considerándose de gran valor.
En 2010 recogimos con cierto detalle la historia del primer paciente con sida “totalmente curado» (conviene precisar que este primer paciente sigue libre de recaídas). Hablamos de Timothy Ray Brown, un estadounidense afincado en Alemania que desarrolló una leucemia de la cual fue tratado en 2007 mediante un transplante de médula ósea. Se trata de un procedimiento por el cual, mediante radioterapia y/o quimioterapia, “se mata” la médula ósea del enfermo (el tejido existente en el interior de los huesos, encargado de fabricar las células de la sangre) y se le transfieren células madre procedentes de la médula ósea de un donante compatible. En el caso de Brown se utilizó además un donante cuyas células, además de compatibles, poseían una mutación natural que las hace resistentes al VIH (el mismo tipo de mutaciones que explican, por ejemplo, que haya un pequeño porcentaje de personas infectadas con el VIH que pese a no tomar medicación nunca llegan a desarrollar la enfermedad).
Los investigadores temían que en algún momento durante la “reconstitución” del sistema inmune el virus, probablemente acantonado en otros tejidos, se detectara de nuevo. En el caso de Brown eso no ha sucedido. Pero sí en otros dos pacientes cuya existencia se conoció en julio de 2012. En estas dos personas (cuya identidad permanece en el anonimato) se siguió el mismo procedimiento que en el caso de Brown, con la salvedad de que la médula procedía de un donante sano compatible pero no poseedor de la mencionada mutación. Aunque inicialmente parecía que había desaparecido de sus cuerpos pese a quedar también sin medicación, con el paso del tiempo el virus ha vuelto a detectarse. Los dos pacientes han retomado por tanto su medicación antirretroviral y se encuentran en buen estado de salud.
En cualquier caso, el VIH ha tardado en volver a detectarse pese a haberse suspendido la medicación antirretroviral, por lo que aunque no pueda hablarse de curación el tratamiento sí tuvo cierto éxito a la hora de controlar la replicación de los virus que quedan acantonados en el organismo. La noticia, pues, no deja de aportar enseñanzas a la lucha contra la infección por VIH, y muy especialmente en el caso de pacientes que desarrollan además cánceres sanguíneos.
Conviene matizar, de todas formas, que ni siquiera antes de conocerse este fracaso se pensaba en el trasplante de médula como una opción generalizable a todas las personas con VIH. Hablamos de un procedimiento que cuenta con un riesgo de complicaciones muy elevado (incluyendo la muerte) y que obliga por sí mismo a seguir un tratamiento. Todo ello cuando con medicación ya es posible mantener el VIH a niveles indetectables en la inmensa mayoría de los casos.