¿Se debe sacar del armario a los políticos activamente homófobos?
Itay Hod (en la foto) es un periodista abiertamente gay que ha trabajado para medios como la cadena estadounidense CBS. En su cuenta de Facebook ha expuesto, a través de un caso supuestamente hipotético, la necesidad de cambiar el criterio de las asociaciones LGTB respecto de la exigencia de no sacar a nadie fuera del armario sin su consentimiento. Hod defiende que debe revelarse la hipocresía de los homosexuales dentro del armario que trabajan activamente en contra de los derechos LGTB. La apenas velada referencia a un conocido congresista del ala derecha del Partido Republicano ha levantado un gran revuelo entre los medios que se ocupan de la información LGTB.
La postura defendida por Itay Hod es la siguiente:
La gente siempre dice que nadie tiene derecho a sacar a alguien del armario. Que salir del armario es un asunto privado. No estoy de acuerdo. Como se puede suponer, no es una opinión muy popular. Pero tened paciencia conmigo.
Esta es la hipótesis: qué ocurre si sabes que cierto congresista del Partido Republicano, digamos que de Illinois, es gay… y lo sabes porque uno de tus amigos, un periodista de un medio de confianza, te dijo en términos inequívocos que pilló al congresista republicano y a su compañero de piso en la ducha… juntos. Claro que se podría decir que eran dos buenos amigos tratando de ahorrar agua. Pero hay más. ¿Y si a ese congresista también le han pillado las cámaras de TMZ [una web de cotilleos] recorriendo bares gays? ¿Y si sabes que ese mismo sujeto, el niño mimado del ala derecha del Partido Republicano, ha votado en contra de la derogación del Don’t ask don’t tell [la ley que impedía ser abiertamente homosexual en el ejército], se opuso a la derogación de la DOMA [la norma que impedía el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo], está en contra del matrimonio gay y apoya una enmienda federal sobre el matrimonio que añadiría un texto a la Constitución para prohibir el matrimonio gay y echar abajo todas las leyes y ordenanzas a favor de los derechos de los homosexuales en el país?
¿Seguimos sin permitir que se le saque del armario?
Dejadme que os haga otra pregunta… ¿No tendrían los medios de comunicación la obligación de hacer pública su hipocresía? Si hubiera hecho algo tan hipócrita y no fuera gay, ¿no exigiríamos a los periodistas que hicieran su trabajo? Pero no pueden… porque no les dejamos. Les decimos que no pueden sacar del armario a NADIE.
Hemos creado una situación en la que, a pesar de que los medios de comunicación saben que este sujeto es gay, no pueden denunciarlo porque no lo ha dicho en Twitter.
Si seguimos diciendo que ser gay es algo genético, y que por lo tanto no es diferente a tener los ojos azules o el pelo rubio… ¿por qué no se permite hablar de ello?, ¿por qué necesitamos el consentimiento de alguien para hablar de su sexualidad? ¿No se nos permite decir que alguien tiene los ojos azules hasta que publique un mensaje en Facebook para decirnos que son azules de verdad?
Hemos sido tan eficaces en convencer a todos que sacar del armario a la gente es un crimen contra la humanidad, que hemos hecho que sea imposible para cualquier medio de prensa hablar de este «hipotético» congresista republicano gay y su voto hipócrita contra los derechos de los homosexuales. No van a tocarle por temor a las represalias de GLAAD o HRC [asociaciones de defensa de los derechos LGTB con influencia en los medios de comunicación]. De hecho, cuando el medio de mi amigo entrevistó al hipotético republicano, este habló sobre su deseo de encontrar a una buena mujer para casarse… y el medio lo difundió… sabiendo que era mentira…
Así que me vais a perdonar si no suscribo la idea de que no se tiene derecho a sacar a nadie del armario… De hecho, en algunos casos, lo celebraría. Pero yo estoy así de loco, Herndon Graddick [antiguo presidente de GLAAD].
Por cierto… no sé por qué… pero he tenido un impulso repentino de compartir esto:
Las siete entradas en Instagram más gays de Aaron Schock en 2013.
El enlace con el que concluye la alocución de Itay Hok conduce a una entrada de la web AmericaBlog, que a su vez enlazaba con la cuenta de Instagram del congresista Aaron Schock, que posteriormente se ha modificado para permitir únicamente el acceso privado.
Aaron Schock es congresista del Partido Republicano por el estado de Illinois desde el año 2009, y es considerado una de las estrellas emergentes del ala más conservadora del partido. Desde su escaño en la Cámara de Representantes, ha votado en contra de que se incluyan entre los crímenes de odio aquellos causados por la orientación sexual o identidad de género de la víctima. También votó para rechazar la derogación de la política de «Don’t ask, don’t tell». Se ha opuesto públicamente al matrimonio igualitario, apoyando con su voto la continuidad de la DOMA y declarándose partidario de enmendar la Constitución de los Estados Unidos para que se impida constitucionalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo e impedirles cualquier beneficio federal.
Las especulaciones sobre la homosexualidad de Schock no son una novedad, aunque habitualmente se han esgrimido para ello argumentos tan frívolos como su peculiar gusto para vestirse o su propensión a aparecer con el torso desnudo en las portadas de revistas sobre musculación. También ha sido grabado por las cámaras de la web de cotilleos TMZ paseando por el barrio gay de Tampa. El congresista siempre ha negado los rumores cuando se le ha preguntado al respecto, calificando el mero hecho de que se le inquiera sobre ello de «ridículo e inapropiado».
El debate queda abierto.
¿¿Las asociaciones lgbt americanas tienen tanta influencia en los medios como para controlar lo que publican?? Joder, pues casi entiendo que las llamen lobbys.
Un republicano homofobo es gay en secreto. Qué «sorpresa». A engordar la lista de hipócritas:
http://gayhomophobe.com/
100% de acuerdo con Itay Hod; no se puede permitir que una hipocresía criminal que daña negando derechos fundamentales a tantas personas quede impune, mientras el hipócrita medra a costa de sus iguales.
( Observación: la foto de Shock es elocuente ¿quedan dudas sobre su orientación?).
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Oscar De Madrid
Las y los homófobos intentan por todos los medios sacarnos del armario a tod@s. Cuando podían denunciarnos a la policía nos sacaban del armario ante la sociedad, cuando nos señalan en sus púlpitos, cuando hacen leyes especiales para nosotros, cuando me impiden usar una ley que ellos sí pueden, etc. nos muestran como inferiores ante los demás. No me vale la excusa de que si me encierro en mi casa no me acosarán.
Se trata de darles su propia medicina.
Yo siempre digo que si es una persona que dice ser hetero y defiende a la comunidad LGBT,aunque se sospeche que realmente es homosexual o bisexual no deberíamos de sacarlo del armario, que salga si quiere y cuando quiera. Pero si es una persona homofobica (anti-homosexual) que dice ser hetero, pero realmente es homosexual o bisexual, a este si hay que sacarlo a golpe del armario.
Soy hetero, pero me encanta vuestro blog, me gustan las personas que se preocupan por defender su dignidad, algo muy importante y que contribuís a enseñar a homos y heteros.
estoy totalmente de acuerdo. esta bien que quieran estar en el armario es su problema, lo que es nuestro problema es cuando empiezan a través de sus complejos a perjudicarnos a los demas y a los que hemos sabido dar el paso adelante.
asi que me parece genial, a la palestra y que expliquen porque son maricas y porque son malas
Pues yo en esto he evolucionado, y mucho, creo que a estas alturas de la película nadie que sea un personaje público tiene derecho a ocultar su orientación sexual. No forma parta se su intimidad, como no lo es su edad, su estatura, el color de su piel o su lugar de nacimiento. Seguir manteniendo que existe el derecho a ocultar la orientación sexual como parte de la intimidad no pública es, ahora mismo, promover la homofobia.
Puedo entender que se mantenga la discreción en lugares donde la orientación sexual se puede llevar a la carcel, a la marginalidad o a la muerte. Pero en aquellos países donde estamos en la lucha por conseguir un plena normalización social no es admisible. Todavía menos para aquellas personas LGBT que se aprovechan en su intimidad de las parcelas de aceptación y tolerancia conquistadas en dura lid y a un alto costo por el activismo en favor de nuestros derechos, mientras que su dimensión pública se dedican a favorecer la desaparación de esos espacios de tolerancia.
Ha llegado el momento de dar un giro desde el activismo LGBT y no permitir nunca más que la orientación sexual pueda ser nunca más una condición «intima». La salida del armario ha dejado ya de ser una opción personal, y el outing no puede ser nunca más considerado como una agresión. No conozco ninguna causa ante un tribunal por declarar que alguien es homosexual, no se debe permitir que la haya tampoco por afirmar que alguien es homosexual o bisexual. Hay están las raíces de la discriminación.
Fe de errores de mi anterior comentario, en el último parrado: «No conozco ninguna causa ante un tribunal por declarar que alguien es HETEROSEXUAL». Hay más pero no comprometen tanto el sentido último de mi comentario.
¿Se debe sacar del armario a los políticos activamente homófobos?
Mi respuesta es clara, SÍ SE DEBE
Nazareno, me lo has quitado de la boca. Si nadie se siente acosado ni invadido en su privacidad por decir que es heterosexual, lo mismo por decir si es LGTB.
Además, recuerdo el hecho de que la opción sexual tiene una vertiente pública que, en el caso de la heterosexualidad, ha conllevado en diferentes épocas numerosos privilegios sociales, razón por la cual no sólo ha sido dada por supuesta, sino que se ha agitado públicamente como bandera del «ciudadano de bien» (acordaos si no de la famosa invitación que todo el mundo esperaba dirigida a «Fulanito de tal Y SEÑORA»). Por lo tanto, no cabe hablar de etiqueta privada o acoso por el simple hecho de la simple enunciación de la opción sexual (nunca acusación).
Saludos
Sinceramente creo que a muchos medios de comunicación no les hace falta pedir permiso para publicar cosas de este estilo. Si hay dinero de por medio y muchas ventas, las querellas, paseos posteriores por los juzgados y indemnizaciones serán meros «costes» de empresa. (véase Telecinco)
Pienso que debe haber una privacidad que se debe respetar, pero en casos excepcionales como estos pues obvio que hay que informar de la hipocresía de este congresista. Sería uno más a la larga lista.
No sé yo si GLAAD y HRC son tan poderosas como para tener amordazadas a las grandes cadenas de noticias. Desde luego que en España las asociaciones LGTB no lo son. Yo creo que hay algo más. Una de las consecuencias de la homofobia institucionalizada es que la homosexualidad ni siquiera sea mencionada. Algo debe haber de eso, aunque no sea una explicación completa, por supuesto.
En España no he visto publicada en los periódicos de mayor tirada u oído en las cadenas de televisión o radio principales, ni siquiera en periodo electorial, ninguna noticia sobre la homosexualidad de candidatos pertenecientes a un partido que mantenía un recurso de inconstitucionalidad contra los derechos civiles de los homosexuales. Tanto en las últimas elecciones autonómicas y municipales, como en las últimas generales, ese recurso persistía.
La orientación sexual, aunque no pertenece al ámbito de la vida privada, no debe ser parte de una noticia si no es relevante. Igual que no debe aparecer ninguna referencia a la etnia o nacionalidad del protagonista de un suceso si no es relevante para los hechos. Ni la etnia ni la nacionalidad son parte de la vida privada tampoco.
Pero que un político que defiende posturas homófobas sea gay sí que es relevante. Para sus propios votantes para empezar. Y para el resto de ciudadanos a quienes dice querer servir. Igual que es relevante la infidelidad de un candidato que venda un matrimonio supuestamente perfecto como valor político en su campaña electoral o en su mandato. La diferencia estriba en que una infidelidad es portada segura y la homosexualidad del político es silenciada.
Yo puedo entender que las asociaciones LGTB crean que eso sería abrir la veda, y que podría haber extralimitaciones. ¿En qué casos la orientación sexual sería relevante como noticia? ¿Un cantante o un actor que son homosexuales cuando sus compañías de discos o productoras proclaman y venden su heterosexualidad a sus fans? ¿Un profesor que da clases en un colegio religioso homófobo y que oculta su orientación sexual para no perder su empleo?
Yendo más lejos: ¿Sería un derecho de los ciudadanos homófobos conocer la homosexualidad de cualquier candidato a cualquier cargo público, aunque no tuviera que ver con el desempeño de ese cargo?
Hay que sacar del armario a los gays homófobos. Dejarles en evidencia y arruinar su credibilidad como personas y como políticos es una forma de defendernos. Ellos no dudarían en denunciarnos si estuviéramos en un país con leyes represivas, como lo estábamos hace no muchos años.
Si, se debe!
Voy a ser la nota discordante.
No me parece para nada ético el outing (sacar a la gente a patadas del armario), por muy vergonzosa, repugnante y patética que sea la conducta de estos sujetos que se dedican a decir una cosa y hacer otra.
Sí, ser homosexual es algo genético (total o parcialmente), pero podemos hacer otra comparación; también es genético el tamaño del pene de una persona y no por ello es normal robar fotos sin ropa a la gente y publicarlas.
Cada uno es dueño de su vida y de lo que quiere hacer y decir. Repito que es REPUGNANTE esa hipocresía de homosexual homófobo armarizado de derechas, pero nadie puede ser obligado a revelar aspectos de su vida que no quiere hacer públicos, y no todo lo que es «natural» o «de nacimiento» constituye un tema adecuado de conversación.
Por otro lado también entiendo a los que defienden que SÍ se les saque del armario a patadas, pero me parece jugar «sucio», una especie de guerra de guerrillas, que da sus resultados, pero no lo veo moral.
Pues si alguien se dedicara a vender productos para el crecimiento del pene poniéndose a sí mismo como ejemplo de su eficacia, sería lícito investigar sobre sus atributos si se detectaran indicios de estafa.
La clave es la hipocresía y el engaño con ánimo de sacar provecho. O sea, el fraude.
Me opongo al outing. No estoy de acuerdo en denunciar a alguien como homosexual como castigo o condena a su hipocresía o maldad. Utilizar la amenaza a revelar la orientación sexual de alguien como castigo lo único que logra es que se siga entendiendo que revelar la orientación sexual de alguien es un ataque, un insulto o un castigo pues esta es algo que hay que mantener en la privacidad.
Y dicho esto, me opongo a que hablar con naturalidad de la orientación sexual de alguien sea considerado outing, porque creo firmemente que la orientación sexual de alguien no forma parte de la vida privada. O mejor dicho, solo se considera que la orientación homosexual es privada y la heterosexual no lo es.
Siempre que no se haga como castigo, persecución o denuncia, hablar de la orientación sexual de cualquiera es tan normal como hablar de si es zurdo o diestro. Incluso si puedo comprender que haya gente que se avergüence de su orientación o la oculte por miedo, a día de hoy en España, no puedo compartirlo y me niego a entrar en sus armarios. Mi libertad para hablar con naturalidad de algo natural se extiende a cualquiera, guardando por supuesto el cuidado que supone la existencia de riesgos en determinados países y lugares. Pero entender que en España hay que respetar una privacidad que no es tal en el caso de ningún heterosexual, es entender que hay que aceptar la homofobia y el armario como algo legítimo, máxime en el caso de políticos de izquierdas en partidos favorables a la diversidad afectivo sexual.
O dicho de otra forma, me parece más grave que un político de izquierdas oculte su orientación, perpetuando estereotipos del armario que ver como lo hace uno de derechas. Y aunque en ambos casos, no considero legítimo acusarles de nada y mucho menos de ser homosexuales, si creo que hay que hablar con naturalidad de la orientación sexual de cualquiera cuando venga al caso.
Se que en principio mi postura puede parecer contraintuitiva, pero insisto: el outing es reprobable. Hablar de la homosexualidad de Pedro Zerolo, Miguel Sebastián, Jordi Petit, Boti García Rodrigo, Raul Römeva, de Rosa Aguilar, de Jerónimo Saavedra, Rita Barberá, Iñaki Oyarzabal o Juan Segovia Noriega, no es un ataque ni un insulto, ni una agresión ni «outing». Ni creo que se vayan a ver perjudicados por hablar con normalidad de algo normal, ni hay intención alguna de perjudicar a nadie, ni se pretende otra cosa que poner de manifiesto que esto ya es normal desde hace tiempo, le pese a quien le pese.
Desterremos los castigos y abramos los armarios con normalidad. Llevan tiempo abiertos ya, aunque algunos no se hayan enterado.
Me dá asco ese razonamiento. Se puede ser gay y defender cualquier opción del abanico político. Negar eso, que es un derecho fundamental, a cualquiera sólo porque sea gay es tan grave como negarle cualquier otro derecho. Por otro lado, el activismo político y de defensa de los derechos lgtb ha sido muy útil en el reconocimiento de derechos, pero se basa en unos postulados ideológicos muy concretos que no hay por qué compartir, aun reconociendo esa utilidad y ese mérito. Arrogarse el derecho a decidir cómo han de defenderse los derechos de una minoría, y de imponer tu criterio incluso a los miembros de esa minoría, no es más que una forma como otra cualquiera de fascismo. Conozco innumerables gays que son, por ejemplo, personas religiosas y que defienden posiciones tradicionales acerca de la familia. Esto no es ninguna contradicción ni hipocresía: la identidad u orientación sexual es algo que en la mayoría de los casos nos viene dada, pero que no tiene por qué determinar tu visión del mundo. Pueden gustarte los hombres pero eres perfectamente libre para elegir tu propia visión del mundo. Puedes ser gay y pensar que liberalizar el mercado contribuye al bien común o que lo hace más el socialismo. Puedes ser gay y creer que las familias heterosexuales -y su capacidad reproductiva- necesitan una protección especial, o bien que todos deben poder acceder a esa protección. Puedes ser gay y creer que Cristo vino al mundo para sslvarte, que Buda te enseña el camino de la felicidad o que estamos en esta vida por un tiempo breve y solos. ¿Sabéis por qué? Porque NADIE tiene derecho a decirte qué puedes y qué no puedes pensar por el hecho de ser gay, igual que NADIE puede decirte qué puedes hacer y no hacer por el hecho de ser hay. Hasta que no lo aceptemos, no habrá normalidad.
PD.- los hetero deberían también tener derecho a vestirse en tonos vivos. Sobre todo si les sientan tan bien como al chorbazo del la foto.
¿Y por qué tenemos que presuponer que la gente, los políticos, o personas de cualquier sector es heterosexual?
¿Alguien presupone la heterosexualidad de, pongamos, Joseph Ratzinger?
A mí me parece bien que a la pregunta de si están casados o si tienen hijos, algunos respondan que es un asunto privado. También me parece bien que alguien declare que es homo. Pero es la libertad de cada uno.
Lo que me parece mal es ir en contra de los derechos de gays y lesbianas y serlo. O sacar en imágenes públicas a tu cónyuge y a los niños aparentando ser una feliz familia y que cada uno tenga su vida montada fuera del matrimonio.