Diatriba reaccionaria de Rafael Correa, que carga contra la «ideología de género» y defiende orgulloso su conservadurismo moral
Diatriba reaccionaria del presidente de Ecuador, Rafael Correa, que no contento con haberse pronunciado de forma repetida contra del matrimonio igualitario y la adopción homoparental ha dedicado una reciente intervención en Enlace ciudadano, su espacio audiovisual de propaganda semanal, a criticar lo que llama «ideología de género», el término que desde ámbitos ultraconservadores se utiliza para denigrar el feminismo y buena parte de las reivindicaciones del colectivo LGTB.
Una intervención en la se distinguen dos niveles. Uno más populista, en el que Correa tira del chascarrillo, como por ejemplo cuando se burla de los estudios de género y de los enfoques que consideran el género, en buena parte, un constructo social: «Somos gracias a Dios hombres y mujeres diferentes, complementarios, y no es que se trate de imponer estereotipos, pero qué bueno que una mujer sus rasgos femeninos, qué bueno que un hombre guarde sus rasgos masculinos. Bueno, todo el mundo es libre, el hombre de ser afeminado, la mujer de ser varonil, pero yo prefiero la mujer que parece mujer [risas], y yo creo que las mujeres prefieren los hombres que parecemos hombres«. Otro, más elaborado, como cuando argumenta que se puede ser de izquierdas y conservador en temas morales. «Eso no tiene nada que ver con izquierda y derecha, son barbaridades, son novelerías, son cuestiones morales… La ideología [de izquierda o derecha, se sobreentiende] se construye sobre todo sobre cuestiones materiales, modos de producción, etc.«.
Y en cualquier caso, un discurso orgullosamente conservador en lo moral. «¿Me van a decir conservador por creer en la familia? Bueno, yo creo en la familia. Y creo que esta ideología de género, estas novelerías, destruyen la familia convencional, que sigue siendo, que seguirá siendo la base de nuestra sociedad«, afirma Correa, quien alerta, en línea con los grupos más ultraconservadores, de que esa «peligrosa» ideología está siendo impuesta a los jóvenes: «y les insisto, esa ideología para mí es peligrosísima, que les están enseñando a nuestros jóvenes en algunos colegios, de identidad de género, que básicamente dice que ‘no hay hombre y mujer natural, que el sexo no te determina si eres hombre o mujer, que pudiste nacer sexo masculino o sexo femenino, pero eso no determina si eres hombre o mujer, sino son las condiciones sociales, los condicionamientos sociales, o sea, el hombre y la mujer es una construcción social, y para liberarnos, para tener verdadera libertad, yo debo ser libre para elegir mi género, yo debo liberarme de esos condicionamientos sociales y la mujer puede elegir ser hombre, y el hombre puede elegir ser mujer’. Perdonen, eso académicamente no resiste el menor análisis. Es pura y simple ideología, muchas veces para justificar el modo de vida de aquellos que generan esas ideologías. Que los respetamos como personas, pero no compartimos en absoluto esas barbaridades«.
Reacciones
No es de extrañar que el discurso de Correa, que nunca ha ocultado su condición de católico practicante, haya merecido los elogios de medios y organizaciones ultraconservadoras, como la española HazteOír. En cambio ha sido muy criticado por activistas LGTB ecuatorianos. La Red LGBTI Ecuador, por ejemplo, recuerda en un comunicado que «la ideología de género solo existe en la mente de quienes desean desprestigiar a quien piensa diferente a ellos». «Ningún académico o académica formada en estudios de género se referiría nunca a algo llamado ideología de género, a menos que sea para burlarse del desafortunado término. Ningún movimiento feminista sostiene que los hombres deben parecer mujeres o las mujeres hombres. O que las mujeres y los hombres no estén determinados en su sexo por sus características biológicas. Al asegurar esto, Rafael Correa confunde sin querer, o deliberadamente, sexo con género. Ningún movimiento feminista o LGBTI sostiene que los seres humanos elijamos cuál sexo queremos tener y que lo hagamos por condiciones sociales. Al decir esto Rafael Correa confunde sexo biológico, identidad de género y orientación sexual. Quienes conocen sobre sexualidad humana jamás dirían que las personas homosexuales quieren pertenecer a un sexo diferente. La persona homosexual es aquella que siente atracción física, emocional y sexual por alguien de su mismo sexo. La persona transexual es aquella que se sienten e identifica a sí misma como perteneciente al género opuesto al que social y culturalmente se le asigna debido a su sexo biológico. La identidad de género, término cuya difusión preocupa tanto al presidente, es la vivencia interna e individual de género tal como cada persona la siente; y puede corresponder o no al sexo biológico con el que nació», explica esta red de organizaciones LGTB.
Mucho más condescendiente se ha mostrado la activista transexual Diane Rodríguez, que apenas un par de semanas antes de que Correa hiciera sus declaraciones era recibida por el presidente. Rodríguez, presidenta de Silueta X, ha llegado a calificar de «odiadores del gobierno» a los que han criticado a Correa, y eso aunque ella misma reconoce que las palabras de este muestran «desconocimiento». «El presidente está confundido. En el enlace empezó hablando de género, pasó a la ideología de género, a la identidad de género… Por lo que él dijo el sábado, me pude dar cuenta de que hay desconocimiento. Sin embargo, hay compromisos marcados que no pueden quedar atrás», ha justificado Rodríguez, menospreciando la reivindicación del matrimonio igualitario frente a otros compromisos adquiridos por Correa, como la investigación de varios asesinatos de personas LGTB. «¿Cómo podemos ponderar el matrimonio frente a 20 asesinatos de GLBTI, que serán investigados? Ese fue un compromiso. El tema del matrimonio es un tema populista y para llamar la atención», ha declarado…
Pero como nada mejor que cada uno se forme su propia opinión, os dejamos con las palabras de Correa. Esperamos vuestros comentarios…
me parece que en algo tiene en cierto modo razón el sr. Correa: los prejuicios e ignorancia pueden ser comunes a izquierdas y derechas, aunque se podría esperar mayor congruencia en los políticos de izquierda. Contrasta su actitud con la del presidente Mujica y por ejemplo en México, donde los avances en los derechos LGBT se han visto apoyados e impulsados en su mayoría por corrientes de izquierda, electoral y no.
Las izquierdas y derechas latinoamericanas en gran parte y salgo algunas excepciones tienen un mal común las creencias religiosas ya sean católicas o evangélicas no les dejan avanzar y solo piensan en querer imponer su puta moral de mierda.
Correa piensa igual que Rouco Varela en este tema.
Correa está `hipotecado´con la iglesia católica que lo ayudó en sus estudios, incluso en Bélgica.
Si algo se ha acercado a los grupos lgbt ha sido por estrategia política para obtener votos, pero luego con otro público se manifiesta como realmente piensa, o como le conviene para satisfacer a la iglesia; lamentable pero es lo que hay, como se puede comprobar.
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Oscar De Madrid
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Se dice entre otras cosas,que este ser repugnante asesinó a su padre ¿será verdad?
Ese es el modelo político que muchos admiran aquí en España, el modelo bolivariano.
En mi opinión, también hay que entender las perculiaridades de ese país. En otros países de la región, con población mayoritariamente de ascendencia europea tienen una cultura totalmente diferente y es más fácil que exista receptividad hacia los valores democráticos tal y como los concebimos en las democracias liberales.
Yo ya dije lo que pensaba de este caballero en otro post hace algún tiempo con motivo de otra brillante declaración. Está claro que es un caudillo populista más, representante de los valores más rancios y reaccionarios. Enemigo no sólo de los derechos de las personas LGBT, sino también de la igualdad e hombres y mujeres. Pensando así no puede tampoco tener ninguna simpatía sincera por los derechos civiles ni los humanos en general.
Eso sí, siempre habrá algunos dispuesto a ganar el gran premio de tonto de campeonato que corran a alabar al «líder revolucionario»…