Un gay unido civilmente a otro hombre, propuesto por un sector de la iglesia de Escocia como futuro pastor
Parece que los sectores progresistas de la iglesia de Escocia se resisten a aceptar de buen grado la moratoria de dos años para ordenar pastores homosexuales decidida el pasado mayo tras la ordenación de Scott Rennie, abiertamente gay, como pastor de una parroquia en Aberdeen. La moratoria fue decidida para calmar los ánimos del sector más conservador y evitar una ruptura. Pero esta semana se ha conocido que el Presbiterio de Hamilton ha propuesto a un gay unido civilmente a otro hombre como candidato a formarse como pastor.
El Presbiterio de Hamilton es el tercero más importante de Escocia (se trata de una asamblea regional de presbíteros, una entidad intermedia entre cada una de las congregaciones y la asamblea general de la iglesia) y ha decidido que el candidato, cuyo nombre permanece en el anonimato, reúne el perfil ideal para iniciar el período de formación que concluirá aproximadamente dentro de cuatro años con su ordenación.
Los favorables a la ordenación de pastores homosexuales niegan por tanto que dicha decisión suponga un desafío a la moratoria, que supuestamente concluye en 2011, fecha en la cual la iglesia debe haber llegado a algún tipo de acuerdo sobre el tema. Los críticos, sin embargo, no lo ven así, y se preguntan porque la iglesia asume el coste de formar a un candidato del que no se sabe si finalmente podrá ser ordenado.
La iglesia de Escocia es una iglesia presbiteriana (carece de obispos) y constituye la confesión religiosa mayoritaria en ese país, integrado en el Reino Unido.
Me alegra mucho la noticia, espero que el debate que sin duda se va a abrir tras la propuesta, acelere más avances, que sin duda, están por venir, en la aceptación en esta iglesia de las personas LGBT.
Permitir que personas LGBT en relaciones estable puedan ejercer como pastores es un paso muy significativo, y suele ir seguido de las bendiciones a parejas homosexuales. El último paso, es la celebración de matrimonios entre personas del mismo sexo. Si la «Kirk», como popularmente se conoce a esta confesión, deja claro que en un plazo no muy lejano se va a llegar a esa última etapa, será muy complicado evitar una legislación a favor del matrimonio civil entre personas del mismo sexo en Escocia.