Una juez federal declara inconstitucional la prohibición del matrimonio igualitario en Virginia
La juez federal Arenda L. Wright Allen ha dictaminado en la noche de este jueves 13 de febrero que la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo recogida en las leyes del estado de Virginia es inconstitucional. Sin embargo, al igual que en otras recientes decisiones judiciales de este tipo, la aplicación de la sentencia ha quedado en suspenso hasta que sea revisada por la Corte de Apelaciones. Otra victoria más, en cualquier caso, para los partidarios de la igualdad LGTB en los Estados Unidos, en un proceso que se muestra imparable.
La sentencia de la juez Wright Allen es clara: tanto los artículos de la Constitución del estado de Virginia como los de su Código Civil o cualquier otra ley del estado “que prohíben el matrimonio entre personas del mismo sexo o el reconocimiento por parte de Virginia de los matrimonios del mismo sexo legítimos celebrados en otras jurisdicciones son inconstitucionales. Estas leyes niegan a los demandantes su derecho al debido proceso y a la igual protección garantizados por la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos».
Una resolución que bebe, sin duda, de la argumentación jurídica que sustentó la derogación de la sección 3 de la DOMA (la norma que impedía el reconocimiento federal de los matrimonios entre personas del mismo sexo) por parte del Tribunal Supremo de los Estados Unidos el pasado junio. Se asemeja también a las recientemente dictadas por jueces federales en Utah, Oklahoma o Kentucky. Como en estos dos últimos estados, la aplicación práctica de la sentencia queda en suspenso, en este caso a la espera de que la Corte de Apelaciones resuelva el seguro recurso. Una decisión influida sin duda por el aplazamiento dictado por el Tribunal Supremo para el fallo de Utah (después de que en este caso se hubieran celebrado numerosos matrimonios).
En el caso de Virginia, la juez decidía sobre la demanda presentada por Mary Townley y Carol Schall, una pareja de lesbianas legalmente casadas en California, cuyo matrimonio no era reconocido por el estado de Virginia, donde residen. Carol deseaba adoptar a la hija que habían decidido tener ambas, pero que fue gestada por Mary. La respuesta de los funcionarios del registro civil fue “tú no eres nadie, no importas”, negándole la filiación. Ambas presentaron la demanda correspondiente, que ahora ha sido estimada por la justicia federal.
“La justicia a menudo se ha forjado a partir de las vejaciones y perjuicios sufridos” estimaba en su sentencia la juez Wright Allen, resolviendo que «los intereses del gobierno en la perpetuación de las tradiciones, protegiendo los asuntos estatales de la interferencia federal, y favoreciendo un modelo de paternidad sobre los demás deben ceder el paso a la protección de la garantía del ejercicio de las opciones privadas del ciudadano sobre el amor y la familia, tan querida por este país».
Virginia, giro político en muy poco tiempo
La sentencia se ha producido tan solo unos días después de que el nuevo fiscal general de Virginia, el demócrata Mark Herring, renunciara a defender ante los tribunales la prohibición del matrimonio igualitario. Herring se hacía en las elecciones de noviembre con el puesto de fiscal general que dejaba vacante el homófobo Ken Cuccinelli, candidato a gobernador por el Partido Republicano. Una batalla que perdió por escaso margen frente al candidato demócrata, Terry McAuliffe.
Dos cambios que sin duda han marcado para bien la evolución de los derechos LGTB en Virginia. La primera orden de Terry McAuliffe como gobernador fue de hecho prohibir la discriminación de los trabajadores LGTB del estado. Por otro lado, aunque la vía judicial, de resultar finalmente favorable, aceleraría el reconocimiento estatal del matrimonio igulitario, también se ha abierto un proceso legislativo: hace tan solo unas semanas, un grupo de legisladores del estado anunciaban su intención de presentar un proyecto de ley para revertir el veto del matrimonio entre personas del mismo sexo (vigente desde 2006 tras ser aprobada por los votantes en un referéndum con el 57% de los votos). Una iniciativa de éxito improbable (los republicanos controlan la Cámara de Delegados) pero de gran valor simbólico en este contexto.
Vaya, la semana que se cierra ha sido desde luego muy intensa para el avance de los derechos LGBT en Estados Unidos, con Virginia se acumulan ya 4 sentencias en favor del matrimonio igualitario en estados donde algo así resultaba inimaginable hace muy poco tiempo, bueno, incluso ahora resulta complicado asimilar que ya hay más de un millar de parejas legalmente casadas en Utah, o que en Kentucky, Virginia y Oklahoma hay jueces que consideran anticonstitucional negar el matrimonio a parejas del mismo sexo. Ahora mismo hay decenas de casos sub judice, la mayor parte en estados con perfiles similares a los ya mencionados, y es de esperar que en algunos de ellos (quizás muchos más de los que nadie imagina), la sentencia va a ser similar. Se trata además de casos que deben resolver jueces federales, lo que implica necesariamente que las apelaciones llegarán más pronto que tarde al Tribunal Supremo. Esto no es algo fortuito, hasta ahora los abogados de la causa LGBT habían limitado sus esfuerzos judiciales, con peor o mejor suerte, exclusivamente a las jurisdicciones estatales, cuyos fallos tenían una repercusión restringida a un solo estado, y además se escogían lugares con perfil progresista, o al menos intermedio. La acumulación de casos que ha llevado a la actual coyuntura, implica una vuelta de tuerca en la estrategia en favor de los derechos LGBT, y supone que se tiene confianza en una resolución favorable por parte de la Corte Suprema de ese país. Hace solo unos pocos años, las organizaciones activistas se oponían a llevar la cuestión ante tribunales federales, ante el temor de que la más alta instancia judicial pudiese emitir su veredicto antes de que la situación estuviese suficientemente madura. Está claro que la percepción a cambiado radicalmente y que ahora estamos asistiendo a una coyuntura de Slipery Slope, de pendiente deslizante, en toda regla. Aunque el blog aun no se hace eco de las otras novedades de esta semana, no está de más mencionar que en Indiana se confirma que no habrá referendum este año, o que la regulación discriminatoria de Kansas, cuenta con la hostilidad del presidente del senado estatal (republicano), que considera que dicha norma no va a ser aprobada por su cámara; En Missouri el gobernador demócrata apoya un proceso para que la constitución estatal permita del matrimonio entre personas del mismo sexo…
Si en mi anterior post incluía un enlace de un blog que consideraba muy probable un pronunciamiento del Tribunal Supremo para dentro de un año y medio, hoy dejo un enlace al New York Times donde se aprecia que la cuestión ya está madura para que la Corte Suprema emita un veredicto (obviamente favorable):
http://www.nytimes.com/2014/02/15/us/politics/a-steady-path-to-justices-as-gay-marriage-gains-momentum-in-states.html?hpw&rref=us&_r=0