Flavio Briatore insinúa la existencia en el pasado de una relación entre el piloto Nelsinho Piquet y «un señor de 50 años»

«Escándalo» en la Fórmula 1, un mundo que cada vez más parece extraído de una novela de Mario Puzo. Flavio Briatore, el millonario italiano que dirige la escudería Renault, ha insinuado la existencia en el pasado de una «relación especial» entre Nelsinho Piquet, el piloto que ha denunciado la existencia de turbios tejemanejes en la escudería, y un «señor de 50 años con el que vivía». La insinuación de Briatore ya es la comidilla de la prensa deportiva de medio mundo.

Para los que no estén demasiado al día en este campo, el culebrón comenzó cuando Renault decidió prescindir del brasileño Nelsinho Piquet, hijo del que fuera leyenda del automovilismo, Nelson Piquet, y uno de los dos pilotos con los que el equipo había iniciado la temporada (el otro es el español Fernando Alonso).  Nelsinho Piquet, molesto con la escudería al considerar que ha sido minusvalorado a lo largo de la temporada por Renault, que habría preferido siempre beneficiar a Alonso, ha llegado a acusar al equipo de haberle ordenado provocar un accidente en el Gran Premio de Singapur para permitir que Alonso escalara posiciones.

Briatore ha contraatacado con acusaciones a Nelsinho Piquet, a quien ha llamado, entre otras lindezas, «viciado» o «niño de papá». Es en este contexto en el que Briatore ha hecho las insinuaciones que difícilmente pueden interpretarse de otra forma que no sea en clave sexual y con intención de desacreditarle, al afirmar que «yo he hecho mucho por Nelsinho. A petición de su padre le aparté de una relación especial que tenía con un hombre de 50 años con el que vivía y le llevé a mi casa a Londres». 

Briatore es un personaje, por cierto, bien conocido en España, entre otras cosas por su gran amistad con Alejandro Agag, el yerno de José María Aznar y uno de los personajes que controlan el suculento negocio de la Fórmula 1 en nuestro país, que tan profundas raíces ha echado en tierras levantinas… Pero esa es otra historia.