De mormones va la cosa
The falls (Canadá, 2012) es una película monísima. Una de esas películas en las que a uno le gustaría quedarse a vivir. RJ y Chris son esos dos mormones (uno moreno y uno rubio) que pasan a tu lado cada mañana y te saludan educadamente. Tan limpitos, tan elegantes, tan silenciosos. Y tú te preguntas ¿qué harán luego, por las noches? ¿de dónde vienen? ¿dónde estarán en un par de años?
Los dos muchachos coinciden en ese tiempo de misión que todo mormón debe cumplir antes de entrar a la vida adulta (eso creo, que no estoy yo puesto en mormones). Y se enamoran, claro, ¿no se van a enamorar? Una habitación espartana, las madrugadas haciendo deporte, el día entero en la calle soportando insultos, y las noches rezando en calzoncillos y cada vez más cerca.
La película es tierna, delicadísima, con mucho humor, pero un humor frágil también: los chicos follan y se drogan, pero todo siempre con elegancia, como para verla con tus padres. Y claro, es que los actores (Nick Ferrucci y Benjamin Farmer) están tan comedidos como si se tratara de una película de James Ivory. Elegantísimo, discreto y muy tierno todo, como para hacerse mormón.
Y 7.000 dólares de presupuesto, que todo hay que decirlo. El dinero mejor gastado en cine desde Tarnation. El director, Jon Garcia, tras el éxito, ha rodado ya la secuela (The falls: Testament of love). Estamos deseando seguir la aventura.
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Mucho peor es Kill your darlings (Estados Unidos, 2013), la película de John Krokidas que gira alrededor de los años juveniles de Allen Ginsberg. Pero ¿se puede uno resistir a ver la película, estando advertido de que podrá ver a Daniel Radcliffe (ex Harry Potter) en situaciones a priori absolutamente inimaginables?
Realmente, toda la historia gira en torno a su compañero Lucien Carr, otro de los poetas centrales del movimiento beat, que asesinó a puñaladas a David Kammerer, alegando pánico homosexual, por lo que solo cumplió dos años de prisión. Por allí circulan además Jack Kerouac (que fue arrestado por ser considerado cómplice) y William S. Burroughs. La película se centra en el amor que siente Ginsberg por Carr. Pero todo resulta algo pretencioso y un poco aburrido.
En cualquier caso, para el que suscribe, Allen Ginsberg tendrá para siempre la cara de James Franco en Howl (aullido), se ponga como se ponga Harry Potter.
Para interesados en el tema, remitimos al artículo publicado por Luis Antonio de Villena en dosmanzanas, Allen Ginsberg y Peter Orlovsky, Continuidad en la turbamulta
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Excelente artículo, muy constructivo e interesante, soy un gran fan de la web, me gusta mucho porque veo y aprende cosas diferentes, cosas que son difíciles a veces de entender además de entretenidas. Saludos.
«The Falls: Testament of Love» para mi gusto incluso supera a la primera. Ya está donde se sabe… 😉
Un chico y una chica tran celebran boda simbólica en República Dominicana. (Hay vídeo muchas fotos)
http://www.elpituco.com/actividades-galerias/6134-contraen-matrimonio-shanty-de-la-cruz-diomar-ortega#.U0Bye_l5OCl