Lecturas para este verano

La daga fenicia, la novela de Mila Martínez que ganó el VIII Premio Fundación Arena de Narrativa LGTBQ (publicada por la Editorial Egales), es una trepidante historia que, empezando al estilo de esas novelas históricas que tanto atrapan, con misterios, tesoros ocultos y enigmas sin descifrar, se convierte de repente en una novela de ciencia ficción al más puro estilo de Julio Verne, ideal para leer en una larga tarde de verano. Y digo una larga tarde de verano porque yo he sido incapaz de parar.

Patricia conoce a Iduna y su grupo de amigas, unas mujeres fuertes, deportistas y fascinantes que la atraerán a su grupo con la intención de que conozca Eterna. La descripción de esta ciudad, lo mejor de la novela, recuerda a la que hizo Hernán Cortés de Tenochtitlán. El lector disfrutará con la impresionante imaginación de la autora, a la que ya conocemos por No voy a disculparme, Tras la pared o Autorretrato con mar al fondo, también en Egales.

Eterna, una ciudad en la que todo parece perfecto. Parece.

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Hemos leído también con mucho gusto Y sin embargo, la primera novela que llega a nuestras manos de la escritora argentina María Pía Poveda, publicada por Egales. En este caso se trata de una historia de amor más convencional pero no por ello menos fascinante, un amor que dura toda una vida. La protagonista nos cuenta su amor por Mía, que no es correspondido, o no del todo, pero es su decisión acompañar a esa mujer desde los 18 años hasta los 70. Tras un viaje por México, Ecuador, Colombia y Costa Rica, Mía regresa a Buenos Aires y a partir de entonces y gracias al club cultural Selva, ambas mujeres seguirán juntas toda una vida, unidas por la lectura, la escritura y Miguel, el tercero en discordia.

“Dos veces recé en mi vida. Las dos han sido por ella”.

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Y gracias a la traducción de Javier Sáez y Adriana Baschuk (y a Egales, de nuevo), llega a España casi diez años después, el controvertido libro de Lee Edelman, No al futuro. La teoría queer y la pulsión de muerte. Bajo un título tan punk, Edelman plantea un negativismo político como forma de resistencia al poder: el futuro (la famosa niña de Rajoy) no es más que un engaño, un cebo que nos lanzan los poderes fácticos para coartarnos libertades en el presente. Lo queer debe plantarle cara a eso y negar esa esperanza, centrándose en el goce.

El Niño, como encarnación ideal de ese futuro perfecto, actúa como pretexto frente al ciudadano real y las personas con sexualidades raras deben elegir no elegir al Niño. Pese a lo farragoso del léxico de Edelman, el excelente trabajo de traducción y la explicación de la mayor parte de sus tesis (complejas, ya digo) con ejemplos de la literatura inglesa (George Eliot, Dickens) o del cine (Hitchcock fundamentalmente) hacen que el lego en la materia se quede al menos con los mensajes principales, y desee una segunda lectura más reposada y seguro que fructífera.

El que suscribe les asegura que nunca volverá a ver Los pájaros de la misma manera.

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