Pedro Zerolo vuelve a la dirección del PSOE
Dos años después de que Alfredo Pérez Rubalcaba prescindiera de él, Pedro Zerolo vuelve a la dirección federal del PSOE como secretario de Movimientos Sociales, posición que ya ocupó cuando José Luis Rodríguez Zapatero era secretario general del partido. En nuestro conocimiento, Zerolo es la única cara abiertamente LGTB de una Comisión Ejecutiva de 38 miembros.
El nuevo líder socialista, Pedro Sánchez, sí ha decidido contar con Pedro Zerolo, concejal en el Ayuntamiento de Madrid y durante estos dos últimos años secretario de Movimientos Sociales del Partido Socialista de Madrid. El PSOE recupera así al que sin duda es uno de los líderes socialistas más claramente comprometidos con las políticas de izquierda, especialmente en el ámbito de la lucha en favor de las mujeres y de las personas LGTB. El hecho de que Zerolo libre desde hace unos meses una dura batalla contra el cáncer no ha actuado en este caso como freno a su vuelta a la dirección del partido. Una decisión que creemos acertada, dada la excelente forma política que Zerolo ha seguido mostrando pese los inconvenientes derivados de su duro tratamiento.
Además del regreso de Pedro Zerolo, merece la pena destacar también la inclusión como secretaria de Igualdad de Carmen Montón, diputada que en su momento tuvo gran protagonismo en la elaboración de leyes como las del matrimonio igualitario o la de la identidad de género.
No mucho más en clave LGTB podemos decir sobre el Congreso Federal Extraordinario que el PSOE ha celebrado este fin de semana. Las políticas LGTB han estado de hecho ausentes del discurso de Pedro Sánchez, más allá de su referencia a la ley de igualdad de trato como uno de los proyectos que un hipotético PSOE ganador de las próximas elecciones promovería. El nuevo secretario general perdió su primera ocasión de visibilizar ante la opinión pública sus promesas en esta materia, definidas en el manifiesto que hizo público con ocasión del Día del Orgullo.
Destacamos, eso sí, una de las promesas de Sánchez más aplaudidas: la de «proponer el fin de los acuerdos con la Santa Sede». Promesa que casa mal con el hecho de que fuera precisamente el anterior gobierno socialista el que pactara el que hasta el momento ha sido el más ventajoso acuerdo económico para la Iglesia católica. Si el PSOE liderado por Sánchez logra recuperar posiciones de poder -mucho tendrá que pelear para ello, a tenor del declive electoral que sufre ese partido en un contexto de revitalización de otras opciones de izquierda menos pacatas- no serán pocos los que le recordarán esta promesa.