Televisiones de Lituania rechazan un spot contra la discriminación de las personas LGTB por miedo a incumplir las leyes homófobas
Es un spot promovido por la organización lituana LGL como parte de su campaña Keisk («Cámbialo») contra la discriminación de las personas LGTB. Las imágenes muestran escenas cotidianas en las vidas de personas LGTB, absolutamente «blancas», sin elementos que puedan ser considerados «provocativos». No se ve ni un solo beso. A pesar de ello, las televisiones lituanas se niegan a emitirlo por considerar que se exponen a ser acusados de violar la legislación homófoba vigente. Una actitud que LGL califica directamente como censura. Lituania, recordemos, es miembro de pleno derecho de la Unión Europea.
Insertamos a continuación el spot, en su versión inglesa (el original es exactamente igual, con los textos en lituano). Keisk cuenta por cierto con el patrocinio, entre otras organizaciones, de ILGA Europe, de Amnistía Internacional y de la propia Comisión Europea:
¿A qué se debe exactamente el temor de las televisiones lituanas, algunas de las cuales han rechazado directamente el spot mientras que otras se han negado a emitirlo hasta que no haya garantías suficientes de la Oficina de Inspección de Ética Periodística de que no viola la ley? Muy sencillo. Lituania, pese a ser un estado de pleno derecho de la Unión Europea, ha aprobado leyes de carácter homófobo… sin que ello le haya supuesto sanción alguna. En octubre de 2010 entró en vigor la reforma que prohíbe la “manifestación y promoción” de contenidos publicitarios referidos a “orientación sexual”. Prohibición que afecta a servicios publicitarios dirigidos a toda la población, y no solo a menores.
Meses antes, en marzo de 2010, había entrado en vigor la llamada ley de “de protección de menores contra el efecto perjudicial de la información pública”. Pese a que su versión inicial fue corregida tras las numerosas protestas (prohibía informar de forma positiva sobre homosexualidad en escuelas, lugares públicos y medios de comunicación que pudieran ser vistos por niños), su redacción definitiva sigue estigmatizando la información sobre homosexualidad: se eliminaron la referencias explícitas a esta pero se prohíbe toda aquella información “que promueva el abuso sexual a menores, las relaciones sexuales entre menores y en general las relaciones sexuales”, estipulando además que no podrán promocionarse “concepciones de la familia distintas a las determinadas por la Constitución de la República y el Código Civil”. Esta es la ley por la cual las televisiones lituanas se resisten ahora a emitir el spot.
Homofobia de estado, sin matices
Posteriormente ha habido diversas iniciativas para endurecer aún más la legislación contra la visibilidad LGTB. La última de ellas, un paquete de medidas homófobas que incluía la aprobación de una ley contra la «propaganda homosexual» similar a la rusa. La iniciativa quedó en suspenso en el Parlamento lituano en marzo, no tanto porque no dispusiera de suficientes apoyos como por el temor a las consecuencias diplomáticas que una decisión así puede acarrear al país. Ello fue posible porque la mayor parte de los diputados del principal partido de centro-derecha no votaron, con lo cual la iniciativa, pese a reunir la mayoría simple, no consiguió suficientes votos para ser tomada en consideración.
Ello no significa, como bien ha quedado demostrado, que la actual legislación homófoba no sea suficiente para amedrentar a los medios de comunicación e impedir que los colectivos LGTB consigan una mínima cuota de visibilidad. Aunque sea con spots tan políticamente correctos como el que nos ocupa, que ahora debe pasar el filtro de la mencionada Oficina de Inspección de Ética Periodística -un organismo público que «supervisa» la información que ofrecen los medios lituanos- para poder ser emitido por televisión.