La candidata del Partido Socialista de Brasil se retracta de su apoyo explícito a la igualdad de derechos de la comunidad LGTB
Paso en falso, presiones o miedo a perder apoyos. Sea como fuere, lo cierto es que Marina Silva, la candidata socialista a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre, ha retirado de su programa la reivindicación del matrimonio igualitario. Y lo ha hecho tan solo unas horas después de haberlo publicado. La aspirante a medirse con la actual presidenta, Dilma Rousseff, parece más preocupada de no perder el voto evangélico que de defender la igualdad total del colectivo LGTB. Silva, aunque bien posicionada en las encuestas, sustituye a Eduardo Campos, fallecido en un accidente aéreo el pasado 13 de agosto. En este sentido, el equipo de Silva demuestra un decepcionante abandono de los compromisos adquiridos por el anterior candidato.
La recién elegida candidata socialista, Marina Silva, que releva al desaparecido Eduardo Campos en la carrera presidencial, ha defraudado a la comunidad LGTB de Brasil al retirar de su programa el compromiso de respaldar el matrimonio igualitario apenas unas horas después de publicarlo. Su proximidad con el potente electorado evangélico parece una de las razones más factibles.
Su equipo ha querido salir al paso de la polémica difundiendo un comunicado que, sin embargo, no aparece en el apartado de prensa de la web del partido. En la nota, recogida por medios de comunicación internacionales, los socialistas alegan que la redacción del texto ya retirado “no representa fielmente los resultados de la discusión interna”, matizando que “nuestro compromiso es con el Estado laico, con respeto a las libertades individuales y religiosas. El Estado laico es defender los intereses de todos, el que cree y no cree, independientemente de su color, religión u orientación sexual”.
Los evangélicos nuevamente en contra de los derechos LGTB
El influyente pastor evangélico brasileño Silas Malafia, en cuyas cuentas de Twitter se constata su profunda homofobia y su tenaz obsesión en contra de los derechos LGTB, que él mismo justifica hasta la saciedad en su “derecho democrático” a difundir libremente los postulados cristianos, cargaba contra la versión inclusiva del programa socialista. Según rezaba Malafia en un tuit, “el programa de gobierno de Marina es una defensa vergonzosa de la agenda gay, y lo peor, con datos mentirosos sobre asesinatos gays. Voy a esperar”.
El pastor tiraba la piedra y escondía rápidamente la mano, añadiendo en tuits sucesivos que antes de un pronunciamiento rotundo quería comprobar la reacción de la propia Marina Silva. Y una vez esta echaba marcha atrás en sus compromisos electorales LGTB, Malafia no dudaba en transmitir su euforia con las siguientes palabras: “el activismo gay está enojado con Marina. ¡Comenzando a estar satisfecho! Gracias a toda la presión. No estamos aquí para tragarnos la agenda gay”.
Dosmanzanas, en repetidas ocasiones, se ha hecho eco de las presiones ejercidas por el lobby evangélico en Brasil en contra de la igualdad de las personas LGTB, así como de sus mensajes de represión y de odio. El año pasado, sin ir más lejos, cerca de 100.000 personas convocadas por diversos grupos evangélicos mostraron en Río de Janeiro su oposición al derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio, reconocido judicialmente en ese país. La convocatoria coincidió con la “Marcha por Jesús”, un evento que anualmente congrega a decenas de miles de fieles evangélicos de todo el país.
La fuerza del evangelismo brasileño consiguió asimismo el esperpéntico nombramiento del diputado Marco Feliciano como presidente de la Comisión de Derechos Humanos, cargo que ocupó hasta finales de 2013. Feliciano es un socialcristiano, marcadamente homófobo y racista, que fue colocado en aras del acuerdo que su formación mantiene con el partido de Rousseff.
La violencia homófoba en Brasil es un hecho
En cualquier caso, pese a la obcecación de pastores evangélicos como Malafia o incluso el negacionismo de los crímenes motivados por el odio LGTB, es tristemente cierto que la homofobia está instalada en buena parte de la sociedad brasileña y que a menudo se traduce en violencia, crímenes y suicidios. Y, desde luego, es inegable la responsabilidad del lobby evangélico mediante sus discursos vejatorios, como la interesada y falsa asociación entre homosexualidad y pederastia.
El Grupo Gay de Bahía, el colectivo LGTB más antiguo del país, hacía público un dato que ejemplifica bien la situación: desde 1980 hasta 2009 se produjeron 2.998 asesinatos homófobos. El último caso que recogimos expresamente fue el homicidio de Bruno Borges de Oliveira, un muchacho gay de 18 años que volvía a casa en compañía de dos amigos tras disfrutar de una noche de fiesta. El brutal ataque fue llevado a cabo por 6 jóvenes de edades comprendidas entre los 16 y los 23 años, que formaban una banda que se había especializado en acudir a una de las zonas de ambiente de São Paulo y allí atacar a víctimas desprevenidas, a las que humillaban, robaban y agredían.
La realidad del matrimonio igualitario
El 14 de mayo de 2013, el Consejo Nacional de Justicia de Brasil, órgano de gobierno del poder judicial, decidía por 14 votos contra 1 emitir una orden que obliga a los registros civiles de todo el país a adoptar un único criterio y registrar los matrimonios entre personas del mismo sexo. La orden venía a despejar la situación jurídica existente hasta entonces en Brasil, donde 13 jurisdicciones (12 de los 26 estados y el Distrito Federal) reconocían ya el matrimonio igualitario.
Por lo tanto, el matrimonio igualitario es una realidad de facto, a pesar de no contar con una legislación específica.
«el activismo gay está enojado con Marina. ¡Comenzando a estar satisfecho! Gracias a toda la presión. No estamos aquí para tragarnos la agenda gay».
¿Y qué harán? El matrimonio es una realidad hace ya más de un año y una vuelta atrás es prácticamente imposible, a menos de que pase una situación similar a la española y estos malditos evangélicos se apoderen también, no bastándoles el legislativo y ahora el ejecutivo, del poder judicial.
HOMÓFOBOS BRASILEÑOS, HASTA LA VISTA…
Marina Silva es la esperanza de la derecha brasileña, como nadie los puede ver han decidido camulflarse en un partido llamado «socialista», a ver si les va mejor. El problema, hay que dejarlo claro, no es Marina Silva, que tiene una trayectoria admirable en muchos aspectos, pero saben que es una mujer maleable y detrás de ella están los lobos que la controlan a su antojo, y este episodio del matrimonio gay solo es una demostración, ella no tiene la personalidad fuerte de Dilma que ya ha demostrado que no se deja amilanar ni por su partido, ni por los periódicos, ni por la iglesia y ni por Washington.
Marina es una evangelista y el partido socialista de brasil es como el PSOE espaniol, o sea es de derecha. Su candidatura esta apoyada por las grandes corporaciones mediaticas brasilenias y la derecha que detesta el PT. Seria un gran retroceso en Latinoamerica que esta mujer sea presidenta de Brasil.
#2 concuerdo contigo en casi todo salvo en lo que dices sobre la supuesta «valentía inquebrantable» de Dilma, cuando te informo que para la campaña pasada jugó con la ambigüedad hasta que luego de la primera vuelta y tras darse cuenta de que el voto evangélico podría ser decisivo para su triunfo, finalmente dejó salir sus ideas antiigualitarias de la peor forma, diciendo que defendería la libertad de expresión de los homófobos amparándose en la «libertad religiosa», que no promovería por ningún motivo leyes de matrimonio igualitario y aún peor, revisaría leyes progresistas referentes a uniones civiles, aborto y otras materias. Es más, ya siendo presidenta tiró al tacho de la basura al llamado «kit antihomofobia» para las escuelas elaborado durante el gobierno de Lula y hasta el momento no ha demostrado ni un ápice de ganas de defender los derechos LGBT, claro, hasta ahora (yo ya la veía poco más que recurriendo la sentencia del año pasado ante la justicia).
Que ahora se las venga a dar de moderna ya habiéndose dado cuenta de que hay una candidata más conservadora que ella y queriendo distanciarse para acaparar el voto perdido LGBT, es otro cuento. En todo caso a estas alturas del partido y con semejantes avances ya da lo mismo que vieja facha gobierne Brasil (ojalá volviera Lula :()
Pero a mi que no me venga a prometer el oro y el moro ahora que necesita los votos. A otro perro con ese hueso.
#3 Ernesto
Que raro, y yo que pensaba que el PSOE puso en su programa electoral de 2004 la aprobación del matrimonio homosexual. Por no hablar que en 2005 lo llevaron al Parlamento y se aprobó. Bueno, pues tranquilo, ya que comparas al PSOE con otros partidos, te diré que el Partido Comunista de Cuba no ha aprobado el matrimonio gay. Ni el Partido Comunista de China.
Totalmente de acuerdo con Seba. Dilma ya demostró en varias ocasiones que los derechos LGBT mucho no le importaban, o, estaban en segundo plano a la hora de conseguir mas votos. Tambien es verdad que el ‘casamento igualitário’ se pudo concretar durante su gobierno, y mas alla de que no haya sido por la via mas adecuada, fue un organismo del gobierno quien le puso fin al matrimonio anterior que nos excluía.
Como decían por ahí, Marina será del PS, pero eso mucho no influye, sobre todo para nuestra minoría. Yo soy de BA, Argentina, y acá existe el Partido Socialista y la Union Cívica Radical, que adhieren al PS Internacional, y sin embargo muchas veces son funcionales a la derecha más reaccionaria y conservadora del país.
Si fuera brasileño y tuviera que elegir, sin dudas votaría a Dilma, porque soy LGBT, pero tambien se que los contundentes cambios que se produjeron en Brasil a favor de la población que nunca contó con la asistencia de Estado, sucedieron durante los últimos 3 gobiernos laboristas del PT.
nueva estrategia de la derecha sudamericana. en la impotencia de no poder derrotar en las urnas a los gobiernos de «izquierdas» «progresistas» «populistas» en fin los adjetivos son variados. pero en vista de que no pueden derrotarlos por la via electoral porque la gente no quiere volver a ese pasado oscuro en el que nos tenian sumidos, ahora han encontrado una nueva tactica. la derecha se hace pasar por izquierda «light» y se camuflan en candidaturas «ciudadanas» o en plataformas «de la sociedad civil» o cosas que suenan muy bonito. ejemplos hay bastantes:
– en Venezuela Henrique Capriles se definio ideologicamente como «centro-izquierdista» y dijo que su modelo a seguir era Lula. cuando por todos es sabido que su partido PJ es socio del partido popular y son intimos. es un ultra religioso y de joven milito en la siniestra organizacion «tradicion familia y propiedad»
– en Ecuador tenemos al inefable coronel lucio gutierrez que en las ultimas elecciones se presento en una lista «socialista» y todo el mundo sabe que a parte de un populista y demagogo este señor es un ultra de los buenos.
en el mismo Ecuador tenemos el caso del banquero Guillermo Lasso que en vista de que los banqueros estan tan mal vistos (algo normal) decidio presentarse con una «plataforma civica» a las elecciones presidenciales recibiendo la correspondiente paliza por parte del presidente Correa.
– en Brasil tenemos a nuestra querida Marina silva, una persona que tuvo un PASADO (ya fue ya paso, ya ella no es asi, asumamoslo por favor) admirable. pero que ahora esta entregada a las mayores fortunas de Brasil y a los mayores emporios del agronegocio. de hecho aqui se habla obviamente de que reculo con el tema del matrimonio igualitario, pero ha tenido otras perlas como por ejemplo defender el agronegocio y prometer que lo defendera en su gobierno (y la mujer dice ser ecologista…) en fin marina no es mas que un lavado de cara donde se esconden los banqueros, los agronegocios y las multinacionales brasileñas que odian, DETESTAN al gobierno del PT.
– En Argentina tenemos el caso del partido Socialista y la UCR que enfin…que decir de ellos? a parte de que son pateticos. se presentan con un programa «socialdemocrata» y representan los intereses funcionales de la derecha y la banca Argentina, cuando no de la extrema derecha…
en fin la nueva estrategia de la extrema derecha y la derecha Sudamericana camuflarse detras de girasoles, en Ecuador y Venezuela no les salio muy bien (aunque en Vzla el gobierno «chavista» esta muy proximo a caer y ser relevado por la derecha), pero en Argentina y Brasil les surtira efecto? veremos…