Paco Tomás (periodista y guionista): «Me gustaría ser ‘chico Waters’ y ‘chica Almodóvar'»
Tiene 47 años y se define como periodista, guionista y funambulista. Dice ser bueno «imaginando» y tiene «un don especial para ilusionarme», pero confiesa que de la misma forma «también soy un especialista en desilusionarme». Asegura ser nulo con el bricolaje casero, razón por la que «aprovecho para reclamar un hombre en mi vida capaz de cubrir con cariño ese vacío en mi hogar».
Siendo un niño le soltó a su madre que de mayor quería ser ‘marido de Karina’. ¿No le llevó al psicólogo?
¡Es que yo nunca se lo dije a mi madre! Eso lo oculté durante muchos años. Luego me enamoré platónicamente de Brooke Shields, Olivia Newton-John y Ana Belén. Aunque si tenía que masturbarme recurría a Christopher Atkins, John Travolta y …, es que Víctor Manuel de jovencito tenía su morbo.
Entonces, ¿conserva el mismo gusto por los hombres con pluma de su ídolo?
No. La verdad es que Karina se quedó aparcada en mi infancia. Ahora tengo otros ídolos más de acorde con los tiempos. La pluma me parece un gesto maravilloso, revolucionario, comprometido, irónico, inteligente, audaz, pero confieso que no es lo que más me excita en el ritual de la seducción y el sexo. Pero no confundir esto con plumofobia, que es algo que detesto. Tampoco me excitan los arneses, ni oler zapas y no por eso siento rechazo hacia las personas que lo practican.
Dice que cometió el error de trabajar con José Luis Moreno porque no tenía un duro. ¿Le pagó?
Me pagó, pero tarde. En la productora me decían que es que el señor Moreno estaba de viaje y hasta que no regresase y firmase los pagos, no podíamos cobrar. Y yo no daba crédito a que ese señor manejase su negocio de una manera tan antigua. ¿Te imaginas que los dependientes de Zara tuviesen sometidos los ingresos de sus nóminas a la agenda del señor Amancio Ortega? Así que dije que lo dejaba. Lo único que hice fue adelantarme a sus intenciones porque luego despidió de muy malas maneras a todo el equipo de guionistas. No me parece buena gente.
«Con esta época de los recortes y la crisis, nos estamos malacostumbrando a que se pueden hacer grandes cosas con poco dinero». No lo dirá por el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid…
No, esos hacían lo contrario: pequeñas cosas por mucho dinero. A todos esos sinvergüenzas siempre se les ha habilitado la parte ancha del embudo. Ellos pueden hacer lo que quieran que siempre tienen presupuesto, aunque ese presupuesto salga de nuestros bolsillos y cinturones apretados. El problema es que ahora, reduciendo al mínimo tus posibles beneficios, sacas adelante un trabajo estupendo y el empresario de turno se frota las manos. Y eso me parece muy injusto para el creador y absolutamente desmotivador.
¿Es normal que en un país donde se condena a un año de prisión al mendigo que roba media barra de pan, se indulte a los corruptos que saquean las arcas públicas?
No, pero es un problema de valores. Y este país es un puto catálogo de oportunidades perdidas. Nos hemos creído que somos la hostia y no lo somos; seguimos teniendo una mentalidad de posguerra, de revanchismo, de sometimiento, de estraperlo. Tenemos claro que matar, violar, secuestrar, es un delito, pero todo lo que tiene que ver con lucrarse ilegalmente, chanchullear, traficar y meter la mano en el cajón del dinero nos parece razonable, hasta el punto de que si no lo haces eres gilipollas. Y la decencia y la honestidad son valores que hay que empezar a inculcar desde pequeñitos, en la escuela y en la familia.
¿Por qué cree que Mallorca es uno de los destinos paradisíacos preferidos por los corruptos?
Es que Mallorca es muy fuerte. Pero sospecho que también tiene que ver con los valores que decía antes. La isla es un lugar de mentalidades –y esto es una generalización, ojo- muy fenicias. La idea de hacer dinero es algo que he sentido allí de una manera muy latente. Allí los chavales abandonaban los estudios porque ganaban más dinero como camareros o en la construcción. Y los que estudiaban los miraban con envidia. Allí cualquier payes con tres metros cuadrados de tierra ya piensa en hacer negocio. De esa mentalidad surgen los políticos corruptos. Y en la isla tenemos para dar y recibir. Y encima, una parte importante de la sociedad mallorquina no los rechaza. Piense que tras la época de más corrupción política en Mallorca, con Matas en el Govern y Munar en el Consell, el PP volvió a ganar por mayoría. Eso espero que algún día un antropólogo me lo explique.
¿Usted es más devoto de la ensaimada o de Jaume Matas?
Por favor, hacerme elegir entre Matas y la ensaimada es una provocación. La ensaimada es una delicia y Matas es un delincuente. Como usted comprenderá, la ensaimada siempre.
¿Y a quién le cantaría antes aquello de ‘Si tú me dices ven’: a Rafa Nadal o a José Ramón Bauzá?
A Nadal, desde luego. Aunque su reacción cuando Gala León fue elegida capitana de la Copa Davis me fracturó el mito. A José Ramón Bauzá le cantaría ‘Vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa y pega la vuelta’.
«A veces pienso que la única salida es una revolución». ¿Para qué otras cosas le sale también la vena guerrillera?
No soy nada guerrillero. Soy muy pacífico, muy prudente y nada temerario. De hecho, no puedo trabajar en un lugar en el que haya mal rollo. Necesito crear un entorno laboral amable, distendido y respetuoso. Pero hay algo que me saca de mis casillas: la injusticia y la prepotencia del que se siente impune. Ahí sí me sale la vena guerrillera.
«Los hombres que se depilan las cejas deberían ser recibidos con collejas por sus esposas». ¿Teme que la masculinidad esté en crisis?
No tanto la masculinidad como la imagen que tenemos de ella. De hecho el ambiente lleva varios años viviendo una sobreexposición de barbas, vello en pecho y rudeza que es todo postureo pero al menos alegra la vista. Antes estaré a favor de esa impostura que de la depilación y la metrosexualidad.
«Le aseguro que Wisteria Lane es infinitamente más divertido, más sociable, más abierto y más solidario que La Moraleja». ¿Qué tiene Eva Longoria que no tenga Isabel Pantoja?
Yo estudié mi bachillerato en un colegio de La Moraleja, o sea que sé de lo que hablo. Un día, un compañero de clase pretendió insultarme con la frase ‘con esa cazadora de obrero que llevas’. Para que se haga una idea. No sé si habrá mejorado mucho esa zona residencial en lo que respecta a valores, educación y respeto hacia el resto de seres humanos pero, en aquella época, le aseguro que los hijos e hijas de las economías bien situadas eran muy clasistas. Y te aseguro que lo mío no era prejuicio proletario. De cómo el hijo de un obrero acabó estudiando en La Moraleja mejor ya te lo cuento en otra entrevista.
Hablando de la Pantoja, ¿a usted no le llegó la petición para la colecta del millón de euros que necesitaba la cantante para intentar haber evitado la cárcel?
No me llegó pero si me hubiese llegado lo mismo se la devuelvo con cajas destempladas. No puede ser que nos indignemos cuando se solicita el indulto a Fabra y luego nos parezca anecdótico el de Isabel Pantoja. Esas personas han cometido un delito y deben pagar por ello.
¿En qué se parece el barrio donde usted vive al de Wisteria Lane?
Supongo que en los secretos que se esconden detrás de cada puerta.
«Soy un vecino reservado pero, como soy pura contradicción, me encanta el voyeurismo». ¿Qué otras perversiones padece, aparte de su gusto por el voyeurismo?
¿Le parece poca perversión el voyeurismo?
Si pudiera escoger, ¿sería ‘chico Almodóvar’ o ‘chico John Waters’?
¡Qué difícil me lo pone! Creo que me gustaría ser ‘chico Waters’ y ‘chica Almodóvar’.
Fotografía de: Jesús Ugalde