Primeras detenciones en Gambia tras la entrada en vigor de la nueva ley homófoba
La historia, tristemente, se repite: como ya ocurriera en Uganda, la promulgación el pasado mes de octubre de la ley que endurece el trato penal de las personas homosexuales en Gambia ha desatado una persecución que, según ha denunciado Amnistía Internacional (AI), se ha saldado ya con numerosas detenciones y presuntas torturas.
Esta semana ha salido a la luz que el presidente gambiano, Yahya Jammeh (de cuya virulenta homofobia hemos venido informando en dosmanzanas) ratificó con su firma el pasado 9 de octubre la ley homófoba aprobada en el parlamento en septiembre. Recordamos que las relaciones homosexuales, tanto entre hombres como entre mujeres, estaban ya castigadas con hasta 14 años de prisión en el país. Algo que no les parecía suficiente a los legisladores gambianos, que decidieron imponer penas más duras a lo que denominaron “homosexualidad agravada”, en aquellos casos de reincidencia o que impliquen a personas que viven con VIH, que ahora pueden llegar a ser castigados con cadena perpetua.
Jammeh y su entorno habían mantenido la entrada en vigor de la ley en relativo secreto, pero su aplicación no ha tardado en llegar. Según informa AI, entre el 7 y el 13 de este mes, la Agencia Nacional de Inteligencia (NIA) y la Guardia Presidencial del pequeño país africano arrestaron a cinco hombres, entre ellos un menor de 17 años, y a tres mujeres, acusados de forma genérica de homosexualidad. Los detenidos habrían sido sometidos a torturas y malos tratos para obligarlos a confesar sus “delitos” y a revelar los nombres de otras personas LGTB. Los agentes de la NIA, siempre según los testimonios recogidos por AI, habrían golpeado, aplicado privación sensorial y amenazado con violar a los arrestados, diciéndoles que, si no confesaban, “les introducirían un dispositivo por el ano o la vagina para ‘probar’ su orientación sexual”.
El 13 de noviembre se produjo la liberación de las tres mujeres, que sin embargo siguen bajo investigación y con sus documentos de identidad confiscados para no poder abandonar el país. Los varones, incluyendo el menor de edad, seguirían detenidos (a fecha del jueves pasado), incomunicados y sin la asistencia de un abogado. La NIA, mientras tanto, estaría recopilando una lista de nombres de “sospechosos”, algunos de los cuales han sido informados por familiares y han podido huir. Es el caso del testimonio de una joven recogido por AI, que afirma que las fuerzas de seguridad fueron a buscarla a su casa sin encontrarla, y amenazaron con matarla si la localizaban; la víctima ha conseguido huir al vecino país de Senegal. Seis mujeres más no han tenido esa suerte y habrían sido capturadas entre los días 18 y 19 de noviembre.
Ante la gravedad de los hechos denunciados por AI, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Zeid Ra’ad Al Hussein emitió el pasado jueves un comunicado de condena de la situación en Gambia. Zeid denuncia que la nueva ley “viola derechos humanos fundamentales” como la privacidad, la no discriminación y la protección frente a la detención arbitraria, además de aumentar el “estigma” que sufre la población LGTB en el país africano. El Alto Comisionado hace un llamamiento al Gobierno gambiano para que “cumpla con sus obligaciones internacionales”, retire todas las provisiones legales que castigan las relaciones sexuales consentidas entre adultos y ponga fin a las detenciones “inmediatamente”.
Para su presidente, los homosexuales no son más que “alimañas”
El presidente de Gambia Yahya Jammeh ha hecho de la homofobia uno de los rasgos más distintivos de su figura. Ya en febrero contábamos como comparaba a las personas homosexuales con alimañas. “Combatiremos a esas alimañas llamadas homosexuales o gays de la misma forma que combatimos a los mosquitos que causan malaria, cuando no de una manera más agresiva”, expresaba entonces Jammeh en un discurso conmemorativo de la independencia gambiana. “No aceptaremos ninguna amistad, ayuda u otro gesto que lleve como condición aceptar a los homosexuales o a los LGTB”, añadía. Unas siglas que según él “solo pueden significar Lepra, Gonorrea, Tuberculosis y Bacterias, que son todas nocivas para la existencia humana”.
No era sin embargo la primera vez que Jammeh hacía uso de la homofobia para ganar popularidad. En su discurso de Navidad de 2013, dirigido a la minoría cristiana, tachó a los homosexuales de “cáncer social”. Pero quizás más grave fue que aprovechara su intervención ante la 68ª Asamblea General de Naciones Unidas, hace ahora un año, para pronunciar un virulento discurso de incitación al odio en el que calificó a la homosexualidad de “una de las mayores amenazas para la existencia humana” y a las relaciones entre personas del mismo sexo como “más mortales que todos los desastres naturales juntos”.
Años antes, en 2008, amenazó con decapitar a todos los homosexuales que no abandonaran el país, y en 2009 hacía un llamamiento al Ejército para detectar conductas homosexuales en su seno, que entonces también calificó de “diabólicas”. En febrero de 2012, Jammeh insistía en que los derechos de las personas homosexuales no pueden considerarse derechos humanos; y en abril del año pasado, amenazó a los homosexuales que visiten su país con “arrepentirse de haber nacido”.
Este tipejo cancerígeno para la humanidad y para África debe ser por lejos uno de los líderes más virulentamente homófobos del continente. Museveni, Jonathan y el diputado Bahati se quedan cortos. Me atrevería a decir que hasta Putin es, como decimos por acá, «un niño de pecho», comparado con este engendro. Para este energúmeno los homosexuales ni si quiera alcanzamos la categoría de seres humanos. Tristísimo. Ojalá muera rápido 🙂
En vez de que se ponga a buscar y a averiguar a VERDADEROS criminales ,se pone averiguar la vida sexual de los adultos y a buscar personas LGBT,pero se me olvida este YA ES UN CRIMINAL entre ellos se cuidan
por eso los criminales son privilegiado en ese pobre país olvidado por dios
Sebas Puede ser, pero no dejan de ser un estorbo y criminales que impiden el progreso social y humano acosta de la vida y libertad de una minoria
Lo que más me molesta,es no poder decir lo que siento al pensar que este este discriminador,es lo que es.