Cañizares carga en Valencia contra el matrimonio igualitario, mientras en Madrid Osoro suprime la «misa de las familias»

El nuevo arzobispo de Valencia, cardenal Antonio Cañizares, ha aprovechado la celebración este pasado domingo del Día de la Sagrada Familia para criticar el matrimonio igualitario y los modelos familiares distintos al que, con tanta vehemencia, defiende una buena parte de la jerarquía: la unión exclusiva entre un hombre y una mujer. Cañizares aseveraba que leyes como las que permiten los enlaces entre personas del mismo sexo son perjudiciales ya que, en su opinión, “quiebran no solo la voz de Dios sino el orden de la naturaleza”. Mientras tanto, el también nuevo arzobispo de Madrid (y antecesor de Cañizares en Valencia) ha decidido poner fin a la «misa de las familias», tradicional ariete del sector más conservador de la iglesia española contra los derechos LGTB.

Parece claro que un sector de la jerarquía católica española se resiste a cualquier modernización y aprovecha sus bastiones de poder para dejarle clara su postura al aperturismo iniciado por el papa Francisco. Si el fin de semana recogíamos el discurso homófobo del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, y destacábamos el contraste con las declaraciones del obispo de Amberes que pedía a la Iglesia reconocer las uniones homosexuales, ahora es el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, el que ha utilizado la celebración del Día de la Sagrada Familia para descalificar el matrimonio igualitario.

Para Cañizares, «los estados incumplen con su responsabilidad de servicio al bien común cuando legislan contra la familia, y actúan irresponsablemente cuando desprotegen al matrimonio porque es ahí, en la familia, donde el ser humano encuentra su verdad». Desde la óptica de este cardenal, la ley que permite a la comunidad LGTB acceder a la institución del matrimonio en España sería ese supuesto ataque contra la familia tradicional.

Para Cañizares, el matrimonio «único e indisoluble entre un hombre y una mujer» no está de moda, y según él «todo el mundo se pliega a la dictadura de la moda, y lo que está de moda es tachar de conservador, atrasado e inmovilista el pensamiento de la Iglesia sobre la familia y el matrimonio, el verdadero y único entre un hombre y una mujer a imagen y semejanza de su creador». «Frente a supuestos modelos de familia alternativos que hoy se proponen, la Iglesia invita a las familias cristianas a ser signo luminoso del Evangelio a vivir con gozo y alegría su condición de hombre y mujer, esposo y esposa, padre y madre, creadores de una nueva cultura familiar centrada en Cristo», añadía.

Una iglesia que en Valencia acapara ayudas millonarias

La actitud del máximo jerarca de la Iglesia católica en Valencia no parece, por cierto, que le suponga problemas a esta institución. Precisamente el diario.es revelaba estos días que el gobierno valenciano presidido por Alberto Fabra (PP) ha otorgado el 65 % de las ayudas del sector audiovisual de esta comunidad autónoma a TV Mediterráneo, participada por la cadena COPE (propiedad de los obispos).

TV Mediterráneo es la única televisión autonómica que funciona en Valencia tras el cierre de Canal 9 (Radiotelevisión Valenciana, RTVV). De hecho, TV Mediterráneo transmite su señal a través de RTVV y, al parecer, todavía le adeuda dinero por este concepto. TV Mediterráneo acapara 1.300.000 euros de ayudas para el ejercicio 2014-2015 frente a los 700.000 que se repartirán entre ocho empresas ajenas a la Iglesia.

Y en Madrid, adiós a la «misa de las familias»

En el extremo opuesto, Carlos Osoro, nuevo arzobispo de Madrid (nombrado por el papa Francisco el pasado mes de agosto y antecesor de Cañizares en la archidiócesis de Valencia) ha decidido eliminar la conocida «misa de las familias» en la madrileña plaza de Colón. Un evento promovido por el anterior arzobispo, Antonio María Rouco Varela, que empezó en 2006 como una muestra de fuerza frente a las reformas sociales del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (muy especialmente la aprobación del matrimonio igualitario) y en el cual siempre ha tenido un papel fundamental el Camino Neocatecumenal (los ”kikos”).

En sus primeras convocatorias, la “misa de las familias” fue cita obligada de protesta contra Zapatero, en la que no faltaban los representantes del Partido Popular vinculados a posiciones más conservadoras, como la alcaldesa de Madrid Ana Botella o el exeurodiputado Jaime Mayor Oreja, bien conocido por su hostilidad hacia los derechos LGTB. En los últimos años, sin embargo, había perdido fuelle, y ya el año pasado anticipábamos que la llegada del papa Francisco podría suponer su ocaso, como así ha acabado sucediendo.