Nuevo intento de impedir constitucionalmente el matrimonio igualitario y la adopción homoparental en El Salvador

La Asamblea Legislativa de El Salvador ha votado a favor de reformar su Constitución para impedir tanto el matrimonio igualitario como la adopción homoparental. La normativa salvadoreña sobre reformas constitucionales exige que esta votación deba ser ratificada durante la nueva legislatura, que se iniciará el próximo 1 de mayo. Es la tercera vez que las fuerzas conservadoras del El Salvador, a veces contando con la pasividad de las formaciones de izquierda, intentan elevar a rango constitucional la discriminación contra las personas LGTB que actualmente refleja su Código Civil.

Un total de 47 diputados salvadoreños votaron el pasado jueves 16 de marzo a favor de reformar su Constitución, para que en ella se defina el matrimonio como “la unión de un hombre y una mujer así nacidos”. La nueva redacción constitucional también impediría la adopción a las parejas que no estén formadas por un hombre y una mujer.

A favor de la reforma votaron los diputados de la conservadora ARENA, los de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y dos de otros partidos minoritarios de derecha. Los representantes del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se abstuvieron. El proceso de reforma constitucional salvadoreño exige que, tras una votación que solo requiere una mayoría simple, otra mayoría, esta vez cualificada, ratifique la votación en la siguiente legislatura.

La nueva legislatura de la Asamblea Legislativa de El Salvador se iniciará el próximo 1 de mayo, por lo tanto,  el proceso de ratificación se podría llevar a cabo en pocos meses. La cámara está compuesta por 84 escaños, por lo que la mayoría cualificada necesaria para la ratificación sería de 56 diputados, nueve más de los que han votado en esta ocasión.

Sin demasiadas novedades respecto a la que ha concluido, en la nueva legislatura la cámara estará integrada por 34 diputados de ARENA, 31 del FMLN, 11 de GANA, 6 del Partido de Concertación Nacional (PCN)  y 1 del Partido Demócrata Cristiano (PDC). Debido a ello, tal como sucedió en ocasiones anteriores, es imprescindible el apoyo de los diputados del FMLN para alcanzar la mayoría cualificada de 56 votos favorables para que el proyecto de reforma constitucional sea aprobado. Habrá que ver, pues, si la formación izquierdista supera las presiones a las que, sin duda, se verá sometida. Mientras tanto, en El Salvador sigue vigente la prohibición del matrimonio entre personas del mismo sexo que recoge su Código Civil.

Tercer intento de reforma discriminatoria

Este es el tercer intento de las fuerzas conservadores salvadoreñas para elevar a rango constitucional la discriminación de las personas LGTB, que, como comentábamos anteriormente, actualmente refleja su Código Civil. En abril de 2009 se votó una reforma semejante, que fue ratificada con el voto tanto de los partidos de derecha como del izquierdista FMLN, que cedió a las fuertes presiones efectuadas por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar. Sin embargo, en septiembre del mismo año, el FMLN rehusó apoyar la iniciativa en la segunda votación, tras las elecciones legislativas, y el proyecto de reforma fracasó.

El mismo esquema se repitió tres años después. En febrero de 2012, pocos días antes de las últimas elecciones legislativas, el FMLN pudo aguantar las presiones. Sin embargo, dos meses más tarde, con las elecciones ya celebradas (tuvieron lugar en marzo de 2012) pero con la anterior Asamblea aún en funciones, las formaciones de derecha llevaron de nuevo la propuesta a votación. Los diputados del FMLN abandonaron el pleno como protesta por lo que consideraban una “jugada política”, y la derecha reunió 45 votos, mayoría simple, suficiente para aprobar la reforma en primera votación.

Pero, como ya hemos señalado, para que la reforma prosperara debía alcanzar además mayoría cualificada, algo imposible sin el acuerdo del FMLN, que pese a haber perdido la mayoría conservaba 31 de los 84 diputados. Cuando se produjo esa segunda votación,  saltó la sorpresa: no solo no se alcanzó la mayoría cualificada necesaria, sino que solo 19 diputados votaron a favor de la enmienda homófoba.

Fracasada la ratificación de la reforma discriminatoria, la iniciativa quedó archivada, no pudiendo ser presentada de nuevo hasta pasados al menos seis meses. Pasado ese plazo, las fuerzas conservadoras han retomado lo que parece ser una obsesión legislativa, y con una maniobra semejante a la de 2012 han iniciado el trámite de reforma constitucional, que ha arrancado con esta primera victoria.