Un periódico de Kenia pone en riesgo la vida de varias personas LGTB publicando sus fotos y nombre en portada
Nuevamente un periódico de un país africano pone en riesgo la vida de personas LGTB llevando a su portada sus nombres y fotografías. En esta ocasión se trata del Citizen Weekly, de Kenia, que publica el «top 12» de los gays y lesbianas supuestamente más influyentes del país. Lo hace como reacción al reciente fallo del Tribunal Superior de Justicia de Kenia, que dictaminó que las autoridades no pueden impedir que las organizaciones LGTB se registren como ONG.
Como recogimos hace un par de semanas, el Tribunal Superior de Justicia de Kenia falló a favor de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Gais y Lesbianas (NGLHRC), que había denunciado a la Junta Coordinadora de Organizaciones No Gubernamentales y a la Fiscalía General de Kenia por impedir su registro como ONG en más de cinco ocasiones desde el año 2012, en base a que el nombre de la organización era “inaceptable” porque el Código Penal de Kenia castiga las relaciones homosexuales. El tribunal estimó que la religión y la moral imperantes no pueden socavar los derechos constitucionales, entre ellos el de asociación. También resolvió que las garantías recogidas en la Constitución de Kenia son aplicables a todos los ciudadanos, sea cual sea su orientación sexual.
Habrá que esperar al resultado de la apelación anunciada por el Foro de Cristianos Profesionales de Kenia, que se personó como parte afectada en el bando de los acusados, lo que motivaría la intervención del Tribunal Supremo, que es el que tiene la competencia final para la interpretación de la Constitución. En cualquier caso el fallo fue recibido con satisfacción por la NGLHRC. Sin embargo, Kenia no es un país precisamente fácil para las personas LGTB, y entraba dentro de lo previsible que sucediera algo como lo ocurrido ahora. El domingo Citizen Weekly se vanagloriaba de hacer públicos en internet los nombres de doce personalidades gais y lesbianas, entre ellos políticos, hombres de negocios, periodistas y activistas. Un día después, la edición en papel del periódico llevaba a su portada las fotografías de diez de ellos. Algunas son personas abierta y públicamente LGTB, pero no todas, y en cualquier caso la publicación explicita de sus nombres en una lista así les sitúa en una posición de alto riesgo. «Si los homófobos querían un objetivo, si la policía quería detener a alguien, si jóvenes antigays estaban buscando adolescentes a los que atacar, ahora ya tienen un rostro y un nombre», ha declarado a Gay Star News el activista Denis Nzioka, precisamente uno de los nombres de la lista. «Ahora somos objetivos andantes», ha añadido.
Aunque Citizen Weekly presenta la información como periodística y se cuida de no llamar expresamente a la violencia, lo cierto es que todo apunta a que el artículo se inscribe en una campaña de hostilidad hacia las personas LGTB. Los antecedentes de publicaciones similares en otros países africanos, muy singularmente en la vecina Uganda, no son desde luego alentadores: desde el tabloide Red Pepper, que publicó en 2014 lo que llamó el “top 200″ de los homosexuales ugandeses, hasta el asesinato en 2011 del activista ugandés David Kato tras ser uno de los 100 ciudadanos homosexuales cuyo nombre y fotografía habían sido publicados por Rolling Stone (otra publicación local), acompañados de la leyenda “Hang Them” (“a la horca”).
La difícil situación de las personas LGTB en Kenia
Kenia es un país mayoritariamente cristiano (aunque con una importante minoría musulmana) y profundamente homófobo, que castiga la práctica de la homosexualidad con penas de hasta 14 años de cárcel, en base a leyes heredadas de la época colonial británica. Precisamente a principios de este año informábamos de la detención de dos hombres, acusados de practicar la homosexualidad, víctimas de una operación policial más amplia, con la que se pretendería dar ejemplo tras salir a la luz unos informes que señalan un aumento del turismo homosexual en la zona costera del país.
A las leyes vigentes y a la agresividad de las fuerzas policiales se suma una marcada homofobia social. Según un estudio del Pew Global Attitudes Project de 2013, únicamente un 8% de sus 44 millones de habitantes estaría dispuesto a algún reconocimiento social de los homosexuales, y un 90% considera tal orientación sexual inaceptable.
Aun así existe en Kenia un valeroso grupo de activistas LGTB. Entre sus miembros se encuentra el mencionado Denis Nzioka, que incluso trató de presentarse en las últimas elecciones presidenciales como candidato y así visibilizar a la población LGTB. También David Kuria Mbote se presentó como senador en las últimas elecciones, aunque tuvo que cancelar su campaña debido a las fuertes amenazas recibidas y la falta de fondos. Su breve campaña, sin embargo, sirvió para que por primera vez un político abiertamente gay pudiera dirigirse a sus conciudadanos. El de Kuria es, como no podía ser menos, otro de los nombres citados en la publicación.
La salida del armario del escritor keniano Binyavanga Wainaina (también en la lista) y el que se desarrollaran sin incidentes las protestas convocadas en Nairobi el pasado 2014 contra la legislación ugandesa alentaron incluso la esperanza de una mayor apertura en Kenia para los derechos LGTB. Esperanza que se ha visto truncada, como muestra la detención en julio de 2014 de sesenta personas en un club de ambiente de Nairobi. Incluso se ha presentado una iniciativa ante el Parlamento que pretende que los actos homosexuales sean sancionados con cadena perpetua para los kenianos y lapidación para los extranjeros.