Graves ataques contra la Marcha del Orgullo de Kiev
Diez personas resultaron heridas durante el ataque de un grupo de extrema derecha a la Marcha del Orgullo celebrada el pasado 6 de junio en Kiev, la capital de Ucrania. Los atacantes, que arrojaron piedras y botes de humo a los manifestantes, fueron reducidos por el efectivo policial dispuesto al efecto, compuesto por 2.000 agentes, que sufrieron también enfrentamientos de cruda violencia. Al menos 25 de los agresores fueron detenidos y conducidos a las dependencias policiales.
En los días previos a la convocatoria, tanto el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, como los responsables de seguridad de la ciudad habían solicitado a las organizaciones LGTB que cancelaran el evento, con la excusa de la situación de guerra que se vive en el este del país, y de la posibilidad de sufrir ataques por grupos de extrema derecha, fuertes en la capital y de conocida y proclamada LGTBfobia. Incluso se avisó de que se había detectado la infiltración de algunos de sus miembros en las filas LGTB. El alcalde Klitschko advertía de que “ahora, con la guerra que prosigue en el este de Ucrania, no es el momento adecuado de realizar actos públicos que son percibidos como ambiguos por la sociedad… Insto a no inflamar el odio y no crear otro enfrentamiento en la capital».
Eran los mismos argumentos que se habían esgrimido el pasado 2014 para suspender las celebraciones del Orgullo. Sin embargo, este año las autoridades se han limitado a solicitar a los organizadores la cancelación de la Marcha por la Igualdad por las calles de Kiev, principal evento del Orgullo, algo a lo que las asociaciones LGTB se negaron. El presidente Petró Poroshenko, deseoso de ofrecer buena imagen ante sus valedores en la Unión Europea, declaraba que, aunque no participaría en la Marcha, sí que la apoyaba. «No voy participar«, declaraba el viernes previo Poroshenko, «pero no hay motivo alguno para que alguien trate de perturbarla, pues es un derecho constitucional de todos los ciudadanos de Ucrania”. Para proteger ese derecho, el presidente ordenó el despliegue de un efectivo de 2.000 policías.
La Marcha por la Igualdad consiguió reunir a un grupo de 300 valerosos defensores de los derechos LGTB, que decidieron ejercer su derecho a expresar sus reivindicaciones pese a las amenazas. Entre ellos se encontraban dos miembros del Parlamento ucraniano, el embajador de Suecia en Ucrania, Stefan Gullgren, y un miembro de la embajada estadounidense. Los convocantes eran conscientes del peligro, tanto que quisieron recalcar, como hizo la activista Anna Sharygina, que “se trata de una Marcha por la Igualdad, no de un desfile. Hoy hablamos de los derechos LGTB como derechos humanos”, pues “la comunidad LGTB no tiene nada que celebrar”.
Poco después de comenzada la manifestación, un grupo de agresores, identificados posteriormente como de extrema derecha, comenzaron a lanzar piedras y botes de humo contra los manifestantes. El efectivo policial se desplegó para proteger a los manifestantes, pero tuvieron que sufrir también los ataques de los extremistas, que ocasionaron al menos 10 heridos. Finalmente, tras duros enfrentamientos, se consiguió disolver al grupo agresor y detener a 25 de sus miembros, según comunicación del Ministerio del Interior. En el siguiente vídeo podéis observar cómo se desarrollaron los hechos:
Dmitri Pichakhchi y su novio Denis Panin, ambos participantes en la manifestación y miembros de la asociación LGTB Fulcrum, consideraban un éxito la Marcha por la Igualdad, pues “acudieron muchos considerando la situación” y que “todos sabían que era peligroso”. Otros activistas, como Olena Shevchenko, temen sin embargo, que la percepción que pueda tener la ciudadanía ucraniana sea la de “los LGTB luchando contra patriotas”. Por su parte, Bogdan Globa, director ejecutivo de Fulcrum, destacaba la tristeza que le causaba tanta violencia y el saber que “hay un montón de gente que quiere matar a los gais”.
Intensa y violenta LGTBfobia social
Además de a la grave desigualdad legal, la comunidad LGTB ucraniana debe enfrentarse a una fuerte LGTBfobia social, judicial y política. En el verano de 2014 recogíamos las pavorosas grabaciones del intento de asalto de un grupo neonazi a un local de ambiente gay en Kiev. Los hechos sucedían pocos días después de que las autoridades de la ciudad prohibieran la celebración de la Marcha del Orgullo, esgrimiendo motivos de seguridad y la situación de guerra en el este del país.
En 2013 fueron los tribunales los que prohiberon la que hubiera sido primera Marcha del Orgullo de la capital ucraniana a petición de un grupo de parlamentarios, que también adujeron como motivo para la prohibición los posibles disturbios entre manifestantes y opositores a los derechos LGTB. Sin embargo, a pesar de la orden judicial, una cincuentena de activistas se manifestaba días después por las calles de Kiev, teniendo que ser protegidos por la policía de la violencia de los grupos de fanáticos.
La amenazante presencia de esos mismos grupos obligó a suspender en 2012 todos los actos reivindicativos programados. Las espantosas imágenes del ataque al activista LGTB Svyatoslav Sheremet, a quien antes hacíamos mención, cuando comunicaba esta suspensión estremecieron al mundo y se convirtieron en símbolo de la implacable homofobia social que asola a Ucrania.
STOP HOMOFOBIA: Campaña en change.org /
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https://www.change.org/p/papa-francisco-ayúdenos-a-condenar-la-violencia-homófoba-perpetuada-en-nombre-de-cristo-en-uganda