Un joven con VIH, despedido por un mensaje de móvil tras revelárselo a su jefa
Nuevo episodio de discriminación contra un trabajador con VIH, en esta ocasión un camarero recién contratado al que su jefa despidió a través de un mensaje de móvil tras conocer su estatus serológico. Tanto la Coordinadora estatal de VIH y sida (CESIDA) como los colectivo FELGTB y COGAM han mostrado su apoyo al joven.
La historia la desvelaba hace unos días eldiario.es. Daniel Jiménez, de 25 años, gay y con VIH, entró a trabajar (siempre según su versión) el 7 de mayo como barman en un local del área de Chueca, el Mokäi, situado en la Plaza Vázquez de Mella. La misma que los colectivos LGTB han solicitado sea renombrada como «Plaza Pedro Zerolo», y que, ironías del destino, está adornada con un gran lazo rojo permanente. El día 14, confiado, Daniel reveló a su jefa su condición. «La verdad, la reacción en el momento fue muy buena. Me preguntó que cómo lo llevaba y que qué mala suerte», ha contado. Un par de horas después su jefa le comunicaba su despido mediante un mensaje recibido en su teléfono móvil. El joven recuerda, paradójicamente, que el mensaje llegó justo cuando acababa de contarle a su madre «lo bien que se habían tomado en el trabajo» su situación.
«Siento mucho lo que te ocurre pero no me parece justo que no me lo hayas comunicado antes de contratarte. Tengo un negocio de restauración y, al menos, me podías haber contado esto. No puedo arriesgar. Mañana hablaré con la gestoría y le comunicaré tu baja. Me parece un golpe bajo por tu parte», rezaba el mensaje. «Conmigo no has actuado de buena fe», añadía después. Tras comunicarle el joven que pondría una denuncia por discriminación, el tono de los mensajes subió. «Me parece indignante que seas capaz de decir que te he discriminado cuando ni siquiera has tenido la delicadeza de informarnos de que estabas enfermo antes de hacerte el contrato», le dijo.
Un texto que no casa bien con la versión que la encargada del local dio a eldiario.es, según la cual «es incierto que me dijera en ningún momento que tuviera la enfermedad. Solo busca el dinero de una indemnización». «A mí no me dijo nada de ese problema antes de ponerse a trabajar. Y estando todavía en pruebas, tras un día y medio de trabajo, fue cuando se le despidió», matizó después. «La empresa tiene todo el derecho de contratar a gente sana», acabó justificándose. «Llevaba un día y medio de trabajo y se encontraba mal, sudando mucho. Le dije que se fuera a casa y que se necesitaba a alguien en plenas facultades porque en el verano es temporada alta, no alguien delicado», ha declarado. La discrepancia en las fechas se explica porque (según la versión del joven) este había estado ya trabajando en el local varios días antes de firmar el contrato.
CESIDA, FELGTB y COGAM apoyan a Daniel Jiménez en su denuncia. «Las personas con VIH tienen una productividad similar a la población general y su infección no les descalifica para el desempeño de ningún puesto de trabajo. Desde CESIDA recuerdan que las normativas estatal y la comunitaria no justifican la exclusión de las personas con VIH ni en los trabajos que conllevan la manipulación de alimentos, ni en ningún puesto de trabajo», han expresado en un comunicado emitido tras difundirse la noticia.
«Lamentablemente el caso de Daniel no es aislado, lo que le hace especial y admirable es su lucha contra el estigma que le ha llevado a visibilizar su caso, y por ende, el de muchas personas que se han visto discriminadas por vivir con VIH, unos hechos que debido al silencio de las víctimas quedan impunes”, destacaba Juan Ramón Barrios, presidente de CESIDA, que reclamaba la necesidad de un pacto de estado contra el VIH que entre otras cosas refuerce las medidas contra la discriminación de las personas con VIH, precisamente una de las reivindicaciones de los colectivos en el pasado Orgullo madrileño, donde el joven discriminado participó en la pancarta conjunta de FELGTB y CESIDA con el lema “VIHsibles contra la discriminación. Sanidad para tod@s: VIH, ITS, Hepatitis, Transexualidad, Reproducción Asistida…”.
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Flick
Flick no es más que el "nick" con el que empecé a comentar (y discutir, y razonar...) en dosmanzanas, allá por 2006. Me sabía a poco, por eso decidí colaborar y compartir mi pasión por estar informado. Y aquí sigo.
Que estas cosas sigan pasando hoy en día con toda la información que hay me parece sangrante. Menuda troglodita.
Boicot al Mokai de Pl. Vázquez de Mella Que nadie entre en ese local a hacer gasto! Que alguien inicie una campaña en All Out a nivel mundial! Hay que darle donde más les duele, en el bolsillo!!! Que no vendan ni un colín!!!
Vergonzosa la actitud de esta señora, por llamarla de algún modo.
Otra cosa es la reacción del colectivo LGTB. Con estos personajes no habría que tener miramientos. Y hablo de ejercer todo el peso de la ley sobre ellos. Lamentablemente, no suele suceder.