Una rica heredera se niega a reconocer los derechos sucesorios de los hijos de su hermano gay, concebidos mediante gestación subrogada
Una batalla legal enfrenta a dos hermanos peleados por una herencia. Una circunstancia bastante común que no sería noticiable si no fuera por dos aspectos: la cuantía de la herencia, estimada en unos 1.500 millones de dólares y una valiosísima colección de arte, y la homofobia que destila la historia: Gesine Pamphilj, la hermana, se niega a reconocer los derechos de sus sobrinos, hijos de su hermano gay mediante el procedimiento de gestación subrogada (vientre de alquiler).
Se da la curiosa circunstancia de que los propios hermanos, Gesine y Jonathan Pamphilj, fueron adoptados en los años sesenta por la princesa italiana Orietta Doria Pamphilj y su marido inglés, Frank Pogson. Procedentes de un orfanato de Inglaterra, y no relacionados biológicamente entre ellos, crecieron en el seno de la adinerada familia. Ahora Gesine es una devota católica, y tiene en la actualidad cuatro hijas. Jonathan, que es abiertamente gay, ha contraído unión civil en el Reino Unido con su pareja, un ciudadano brasileño, y es padre de dos hijos mediante el procedimiento de la gestación subrogada (una niña de tres años y un niño de dos).
Ahora Gesine, que reniega del «estilo de vida gay» de su hermano, ha recurrido ante la justicia italiana para asegurarse de que los hijos de éste no reciban en su momento la parte que les correspondería de la herencia familiar y de que ésta sea heredada en exclusiva por sus propias hijas. Gesine alega que, según la ley italiana, su hermano Jonathan no podría reclamar ser considerado padre legal de sus hijos, así como que su madre biológica seguiría siendo su madre legal ante la justicia italiana.
Ay! Como siempre los católicos tan interesados por el dinero!!!
Para que luego no se llenen la boca de un modo hipócrita con acusaciones de «materialismo».
Suerte para el hermano!
¡Caridad Cristiana, claro que sí!
Pues si el derecho sucesorio funciona como aquí ya puede clamar lo que quiera. Una persona sin hijos y con sus padres fallecidos deja la herencia a quien le salga del forro de los cataplines. ¡A mamarla hombre!
No creo que se trate de un caso de homofobia porque esta señora siempre ha aceptado que su hermano sea gay, seguramente las motivaciones sean económicas. Hace dos domingos se publicaron tanto en El país como en El mundo reportajes sobre este caso, dejo un link por si alguien quiere leer más sobre este asunto en castellano:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/Batalla/principes/elpepuint/20091017elpepuint_4/Tes