El Bundesrat alemán aprueba una propuesta de ley de matrimonio igualitario y obliga a pronunciarse al Gobierno de Merkel
La batalla por la igualdad jurídica de las personas LGTB en Alemania continúa a pesar del muro aparentemente infranqueable del Gobierno de Angela Merkel. Por segunda vez en dos años, el Bundesrat o cámara alta del Parlamento alemán ha aprobado una proposición de ley para abrir el matrimonio a las parejas del mismo sexo. El texto pasará al Bundestag, donde la gran coalición tendrá que retratarse de nuevo.
El Bundesrat es la cámara que representa a los estados federados y sus miembros no se agrupan por partidos políticos, sino por delegaciones de cada uno de los gobiernos regionales. Cada Land cuenta con entre tres y seis miembros, según su población, y el apoyo o no a una iniciativa parlamentaria por parte de un estado debe estar respaldado por todos los partidos que forman parte de su gobierno.
En la actualidad, cinco Länder cuentan con ejecutivos de gran coalición (CDU y SPD); en uno gobiernan los socialcristianos de la CSU con mayoría absoluta (Baviera); en otro la CDU con Los Verdes (Hesse); y los nueve restantes están regidos por diferentes coaliciones de izquierdas. Ya en junio informábamos de la moción de apoyo al matrimonio igualitario que respaldaron estos nueve estados. La resolución no era vinculante, pero preparaba el camino para una anunciada nueva propuesta de ley. Un proyecto que el viernes pasado se sometió a votación y obtuvo el apoyo de 42 de los 69 miembros. Los Länder con presencia de la CDU se han abstenido y Baviera ha sido el único en votar en contra.
La aprobación en el Bundesrat del “Proyecto de ley para la implantación del derecho a contraer matrimonio para las personas del mismo sexo” pone de nuevo la pelota en el tejado del Gobierno de Merkel, y muy en particular de sus socios de coalición socialdemócratas. El texto debe ser discutido por el Bundestag, cámara en la que a pesar de que los partidos favorables a la igualdad suman mayoría absoluta, los intentos de introducir el tema en la agenda legislativa se han topado hasta ahora con el cierre en banda de la CDU/CSU y el seguidismo del SPD.
Los antecedentes, por tanto, no invitan al optimismo. Salvo sorpresa mayúscula, los partidos del Gobierno federal rechazarán la proposición de ley por ideología (en el caso de los democristianos) o lealtad al acuerdo de legislatura (el motivo que los socialdemócratas han “calcado” de los liberales, antiguos socios de Merkel). La CDU ha conseguido enfriar un debate que se había instalado en la sociedad y la clase política alemana tras el ejemplo de Irlanda. Y a pesar de que ya se empiezan a escuchar voces disidentes en su seno, la discusión, si es que se produce, tendrá que esperar al congreso del partido del próximo diciembre.
Que la lucha es larga lo demuestra el hecho de que no es la primera vez que el Bundesrat aprueba una proposición de ley de matrimonio igualitario. En 2013, una iniciativa similar obtuvo el aval de la mayoría de la cámara, pero debido a la proximidad de las elecciones de septiembre de ese año su discusión en el Bundestag nunca llegó a producirse. En esta ocasión, por el contrario, la tramitación comienza en el ecuador de la legislatura, por lo que la cámara baja tendrá que pronunciarse al respecto.
A pesar de la probable respuesta negativa, el movimiento Ehe für alle (“Matrimonio para todos”) ya ha tomado forma en el país y está preparado para seguir dando la batalla. Al menos hasta que Alemania legisle un derecho que ya reconocen cinco de los países con los que comparte frontera y que cuenta con el apoyo de hasta un 74 % de la población según las encuestas.