El papa Francisco aprovecha su alabado discurso ante Naciones Unidas para lanzar otra vez un sutil mensaje de LGTBfobia
El papa Francisco no desaprovecha ocasión para, en medio de un mensaje genérico a favor de la lucha contra la pobreza que recibe alabanzas generalizadas, intercalar mensajes abiertamente homófobos y tránsfobos que apenas si reciben atención mediática. Lo ha vuelto a hacer en su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, en el que ha insistido en que debe respetarse «la distinción natural entre hombre y mujer» y en el que se ha referido al reconocimiento de las relaciones entre personas del mismo sexo como «imposición de modelos y estilos de vida anómalos».
Reproducimos el fragmento del discurso (pronunciado en castellano) en el que Francisco se refiere –sin nombrarla expresamente, eso sí– a la cuestión LGTB:
«La defensa del ambiente y la lucha contra la exclusión exigen el reconocimiento de una ley moral inscrita en la propia naturaleza humana, que comprende la distinción natural entre hombre y mujer y el absoluto respeto de la vida en todas sus etapas y dimensiones.
Sin el reconocimiento de unos límites éticos naturales, insalvables, y sin la actuación inmediata de aquellos pilares del desarrollo humano integral, el ideal de salvar las futuras generaciones del flagelo de la guerra y de promover el progreso social y un más elevado nivel de vida en una más amplia libertad corre el riesgo de convertirse en un espejismo inalcanzable, o peor aún, en palabras vacías que sirven de excusa para cualquier abuso y corrupción o para promover una colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos y, en último término, irresponsables”.
Lo hemos recogido en anteriores entradas. El papa no duda en alternar sus gestos aperturistas (el ya famoso «¿quién soy yo para juzgar?» o la recepción a un católico transexual español, por mencionar dos de los más señalados) con declaraciones abiertamente homófobas (como sus criticas a las leyes de matrimonio igualitario, que según él suponen una “amenaza a la familia”, o sus alabanzas al papel de la Iglesia católica de Eslovaquia en el referéndum homófobo celebrado en febrero en ese país) o tránsfobas (“Pensemos en las armas nucleares, en su capacidad de aniquilar en unos pocos instantes un alto número de vidas humanas. Pensemos en la manipulación genética, en la manipulación de la vida, o en la teoría de género, que no reconocen el orden de la creación. Con esta actitud, el hombre comete un nuevo pecado contra Dios el Creador”, expresaba Francisco en una entrevista).
Especialmente llamativas son las referencias contenidas en la encíclica Laudato si’ (“Alabado seas”) sobre el medio ambiente, que tantas alabanzas recibió de ambientes progresistas, donde el papa aprovechó para considerar que el respeto a la ecología incluye “la aceptación del propio cuerpo como don de Dios” y su “valoración en su femineidad o masculinidad” para “reconocerse a sí mismo en el encuentro con el diferente”. Según el argentino, ”cancelar la diferencia sexual” no es una actitud sana. Transfobia pura y dura disfrazada de ecología.
No seremos nosotros los que minusvaloremos la trascendencia de algunos de los gestos de Francisco (pese a que a día de hoy sigan sin traducirse en cambio alguno del magisterio de la Iglesia en lo referente a las personas LGTB), pero tampoco participaremos de un acrítico festival de alabanzas a un papa que, más allá de gestos, no desaprovecha discursos oficiales y textos formales para seguir atacando a las personas LGTB. Especialmente grave, en este caso, nos parece su referencia a la «colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos». Exactamente el mismo argumento que muchos líderes de países africanos, asiáticos e incluso del este de Europa utilizan para justificar la aprobación de infames legislaciones homófobas.
Pues yo la verdad no necesito creer en las palabras de un simple mortal como el papa, por el simple motivo de que el hace algo que NO ES NATURAL,si , eso que la religión católica obliga hacer a sus sacerdotales ,papas y obispos sin mencionar a las monjas.Ademas de que escuchar a un simple mortal me convierte en IDOLATRA , que hay de lo que según dice la biblia , sobre el dios celosos y la idolatría pero como dice quien soy yo para juzgar . Por otro lado que incongruente defiende a los migrantes y condena a los mas excluidos por siglos empezando por su iglesia .la famosa ramera.
Pues yo sinceramente no entiendo lo que dice ni de quien habla. Como no sea un poco más claro. Si me dices que habla de los corruptos peperos también me lo creo, o de Justin Bieber. Palabras vacías.
Mezcla churras con merinas y fuerza el discurso para atacar con conceptos carcas.
A mí, sinceramente, no me importa nada lo que pueda manifestar la Iglesia.
Gente que cree que hay un señor con barbas en el cielo y que siguen a muñecos hechos con palos en procesión… yo creo que hay que estar algo tocado para creerse toda esa majadería.
¿Qué dirían si ahora a la gente le diera por ir en procesión detrás de una señal de stop?
Dirían que están locos, pero si en lugar de una señal vas llorando detrás de un MUÑECO de palo, es lo más normal. Venga hombre, y luego les choca ver a dos mujeres de la mano.
La misma letra con diferente música pero la misma letra.