Mordaz respuesta del dueño de una hamburguesería australiana a unos blogueros lesbófobos
El dueño de la hamburguesería australiana The Beaufort and Ike’s contestó de manera contundente a unos blogueros gastronómicos, que habían ofendido en su crítica al local a dos de sus clientes por considerarlas lesbianas. Los insultos lesbófobos le parecieron impropios de ciudadanos del siglo XXI que residen en una ciudad moderna y cosmopolita como Melbourne. Tras la polémica, los blogueros han decidido cancelar su cuenta en Instagram.
Dave Kerr, dueño de The Beaufort and Ike’s, se sorprendió al encontrar en la red social Instagram una crítica a su establecimiento por parte de un grupo de blogueros autodenominado Burger Bun Day’s (abreviado como BBD), cuyos rostros podéis contemplar en la fotografía de cabecera. Se trata de cuatro amigos que hasta entonces se dedicaban a compartir sus impresiones sobre restaurantes y casas de comidas de la localidad australiana de Melbourne.
Su crítica a The Beaufort and Ike’s era inicialmente positiva, pues alababan sus “sabrosas hamburguesas con panecillos enharinados, suaves como el culito de un bebé”, y calificaban el ambiente del local como de “atmósfera de salón tejano tenuemente iluminado”. Sin embargo, dejaron a un lado la crítica estrictamente gastronómica para comentar lo siguiente:
Mientras esperábamos a que dos chicas dejaran libre la mesa de billar, uno de los miembros de BBD señaló que probablemente eran dos ‘bolleras comecoños’, a lo que otro de los miembros contestó sorprendido ‘sinceramente, creía que eran tíos’.
El comentario lesbófobo fue capturado por el blog Brow Cardigan, desde donde se difundió ampliamente hasta llegar a conocimiento de Dave Kerr. Este no dudó en contestar a la crítica, con indignación no exenta de mordacidad:
Vaya, los viejos Burger Bun Day’s. Un poco de racismo informal y una pizca de homofobia. Pocas veces contestamos así, pero en serio, tíos, coged vuestras mamarrachadas políticamente incorrectas y metéoslas por donde os quepan.
Dicho educadamente, os podéis ir a la mierda. Y tener un poco de respeto. Os habéis criado y vivís en una ciudad cosmopolita… Así que cerrad el pico, imbéciles.
Esperamos que volváis por aquí para serviros una bolsa de gilipollas fritos, con un poco de mayonesa racista y un poco de sal kosher lesbófoba.
La entrada de la crítica en Instagram se llenó de comentarios de protesta hacia los blogueros por su manifiesta lesbofobia, hasta el punto de que intentaron disculparse con estas palabras:
Hola, chicos. Solo queremos decir que lo sentimos de verdad si os hemos ofendido. Lo que dijimos no significa que seamos racistas u homófobos y nos disculpamos sinceramente. Solo queremos dejar claro que no tenemos nada en contra de las lesbianas ni de nadie, pero entendemos que los comentarios se hayan podido tomar como ofensivos…
Sin embargo, poco después, la cuenta en Instagram de Burger Bun Day’s fue borrada por ellos mismos, aunque las capturas que se habían hecho seguían siendo difundidas por la red.
Por su parte, Dave Kerr, el dueño de la hamburguesería, explicaba el motivo por el que había reaccionado de manera tan vehemente:
Fue una respuesta apasionada, sin pararme a pensar, de ahí el lenguaje tan colorido. Me tocaron la moral y les pagué con la misma moneda. Yo no estaba allí en ese momento, pero sabía que estaba defendido a gente a la que conocía personalmente, y que no podía permitir que esos tíos hablasen así de nuestros clientes. Todo el mundo se pasa un poco y dice estupideces, pero estamos en 2015, y esos términos no deberían estar en el vocabulario de nadie que quiera vivir en una ciudad avanzada y cosmopolita como Melbourne.