El ministro del Interior y número uno del PP por Barcelona se llevaría un «disgusto» si un hijo suyo se casara con otro hombre
Ha sido en una entrevista al diario La Vanguardia. El ministro Jorge Fernández Díaz, perfecto representante del ala más retrógrada del Partido Popular (y número uno en su lista por Barcelona en las elecciones del próximo día 20) ha vuelto a hacer gala de su homofobia.
Una de las preguntas ha sido «Si tuviese un hijo homosexual, ¿qué?». «No lo es», contesta lacónico Fernández Díaz. «Es una hipótesis», le replica el periodista. «Ante todo, procuraría ejercer como padre», responde el ministro.
«¿Y si se casara con un hombre, iría usted a la boda?», insiste el periodista, ante lo críptico de su respuesta. «Me llevaría un disgusto, la verdad, pero estaría a su lado, ayudándole como padre», acaba por fin admitiendo.
El hipotético «disgusto» de Jorge Fernández Díaz no resulta sorprendente si se tiene en cuenta que el ministro del Interior es un políticos del PP más cercanos al integrismo católico («Dios es el gran legislador del universo», aseguraba en diciembre de 2011 en otra entrevista). Tras conocerse el fallo desestimatorio del recurso de su partido contra el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio y adoptar hijos conjuntamente, él fue uno de los primeros en mostrar su desacuerdo, y de hecho ha llegado a afirmar que el matrimonio igualitario “amenaza la pervivencia de la especie” (declaraciones sobre las que declinó pedir disculpas). Fernández Díaz también concedió en 2013 el reconocimiento como «asociación de utilidad pública» a HazteOír, una organización ultraconservadora ferozmente opuesta a los derechos LGTB.
En la entrevista a La Vanguardia, por cierto, el ministro del Interior también ha asegurado tener un ángel de la guarda, al que llama Marcelo, que le ayuda, entre otras cosas, a encontrar aparcamiento. Unas declaraciones que han sido recibidas con sorna en redes sociales pero que a nosotros nos resultan preocupantes, al revelar el tipo de personajes que dirigen los destinos de España.
Me acuerdo de una noche en la que mi sobrino estaba convencido de haber visto un hada, y como no podría ser de otra manera toda la familia nos reímos con la invención. «Hay que ver que imaginación tienen los niños», dijimos. Luego aparece este señor diciendo que tiene un ángel que se llama Marcelo que le ayuda a aparcar y nadie se plantea que quizás no esté muy bien de la cabeza?
Este tipo de comentarios por parte de un ministro me parecen obviamente lamentables. Pero lo que realmente me preocupa es que un niño-adolescente LGTB menor de edad, en fase de desarrollo, pueda escuchar este tipo de afirmaciones por parte de una autoridad pública y que quede impune. La gente gay adulta ya tiene una coraza hecha, pero los niños son los más vulnerables y esto solo les produce más daño todavía. Me pregunto que pasaría si en vez de casarse con un homosexual, fuera con una negra/o, musulmán, etc. Que opinaría el ministro? también sería un disgusto?