Carla Antonelli (política): «La historia y el tiempo pondrán a Zapatero en su lugar»

Tiene 56 años. Es activista, política y actriz. Desde 2011, es diputada de la Asamblea de Madrid por el PSOE. Dice que no imagina su vida sin retos: “El día que no haya muros por escalar, escaleras por construir, me va a parecer que mi vida carece de sentido. Porque mi vida siempre ha sido eso”.

Lleva varias décadas fuera de su pueblo. ¿Qué queda hoy de aquella niña que huyó de Güímar?

Queda la conciencia del lugar donde nací y de mi entorno, que al final es el que también te proporciona una forma de ser. Y queda la satisfacción de haber regresado a mi pueblo, ya que el día que lo abandoné pensé que jamás podría volver a hacerlo.

En el El viaje de Carla se habla de hambre, palizas y vejaciones. ¿Pensó en algún momento que no saldría adelante?

Nunca tienes conciencia de eso. Tienes la percepción de que hay que salir adelante porque es una cuestión de supervivencia. Es un camina o revienta. Solo hubo un momento en mi vida que entré en depresión, por una cuestión patológica que me llevó a tener un ánimo de quererme suicidar. Superado esto, me quedó la alegría de no haberlo hecho, ya que llegué incluso a subirme a un balcón y fui incapaz de tirarme por el vértigo que tenía. Menos mal que no tuve esa valentía, porque luego la vida me ha ofrecido momentos únicos.

Algunos le pusieron a parir cuando en 2011 se convirtió en la primera mujer transexual en la Asamblea de Madrid. ¿Por qué escoció tanto?

Algunos me pusieron y me siguen poniendo [risas]. El sentimiento del odio es algo que a veces es inexplicable. ¿Por qué se odia a una persona por el hecho de ser alta, baja, negra, gitana, gay, lesbiana o transexual? ¿Por complejos propios, por inseguridades personales, por rechazo a lo desconocido, por querer hacer desaparecer todo aquello que no sea un fiel reflejo de nosotros mismos, por una cuestión de pensamiento único? Sea cual sea la razón, desconcierta. Puedes entender que una persona sienta animadversión hacia otra persona concreta, pero que le tenga odio a todo un conjunto de población…

Logró convertirse en diputada gracias al fichaje de Tomás Gómez, a quien Pedro Sánchez le cortó la cabeza, por cierto.

Sobre esa cuestión, yo me manifesté en su momento y lo sigo viendo igual. No lo comparto y no me pareció adecuado, ni en el fondo ni en la forma.

¿Lo de saber actuar le ayuda en su quehacer parlamentario?

Yo lo intento. [Risas]. Todo lo aprendido sirve para algo. Y esto es muy actoral. Sobre todo, me ha servido para hablar desde la verdad. Cuando dices algo, lo dices porque lo sientes y porque es algo de lo que estás absolutamente convencida. Parece que porque hablemos de actuar ya estamos hablando de mentir, pero actuar no es más que ponerse en la piel de alguien sin ser tú.

¿Le parece Pedro Sánchez un buen intérprete?

Pedro Sánchez me parece un buen candidato y estoy convencida de que va a ser el próximo presidente del gobierno de España.

¿Pero su promesa de devolver la laicidad al Estado español es más de peli cómica o de ficción?

Me hubiese gustado que Pedro Zerolo continuase con vida, porque esa fue una de sus grandes batallas. Sobre todo en su última época fue una de sus banderas. Me gustaría que se lograse, aunque solo fuese en su memoria.

¿Y quién es mejor comediante: Pablo Iglesias o Albert Rivera?

Ambos están instalados en aquello en lo que creen y, a partir de ahí, el ciudadano tiene que creerse también lo que dicen ellos y analizar sus propias contradicciones.

¿En qué tiraría de las orejas a su partido?

En no haber estado en esos momentos en que tenía que haberlo hecho. Yo me quedo con luchar desde dentro de mi partido para que todos estos ideales salgan adelante. El laicismo, la legislación de la Ley Integral de Transexualidad o la reforma de la Ley de Identidad de Género, y que ahora despojemos esta última de cualquier patologización.

Dijo en una entrevista que Zapatero era un santo. ¿Dónde le tiene puesto el altarcillo?

Yo lo que digo mucho es que la historia y el tiempo le pondrán en su lugar. Y esa predicción se está cumpliendo. Siempre que un presidente del gobierno termina, la gente se ensaña con él. Creo que Zapatero ha hecho muchísimo en cuestión de derechos civiles y le tocó una coyuntura económica que le impidió poder seguir desarrollando toda esta serie de políticas sociales como fueron la ley de dependencia, el matrimonio igualitario, la violencia de género, la ley de interrupción voluntaria del embarazo, y otras tantas.

¿Tiene el corazón contento y lleno de alegría como Marisol?

Marisol Forever, ¡je, je!

En 2009 su pueblo le otorgó el Premio Cardón por su trayectoria vital. ¿Será que ya le quieren retirar?

No, ¡lo que me querían era reencontrar! Hacía treinta y tres años que no había vuelto a pasear por las calles de mi pueblo. Como les supo a poco, a los nueve meses me nombraron pregonera de las fiestas mayores. Fue un orgullo y algo jamás soñado. ¿Yo, pregonera de las fiestas de San Pedro, con el cura en la tercera fila? Pues no era algo en lo que yo pensara con diecisiete años cuando hui de mi casa, desde luego.