Nuevo y brutal asesinato de una joven lesbiana en Sudáfrica
Nuevo -y espantoso- asesinato de una mujer lesbiana en Sudáfrica. El cuerpo de Motshidisi Pascalina, de entre 18 y 20 años, fue encontrado el 18 de diciembre con muestras de haber sido torturada, posiblemente violada, asesinada y horriblemente mutilada.
El asesinato ocurrió en Evaton, localidad del cinturón industrial de Johannesburgo. El cuerpo de Pascalina fue encontrado en un área despoblada, semidesnudo, atado y quemado. según informan medios sudafricanos le habían arrancado los ojos y mutilado los genitales. Sus padres, que no sabían nada de ella desde dos días antes, la identificaron gracias a un tatuaje en la pierna. Representantes del colectivo local Vaal LGBTI se han mostrado absolutamente horrorizados por lo sucedido. «Había aprobado su examen de graduación. La gente la quería. Su familia está destrozada por lo sucedido. En Vaal LGBTI estamos tristes y en estado de shock por la forma en que la asesinaron. Ningún padre merece que asesinen a sus hijos de esa manera», ha declarado Lindiwe Nhlapo.
Cuatro sospechosos han sido ya detenidos, y aunque aún no han trascendido detalles, todo apunta, por cómo fue encontrado el cuerpo de Pascalina, que la joven ha sido víctima de una de las tristemente conocidas «violaciones correctivas», una espantosa forma de agresión contra mujeres lesbianas, sobre todo de raza negra, que con frecuencia llegan al asesinato. En dosmanzanas hemos recogido en el pasado diversos casos, como el de Dudulike Zozo, una joven de 26 años violada y asesinada en junio de 2013, encontrada también medio desnuda cerca de su domicilio, con una escobilla de baño introducida en su vagina. Su asesino fue condenado a 30 años de prisión a finales de 2014. No es el único caso que hemos recogido. En agosto de 2014 fue descubierto el cuerpo sin vida de Gift Makau, a quien habían violado, estrangulado e introducido una manguera en la boca. Otros casos han sido los de Patricia Mashigo, de 36 años, apedreada hasta la muerte en abril de 2013; Sihle Skotshi, una jovencísima jugadora de fútbol, asesinada por un grupo de salvajes en noviembre de 2012; una adolescente de solo 13 años violada en mayo de 2011; Noxolo Nogwaza, activista brutalmente violada y asesinada en abril de 2011, o la futbolista Eudy Simelane, también violada y asesinada en el año 2009.
Casos que no son más que la punta del iceberg, al no llegar en todos los casos al asesinato: se calcula que solo en Ciudad del Cabo se producirían cada semana hasta diez violaciones de este tipo. No fue hasta mayo de 2011 que el Gobierno de Sudáfrica decidía crear una comisión para perseguir los crímenes de odio de raíz homófoba, después de que le llegara una petición firmada por 170.000 personas en la que se pedía al Gobierno que tomara cartas en el asunto (una iniciativa promovida por activistas lesbianas locales). Una comisión que sin embargo no parece haber conseguido gran cosa, y cuya pasividad fue denunciada ya en 2013 por los activistas. Ello ocurre, no lo olvidemos, en el país de África con un mayor nivel de protección jurídica de las personas LGTB -gracias a su avanzada legislación en derechos civiles tras el final del apartheid– y en el que en mayo de 2014 conocíamos la noticia del nombramiento de la primera ministra abiertamente lesbiana en la historia del continente.