El Senado de Virginia Occidental rechaza la ley que permitía discriminar a las personas LGTB por razones religiosas
El Senado de Virginia Occidental ha votado en contra de un proyecto de ley que hubiese permitido la discriminación de las personas LGTB por motivos religiosos. La votación ha sido especialmente contundente: 27 votos en contra frente a 7 a favor. La presión ejercida por los responsables de empresas y negocios, que temían el daño que pudiera producir una ley discriminatoria de ese tipo a la economía e imagen del estado, parece haber sido decisiva. Una motivación semejante a la que impulsó al gobernador de Dakota del Sur para no firmar una ley tránsfoba recientemente, cuyo veto finalmente no ha podido ser levantado. Sin embargo, aún existen cerca de 200 proyectos de ley discriminatorios contra el colectivo LGTB que afectan a 32 estados, cuya suerte final todavía es incierta.
El proyecto de ley HB 4012, conocido como “Ley de protección de la libertad religiosa”, otorgaba a los propietarios de empresas y comercios de Virginia Occidental el derecho a denegar sus servicios a los ciudadanos LGTB por razón de sus creencias religiosas. Una más de las numerosas iniciativas legislativas LGTBfobas diseminadas por el sector más retrógrado del Partido Republicano tras la pérdida de la batalla del matrimonio igualitario.
La decisión de los senadores de Virginia Occidental, que cuentan con una exigua mayoría republicana, no ha dejado de sorprender, por lo abultado de la negativa y porque la Cámara de Representantes del estado, donde la mayoría republicana es mucho más amplia, había aprobado el proyecto de ley por un abrumador resultado de 72 votos favorables frente a 26.
Las asociaciones de empresarios y comerciantes habían advertido de su oposición al proyecto de ley, en el temor de que afectase a la economía del estado y expusiera a las empresas a innecesarias demandas por parte de los afectados. Los antecedentes de Indiana, que finalmente tuvo que derogar una ley semejante ante la amenaza de boicot de las grandes empresas y corporaciones, eran claros: Indiana perdió unos 60.000.000 de dólares en ingresos por la cancelación de convenciones y contratos antes de la derogación.
Tampoco las encuestas favorecían al proyecto de ley. Un estudio realizado por el independiente Public Religion Research Institute mostraba que el 54 % de los ciudanos de Virginia Occidental era contrario a la normativa discriminatoria. Es más, un 60 % se declaraba partidario de que se legisle contra la discriminación de las personas LGTB en el trabajo y el acceso a la vivienda.
Todo ello quizás ha pesado en el voto de los senadores, que han aparcado definitivamente una normativa profundamente injusta, que, lamentablemente no es la única. En el caso de Virginia Occidental aún hay otros dos proyectos de ley que permitirían, de un modo u otro, que las personas LGTB fueran discriminadas en la vida pública y acceso a los servicios argumentando razones religiosas. En el conjunto de los Estados Unidos, son cerca de 200 los proyectos de este tipo que aún están en fase de tramitación, presentados a los largo de 32 de los 50 estados.
El gobernador de Georgia promete el veto a la legislación LGTBfoba
Uno de eso proyectos de ley en fase más avanzada es, por ejemplo, el aprobado recientemente por el Senado de Georgia, que ahora debe ser discutido por su Cámara de Representantes (ambas cámaras bajo control republicano). En caso de resultar aprobado, el gobernador Nathan Deal, también republicano, debería decidir sobre su promulgación.
Deal ha advertido, en unas sorprendentes declaraciones, de que si no desaparece cualquier referencia a la discriminación de las personas LGBT del proyecto de ley, ejercerá su derecho a veto. El gobernador cree que se debe proteger el derecho de los ciudadanos a profesar las creencias religiosas, pero que «para hacer eso no debemos discriminar a otras personas». También espera que sus correligionarios «reconozcan que el mundo está cambiando a nuestro alrededor».
Se consolida el veto del gobernador de Dakota del Sur a la ley tránsfoba
La legislatura de Dakota del Sur, también ampliamente controlada por los republicanos, aprobó una ley que forzaba a las escuelas de estado a que a su vez obligasen a sus estudiantes transexuales a utilizar los baños y vestuarios asignados al sexo que les fue atribuido al nacer, con independencia de su identidad de género. Se trataba de la primera ley materializaba el “pánico transexual en los baños”, convertido ya en los Estados Unidos en una de las principales armas de los contrarios a los derechos de las personas LGTB.
Sin embargo, el también republicano gobernador Dennis Daugaard decidió interponer su veto y no promulgar la ley. Haciendo gala de un sentido común que sus correligionarios no parecieron tener, Daugaard, que reconoció no conocer a ninguna persona trans, quiso reunirse con varias de ellas y conocer de primera mano sus testimonios. El hecho de que numerosos analistas consideraran que la norma chocaba frontalmente con la legislación nacional, que impide a las escuelas que ejerzan algún tipo de discriminación recibir fondos federales, seguramente también influyó, así como el deterioro de la imagen de Dakota del Sur y las pérdidas en materia turística o de inversiones que una ley así podría acarrear.
Los legisladores republicanos decidieron plantear en sesión de la Cámara de Representantes el levantamiento del veto del gobernador, para lo que necesitaban una mayoría de dos tercios. La votación se saldó con 36 votos a favor del levantamiento del veto frente a 29 contrarios, una diferencia claramente insuficiente para lograr su objetivo. La ley, por tanto, ha quedado definitivamente vetada y sin efectos.