PSOE, Podemos y Ciudadanos aprueban en Madrid una muy avanzada ley integral de transexualidad
Nuestra enhorabuena a hombres y mujeres trans de la Comunidad de Madrid, que desde este jueves 17 de marzo cuentan con la que posiblemente es la más avanzada de las leyes integrales de transexualidad de España. La pérdida de la mayoría absoluta del PP en las pasadas elecciones regionales ha obrado el milagro. Después de que en anteriores legislaturas ese partido rechazase por dos veces la toma en consideración de un proyecto en ese sentido, ahora PSOE, Podemos y Ciudadanos lo han convertido en ley. Lo han hecho, además, de la mejor manera posible: de la mano de los colectivos LGTB.
El texto consensuado con los colectivos trans y presentado en su momento por PSOE, Podemos y Ciudadanos ha sido el que finalmente se ha debatido y convertido en ley, gracias a los votos de estas tres formaciones y a pesar de las 48 abstenciones del PP (cabe recordar que los populares gobiernan en minoría en esta legislatura, gracias al apoyo que Ciudadanos brindó para investir presidenta a Cristina Cifuentes, y que la suma de votos de los tres grupos de la oposición representa la mayoría absoluta en el parlamento autonómico), un hecho inédito en las últimas dos décadas.
Cifuentes, que sí estaba dispuesta en esta ocasión a aprobar una ley integral de transexualidad y que de hecho había presentado por sorpresa una propuesta propia en septiembre, ha preferido finalmente no sumarse a un proceso no liderado por ella. Como en su momento recogimos, la presidenta de la Comunidad de Madrid invitó al acto formal de presentación de su propuesta a varios colectivos LGTB (aunque estos no habían participado en su redacción) pero dejó fuera a otros como Chrysallis, Fundación Daniela o El Hombre Transexual, cuyos asociados se cuentan entre los más directamente afectados por la ley y que en tiempos recientes no han dudado en mostrarse muy críticos con el trato que las personas trans, y muy singularmente los menores, reciben de la Comunidad de Madrid. PSOE, Podemos y Ciudadanos prefirieron sin embargo consensuar un proyecto con los colectivos que luego pudiera ser aprobado por unanimidad y sin protagonismo específico de ningún partido.
El proceso ha llegado a su final y el PP, desgraciadamente, ha preferido no sumarse a la unanimidad y abstenerse. La ley integral de transexualidad de la Comunidad de Madrid es ya una realidad. Una ley que no distingue de nacionalidades y que entre otros avances contempla la situación de las personas transexuales menores de edad en el ámbito sanitario e insta a la Comunidad a proporcionar a todas las personas transexuales que lo soliciten acreditaciones acordes a su identidad de género en aquellos casos en los que estas sean necesarias para acceder a sus servicios administrativos. La norma dedica también un espacio a los menores intersexuales y garantiza su integridad corporal, promueve el desarrollo de protocolos específicos en el ámbito educativo o en el policial y establece un catálogo de infracciones y sanciones que pueden llegar a suponer la inhabilitación para contratar o recibir ayudas de los fondos públicos de la Comunidad a quienes discriminen a las personas trans.
Por encima de las distintas sensibilidades políticas, de las siglas o de los intereses de partido, PSOE, Ciudadanos y Podemos han sido capaces de poner por encima de todo los derechos, la dignidad y la igualdad del colectivo de personas transexuales. El mérito es del activismo, por su larga e incansable lucha, aunque en el parlamento autonómico tres han sido las diputadas protagonistas: Carla Antonelli (PSOE), Beatriz Gimeno (Podemos) y Eva Borox (Ciudadanos). Esta última hoy dimitida por su relación con uno de los cabecillas de una trama de corrupción política, pero a la que en este caso no debemos negar su buen hacer.
Sería injusto, sin embargo, no reconocer de forma muy especial el trabajo incansable de Carla Antonelli durante todos estos años. Es por eso que insertamos su emotiva intervención en el pleno de ayer:
A la espera de una ley estatal
La aprobación de la ley madrileña es sin duda una buena noticia, como en su momento lo fueron la pionera ley navarra, la vasca, la andaluza (que marcó sin duda un antes y un después por su ambicioso planteamiento), la canaria o la extremeña (que no siendo específica de transexualidad incluía numerosos aspectos relacionados con la materia y recogidos en las leyes integrales de transexualidad de otras comunidades).
Queda pendiente, sin embargo, la aprobación de una más que necesaria legislación estatal, que actualice la norma que regula la modificación registral del sexo aprobada en 2007. Sin duda en aquel momento esa ley significó un avance sobre la situación anterior, pero a día de hoy es una norma absolutamente desfasada que no incorpora el principio de despatologización de la transexualidad ni contempla la situación de los menores (el propio Tribunal Supremo cuestionaba esta semana su constitucionalidad precisamente por ello). Una nueva norma que debería incluir además medidas efectivas contra la discriminación de las personas trans en el marco jurídico estatal.